domingo, 6 de agosto de 2017

Los muelles de la cama


Creo que Pérez y Ocon —obviamente después de Massa y Stroll—, son la segunda pareja del año 2017 para deleite de los aficionados y las farmacias, que el pobre Fernley no gana para aspirinas.

Estaba escribiendo esta mañana sobre el nuevo papel que intrepreta Ross Brawn a bordo de Liberty, y no dejaba de pensar en qué sería de la Fórmula si no fuese un lugar tan exclusivo de la muerte que hay en ella escuderías que dependen para correr, más del dinero que ponen sus pilotos que de la gasolina y energía que consumen las unidades de potencia de sus monoplazas.

Force India anda bien, no nos vamos a poner tiquismiquis con esto. Ampliamente descolgada de una Williams que por boca de Claire (Williams) parece que no da para más, FW40 mediante, y navegando lejos de la tercera intocable de la parrilla, Red Bull, la comodidad de la india no oculta una bipolaridad que hace saltar chispas en cuanto Sergio y Esteban se encuentran en pista.

Checo defendiendo la casa Slim y Banchi el linaje Mercedes-Benz...

Cuando están lejos uno de otro no hay problema, pero anda que cuando están cerca no preguntamos por las palomitas...

Pérez y Ocon viajan prácticamente juntos en la tabla de pilotos. Tienen a Verstappen por delante y a Sáinz por detrás, respectivamente, se entiende; son familia, duermen en la misma habitación, comen en la misma mesa y van al mismo colegio aunque a diferentes aulas, y por eso luchan por el mismo juguete ante el belén de Navidad: porque los enemigos más enconados suelen habitar la misma casa, tener gustos parecidos, querer las mismas cosas.

Por eso y porque la situación es tan cómoda para Force India, no lo olvidemos, ya que si existiese algún tipo de apremio doy por seguro que Bob pondría más orden en las filas de su equipo.

Soy más chequista que de Ocon por el simple hecho de que con Sergio he vivido momentos buenos y malos, lo he maldecido y en ocasiones, cuando las cosas no le iban bien, he tenido que defenderlo desde este blog. El roce hace el cariño, ya sabéis, así que no os sorprenda que a la vuelta de la esquina me empiece a suceder lo mismo con el francés, y es que temporadas como ésta en que dos pilotos de una misma escudería pueden medirse de tú a tú escasean en un deporte que mide al milímetro los riesgos, las responsabilidades y hasta la duración del colchón de la abuela.

Hay quien exige que intervenga el Altísimo por si los niños se acaban haciendo daño dando tanto bote. Yo prefiero seguir disfrutando mientras los muelles de la cama aguanten. Luego, si eso, ya pondremos el yodo y las tiritas.

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

No hay ninguna escuderia que les apremie en quitarles la cuarta plaza. Si la cosa apretara ya veríamos como se decantan por un piloto de los dos. Llevar las evoluciones aerodinamicas para uno solo de los pilotos... Y asunto liquidado.