martes, 13 de septiembre de 2016

Una de las mil nuevas Ferrari


Sí, es Sofía Loren, una mujer que hace palidecer a Monica Bellucci... ¿No me creéis? Dentro enlace: «Mónica Bellucci: "Soy una de las mil nuevas Sofía Loren"»

Una de las mil nuevas Sofía Loren... La frase tiene miga. Existe un icono y luego está todo lo demás, las demás también. Monica, que es sumamente inteligente además de un bellezón que cometió el error de casarse con Vincent Cassell —es envidia, disculpadme—, sabe que Sofía sólo hay una, que la romana es irrepetible, y aunque seguramente es consciente de que podría postularse como la primera candidata a disputar su sitio a la diva, prefiere no hacerlo, situándose por cautela entre mil mujeres de las que sin duda sobran novecientas noventa y nueve.

Chascarrillos aparte, hoy pretendo hablar de Ferrari porque ayer en SafetyCast —no pude participar inicialmente por problemas domésticos y, después, por hallarme entretenido en singular y florida batalla dialéctica con Enrique Scalabroni—, se aludió a una supuesta conversación tenida entre John C. Malone y Sergio Machionne en la que el manús de Liberty Group mostraba su intención de quitarle a Ferrari sus gabelas centenarias, insinuación a la que el presidente de FCA respondía agriamente, para que a renglón seguido, el primero retase al segundo a comprobar públicamente quién tiene la herramienta más larga, y así...

No dudo de mis compañeros. Jamás lo haría. Dudo de que Marca y AS sean patrimonio exclusivo de nuestra querida España porque muestras de la tendencia foránea a los titulares explosivos o cazaclicks hay a millares. ¿Cuántas veces Fernando se ha cogido un año sabático en las últimas temporadas? ¿Cuándo será, cojones? Vettel iba a emular a Schumacher pero fijo, fijo. Pero, ¿cuándo ocurrirá? McLaren se hundía porque los japoneses y los british hablaban idiomas distintos. Culturas, ya se sabe. Pero ahora Woking tiene capacidad para enfrentarse a la de Maranello... Che cosa fa?

Lo dejo. No es cuestión de aburriros aunque podría. Ahí fuera responden a las mismas constantes que aquí dentro, y de esta manera es factible saber de una conversación privada aunque nunca haya tenido lugar. 

Malone y Marchionne coincidiendo en ásperas condiciones. ¡No jodamos!, como historia es pésima. Suelo cruzarme al menos tres veces por semana con chingurri Valverde y no sabría deciros la alineación del Athletic para el próximo domingo. Y al mes, me rozo al menos en un par de ocasiones con José Ignacio Goirigolzarri y su séquito... ¿Creéis que puedo filtrar algo del IBEX?

Aterrizad, coño. Cuando este tipo de gente habla nadie escucha, ni hay filtraciones porque no suele haber testigos, y si los hay, callan como sepulcros y por la cuenta que les trae. Nothing is nothing. Fin de la historia.

Pero Ferrari es recurrente. Ahí os doy la razón. Vale lo mismo para un roto que para un descosido, pero coincideréis conmigo en que en un tinglado como la Fórmula 1, también se debe cobrar por hacer de excusa o de referente, ¿o no?

Voy más lejos. Ferrari era la polla de Bedoya antes de que llegara Montezemolo, quien trajo al campeón más campeón de todos los tiempos: Schumacher. ¿Creéis que el Kaiser no fue bueno para el negocio? ¡Venga, tened huevos de decir que Michael ha sido una puta mierda para todo esto y así me ahorro unos párrafos!

No soy precisamente un fan del de Kerpen, pero el alemán y la escudería en que militaba, ayudaron a la Fórmula 1 a salir ilesa de los numerosos problemas que acuciaban a ésta a finales de los noventa del siglo pasado, y a ganarse un nombre. ¿Eso no vale nada?

Todos salieron beneficiados, y en las múltiples facetas que atañen a este complejo tinglado, Ferrari ha hecho de vaselina.

Pides «Colacao» y te sirven cualquier tipo de cacao instantáneo, incluso Nesquik. Solicitas «tiritas» y hasta el más bobo te ofrece un apósito adhesivo que se puede llamar de una o mil maneras comerciales. Bernie pronuncia Red Bull en el culo del mundo y lo normal es que cualquiera entienda que se refiere a una bebida energética. El británico menciona Mercedes-Benz y lo más seguro será que se piense en camiones. ¿McLaren? Con suerte, lo más cercano que suena a Woking será whisky escocés o llevará falda de cuadritos a pesar de Senna. ¿Williams? ¡No jodas, quién conoce a Williams en el inframundo?

Ferrari es carreras, leyenda, nombres épicos, vehículos de ensueño, veloces, irrepetibles. Aquí y en Tombuctú. La Fórmula 1 entra en cualquier sitio aludiendo a Maranello y de la forma más sencilla que podemos imaginar. Ferrari es un intangible, es sinónimo de competición, de alta competición, y del primero al último mono en el paddock lo sabe. Por eso, allí dentro se cuestiona con la boca pequeña lo que cobra de extra La Scuderia, y aunque nadie lo confirme, todo el mundo aspira en la intimidad a ser como la rossa.

Mille Miglia, Resistencia, Le Mans, también F1 aunque menos. Ferrari es imprescindible por todo eso y porque sigue siendo la referencia en el mundillo. Por eso percibe una mayor cantidad de pasta y deja que los demás cobren por otras cosas de las que podríamos hablar largo y tendido. Está aquí desde el principio y estará hasta el final. Dispone de un botón del holocausto que nunca pulsa... ¿Puede haber un socio más molón?

Una de las mil nuevas Ferrari...

Contar con un icono de este calibre como aliado no tiene precio. Sirve para un roto y un descosido, y, también, para que parezca que nada ha cambiado desde 1950. Y si Liberty quiere enfatizar las carreras en Europa es porque corre Ferrari, porque existen los tifosi y en definitiva, porque La Scuderia es un filón que ni siquiera Darth Vader, por muy yanqui que sea, osaría poner en riesgo.

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

Y de ahí el dicho:
Cuando Ferrari estornuda, la Fórmula 1 tiene gripe...

Un gran saludo a ti y a todos los foreros.