viernes, 16 de septiembre de 2016

Todo tan fácil...


Si un extraterrestre llegara a la Tierra y fuese fan de la F1, un suponer, sabría que Fernando estaba en la pomada en la temporada en curso, con sólo comprobar si ocupaba algún espacio en los medios convencionales o digitales la bendita instantánea del golpe de Piquet contra las protecciones del circuito de Marina Bay...

El Nano lleva a cuestas tres años de mierda, para qué vamos a negarlo, de forma que si no vienen los estraterrestres a ver cómo naufragan las políticas neoliberales de Merkel o gana Trump las elecciones norteamericanas, olvidaros de que vengan a mirar los periódicos, internet o los telediarios, con la intención de indagar si el asturiano sigue vivo en esto de la Fórmula 1.

El de Oviedo no tiene opciones en 2016 porque lo de McLaren va para largo y porque lo de Nelsinho en Singapur carece de tirón suficiente en la actualidad, incluso para las mentes más iluminadas de lo nuestro, excepción hecha de Felipe Massa y algunos lumbreras que pretenden seguir reescribiendo la historia con tintes dramáticos, por supuesto.

Pero como el Pisuerga sigue pasando por Valladolid, me he conjurado este mediodía a que si para las 18:00 horas de la tarde nadie relevante había sacado el asunto a colación lo iba a hacer yo, porque la liturgia es la liturgia, las tradiciones son las tradiciones, y porque en Sirio, los sirianos merecen saber de qué cruces y rayas están hechos los mejores ejemplares de nuestros losers.

Alzaros ahora, poneros de pie, que diría Josep Lluis Merlos. 

En 2007 me pareció una canallada que la FIA mermara la capacidad de BMW Sauber para optar al Mundial de Constructores en favor de Ferrari, respetando los puntos que obtenían los conductores de una escudería que había sido excluida del campeonato. Lewis y Fernando, Fernando y Lewis, seguían rebañando puntos para la causa perdida de Dennis mientras que a los de Mario Theissen sólo les quedaban las migajas. Fue un puto robo y lo escribí negro sobre blanco en su día.

En 2009, cuando saltó a la palestra el asunto del crashgate de 2008, también me posicioné a favor de la eliminación de aquella prueba. Un amaño es un amaño, aunque comprendí de inmediato que por el forro de los cogieron iba la FIA a quitarle a Hamilton, comportándose justa y equidistante, la porquería de Mundial que ganó en 2008 gracias, entre otras monsergas, a que Nelson Piquet junior se fostió contra las protecciones en el trazado de Singapur. ¡¿Hasta ahí podíamos llegar. No?!

Hechas las presentaciones del feroz alonsismo que me gasto, metámonos en harina, porque el gran beneficiado de todos estos saraos no se llama Fernando Alonso Díaz, como pretende la turba y alguno de nuestro más lustrosos plumillas, sino Lewis Carl Davidson Hamilton. Nadie quiere recordar lo de BMW Sauber que os contaba unos párrafos más arriba, ni mucho menos hacer las cuentas correctas en cuanto a 2008 se refiere, pero es lo que hay por muchas vueltas que le demos.

Noto que me vengo arriba. Disculpadme, estoy escuchando Drowning by Numbers -III- Knowing the ropes, de Michael Nyman, y pienso en Mohammed Ben Sulayem, el ricachón árabe y vicepresidente FIA que destrozó un R28 prestado a los pocos metros de haberlo arrancado en un evento privado. Ningún imbécil ha aludido jamás a que el dubaití puso en riesgo su vida, como se hace recurrentemente en el caso del hijo del gran Nelson, es más, su hazaña es considerada como algo hilarante [dentro vídeo].

El caso es que Piquet prueba la maniobra durante la vuelta de instalación del Gran Premio de Singapur, la calcula y luego la pone en práctica provocando la salida del Safety Car porque a Charlie Whiting le dio por ahí, que lo mismo no lo había sacado. Eso sí, el gran Ben Sulayem lo hace a puritito huevo. Punto de drama a su favor.

Pero prosigamos. El citado Mohammed Ben Sulayem es el famoso Testigo X amparado por el anonimato en que se basa Max Mosley para arreglar cuentas con Briatore un año después de que ocurrieran los hechos, aun conociéndolos desde prácticamente el minuto 1. Pero el jefe de la FIA se pasa de la raya repartiendo inmunidades y aunque el tribunal de la inquisición quema vivos y en plaza pública a Flavio y Pat (Symonds), la justicia civil acabó dando la razón a estos últimos [dentro enlace].

El juicio fue una pantomima. Un abuso de poder y una caza de brujas. Luego supimos de la calidad de los testigos y que la idea que propuso Nelsinho ni siquiera era nueva. Su padre ya la había llevado a cabo en su etapa en Brabham y por recomendación del patrón Bernie Ecclestone...

En fin, Nelson junior arruinó su carrera deportiva en la máxima categoría. Flavio mandó a tomar por el saco la Fórmula 1. Pat (Symonds) volvió antes de que se cumpliera su condena y hoy es un flamante y digno representante del paddock desde su actual puesto en Williams. Mosley es historia aunque intuyo que seguirá recordando a su progenitor en orgías sadomaso de tintes nazis, y Fernando sigue perseverando en que aquella victoria le pertenece.

Muchas veces he pensado en la razón de esta postura. Alonso ni siquiera fue encausado. Podía haber cedido aquel cuestionado triunfo en Singapur 2008 sin que le temblara un músculo del rostro, pero el caso es que aquello no fue llegar y besar el santo, como insinúan los analistas más equidistantes.

Os cuento. Vuelta 14. Alonso ha entrado a repostar en la 12 y Piquet se ha estrellado provocando la salida del Safety Car. Fernando no está en cabeza, es 16º en ese instante. El asturiano, ayudado sin duda por las circunstancias, remonta posiciones hasta ponerse 5º en el giro 20, pero quedan 41 para la terminación de la prueba y no alcanzará la primera posición hasta la 34, cuando faltan todavía 27. Hubo otro Safety Car, esta vez provocado por Adrian Sutil, pero ello no impide que Alonso sea el primero en ver la bandera a cuadros...

No sé vosotros, pero yo observo un curro de cojones para que todo consista, al final, en que Nelsinho se mete el boinazo y Fernando gana. La FIA tuvo acceso a las telemetrías, escuchó a las partes, incluso al padre de una de ellas, y llamó a declarar a nuestro compatriota aunque decidió no empurarlo. En cambio, la prensa inglesa sí lo hizo. Promovió las sospechas, levantó un juicio mediático y paralelo, y sentenció que era imposible que el de Oviedo no supiese nada. ¡Ahí, con un par!

Y luego mi Felipe y su reclamación imposible, y los abundantes tontos que en el mundo han sido, son y serán.

Os leo.

3 comentarios:

brutus dijo...

Lo peor de todo es que los abundantes tontos la mayoría son de casa

pocascanas dijo...

A España por aquí en el Coño Sur la llamamos la Madre Patria (mi apellido me delata, soy de ascendencia italiana), quizás por eso veo por aquí tanta abundancia de lo mismo... yo los llamo opinólogos.
Alonso es un depredador, donde vio una oportunidad hincó el diente y se llevó una victoria que en principio ni en sus sueños más húmedos, pero al volante y puestos a correr es otra cosa. Por eso será que se la han respetado, y él defiende su integridad al dia de hoy.
Ahora, que Flavio lo conocía y que se la dejó servida para que se haga un festín, eso jamás podremos constatarlo.
Un abrazo a ti y a todos los foreros.

orel dijo...

Reducir la victoria de Alonso en ese gran premio a la trampa de Renault, es tan absurdo y simplista como reducir la victoria de Vettel en 2010 al error de Ferrari en Abu Dhabi.