jueves, 11 de abril de 2019

Cruzando los dedos


No creo que haya que pedir disculpas por esto, pero ya ha empezado la cuenta atrás para el siguiente asalto a La Triple Corona y me apetecía destacarlo, fundamentalmente porque es un piloto español quien lo protagoniza.

Después de haber probado plato en otoño pasado, precisamente en el circuito de Barber (Alabama), Fernando ha rodado en el Texas Motor Speedway con el coche con que competirá en las 500 Millas de Indianápolis de este año, en una suerte de aclimatación imprescindible ante el enorme y exigente plan de trabajo que tiene por delante de aquí a que se celebre la gran cita norteamericana a finales del mes que viene.

Ya hemos hablado en otros momentos de la importancia que ha tenido para el asturiano su participación en el WEC y en la Rolex 24 at Daytona en sus aspiraciones por alcanzar La Triple Corona, por cuanto la Indy 500 es el jalón más peliagudo ya que es el que más depende del factor suerte, así que por no repetirnos, destacaremos hoy que el de Oviedo ha acumulado una notable experiencia corriendo en situaciones de tráfico y con vehículos dotados de una distancia entre ejes bastante menor que los F1, algo que lleva ganado y sin duda le va a servir de mucho en Indianápolis.

El tráfico y lidiar con los doblados a altísima velocidad son dos constantes en las 500 Millas, de forma que Alonso tiene mucho trabajo hecho, sobre todo si atendemos a lo que estas situaciones implican en cuanto a reducción de tiempos de respuesta y a cambio de mentalidad ante la adecuada lectura de la carrera y las acciones de los rivales en pista. No obstante, había que tocar coche, comprobar su comportamiento y techo operativo, y empezar a valorar sus posibilidades así como a detectar sus posibles puntos débiles.

Y bien, el español ya ha comenzado a hacerse una idea. El chasis Dallara IR18 es algo diferente al DW12 usado en 2017, el motor Chevrolet Indy V6 es distinto al HI14RTT V6 de Honda utilizado en aquella ocasión, y desde luego, también lo son las especificaciones aerodinámicas Superspeedway para óvalos.

Básicamente estamos ante un coche nuevo para un entorno ya explorado, en el que hay que encajar que esta vez McLaren va con equipo propio y en plan rookie aunque muy bien arropada...


Hay suficientes diferencias como para que en sentido estricto se valore este segundo asalto como de una dificultad descomunal, pero bueno, la fiesta va por barrios y cada cual da la importancia que le apetece a este tipo de aventuras. Desde luego, no seré yo quien afee a nadie.

En fin, los datos están sobre la mesa y sólo me queda por reiterar lo que decía más arriba: en Indy hay que aliarse con la suerte si se quiere vencer y esta es la única parte de la ecuación que no queda a mano del asturiano ni de su equipo, así que convendría que aunque no seáis creyentes, encendiérais algunos cirios al santo o la virgen correspondiente, ya que el currazo que se está pegando Fernando bien merece un final feliz.

Os leo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muchas gracias por tus fantásticas entradas !!
Así es , la empresa que maneja nuestro aguerrido piloto no es nada fácil pero le vendrá de perlas para seguir aprendiendo.
Este año, en mi humilde opinión , no dispone de armas para luchar por la victoria pero, a buen seguro nos brindara otra lección de maestría y saber hacer al volante.