sábado, 19 de julio de 2025

Actor secundario Bob


Los que lleváis tiempo soportándome conocéis perfectamente que me suele traer sin cuidado lo que hace el mercado con su capital humano de la zona alta de nuestra actividad, y, desde luego, que no me quita el sueño contar (ahí arriba) con un gestor más o un gestor menos.

La siempre agradecida prensa especialista intenta hacernos comulgar con la importancia de Christian Horner, indiscutible a su modo de ver en la deriva exitosa de Red Bull en Fórmula 1, aunque la aplicación de una miajita de sentido común incline a pensar que, con el pastizal que puso Dietrich Mateschitz sobre la mesa, cualquier otro también habría hecho relojes, y quién sabe si mejores.

No pretendo empañar los logros del británico al frente de Milton Keynes, ¡faltaría!, aunque me apetece señalar que fue él quien se puso a los pies de los caballos hace ahora año y medio, cuando, en sentido estricto, prefirió enrocarse en su torrecita de marfil en vez de pasar a un discreto segundo plano mientras se aclaraba el asunto de los mensajes de contenido sexual supuestamente enviados a una subalterna. 

¿Le pudo entonces el ego? Yo diría que sí. El tiempo nos ha demostrado que le estaban esperando con recortada y posta lobera, y otra miajita del sentido común de antes nos debería llevar a pensar que, en este escenario, no fue una maravillosa idea aferrarse al timón en tanto la escudería amenazaba con irse al carajo, que es, a la postre, lo que ha sucedido. 

No, no me parece ésta la actitud de un buen gestor. 

Sin Mateschitz como respaldo —un suponer, pues a lo peor el austriaco lo habría puesto de patitas en la calle al inicio del escándalo—, ha supuesto un mayúsculo error de soberbia infravalorar la potencia de fuego de los detractores dentro de Red Bull, accionariado incluido, que no ha hecho otra cosa que dilatar los acontecimientos mientras el ambiente de trabajo resultaba más y más asfixiante y el equipo perdía valores más imprescindibles que nuestro protagonista.

Os leo.

1 comentario:

germansp dijo...

Muy de acuerdo con todo Josetxu, solo apuntar que la gestión que hizo el equipo con el asunto de la asistente y como se cerro el caso con su despido, aunque aun siguen litigando, creo que influyo en que gente como Adrian Newey abandonara el barco y otros le siguieran. Horner se enroco y el equipo también gestiono mal al no evaluar correctamente las consecuencias.