sábado, 6 de septiembre de 2008

Igualdad se escribe con «h»


Desde que hice públicas mis sospechas de que Kovalainen hacía de liebre para el hijo de Anthony Hamilton en calificación [Kenny & The Dragon], he andado enfrascado en buscar alguna evidencia que llevarme a la boca para defender mi presunción, por lo que con abundante papel, lápiz y lupa (por si las moscas), he seguido con mucho interés las calificaciones de Hungaroring, Valencia y Spa, a la caza y captura de alguna pista, por pequeña que fuera.

Si bien es cierto que hasta este mediodía no había encontrado nada reseñable, hoy he sentido por fin una leve alteración en la fuerza que me ha erizado el poco pelo que adorna mi nuca (¡ahí estaba, podía olerla!), pero debo admitir que aún habiéndola hallado (no me cabe la menor duda) no está demasiado bien agarrada, vamos, que es todavía un atisbo, una lucecita, un destellito que necesita algo más de trabajo.

A la espera de la constatación definitiva (que espero llegue pronto), me he animado a compartirla, porque el asunto no va de cifras como me temía, sino de comportamientos.

Me explico. A tenor de algunos comentarios vertidos por gente de McLaren, y de algunos datos de mi propia cosecha, la cosa me parecía que pasaba porque al finlandés le preparaban el monoplaza para calificar, sólo para calificar, importando un carajo cómo funcionara en carrera. Por ello, idiota de mí, me había pasado las tres calificaciones apuntando tiempos por ver si Heikki era mejor en algún momento, y si tras éste el hijo de Anthony Hamilton tenía posibilidad de leer sus telemetrías, como ya hizo el año pasado con Fernando.

Dado que el inglés ha superado reiteradamente a su compañero de equipo en las tres citas, poca cosa podía deducir yo por ese camino… Sin embargo, como ya he dejado entrever, este mediodía, durante la Q2, se ha replicado un comportamiento que se dio en Hungría en la Q2 y en la Q3, no así en Valencia: mientras el coche número 22 espera en boxes, el número 23 trata de mejorar su crono (hoy, como en Hungaro, sin conseguirlo).

Me diréis que vaya mierda de sabueso estoy hecho, que hilo demasiado fino, que al fin y a la postre Heikki está en su perfecto derecho de tratar de mejorar su posición en la parrilla… ¡Sí!, pero ¿para qué?

Vamos, que si Kovalainen pudiera aprovechar su posición de salida para hacer algo, un carrerón, pongamos por caso, la lógica nos llevaría a pensar que legítimamente pelea por salir desde una posición digna para luchar en carrera, dejándose los cuernos sobre el asfalto. Pero como la realidad se impone con rotundidad prueba tras prueba (la ventaja por vuelta del hijo de Anthony Hamilton sobre el finlandés viene siendo de casi 1 segundo, porque siempre sale más descargado o por lo que sea), y sigue dando la razón a Haug, quien ya dijo en Silverstone que «en la vuelta de calificación el coche [de Heikki] respondió mejor, pero después se quejó durante toda la carrera de la parte trasera del monoplaza y de que no podía forzar el ritmo todo lo que quería», el asunto se me antoja que va por otros derroteros. Y me vuelvo a explicar.

En sintonía con lo visto en la calificación de estas últimas carreras, sospecho que Mclaren manda a Heikki a tratar de mejorar su tiempo (por ende el de su compañero), sin importarle que en el empeño machaque innecesariamente sus juegos de neumáticos o castigue su motor, mientras el británico espera resultados sin despeinarse.

Si no se obtienen, no pasa nada (de ahí lo esquivo del asunto), el chico bueno de la película descansa porque se sabe el mejor de la casa y porque no hay nada de dónde rascar. Ahora bien, me la juego a que si en las carreras venideras el finlandés mejora su crono o se pone delante de su colega, el hijo de Anthony Hamilton perderá el culo por asimilar sus telemetrías, saliendo a pista para batirlo, como ya hiciera el año pasado con Alonso.

Así que sí, Kovalainen hace de liebre con un coche preparado únicamente para calificación, porque lo que haga en carrera, a los de Woking, les importa un pimiento, y a las pruebas me remito. Y así, se certifica, de nuevo, que igualdad en McLaren se escribe con «h», de Hamilton, of course.


PD: Hoy a Gonzalo Serrano (Tele5) se le ha ido la pinza con su disertación sobre la desmesura de las 3 décimas que le ha metido el primero al segundo clasificado, porque se le ha olvidado contemplar que la longitud media de los circuitos del mundial es de 5 Km., y Spa tiene 7 y unos metros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Seguiremos atentos a tus indagaciones ;-)

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Hola, Heikki ;)

Yo desde luego que voy a seguir, porque el comportamiento del coche de Kova a partir de la primera parada no justifica su ahín en calificación :P

Un abrazo

Jose