domingo, 24 de abril de 2016

Mañana será diferente, Raymond


Raymond Blancafort se ha jubilado y mañana será diferente, al menos para mí. No solía estar de acuerdo con sus artículos pero acostumbraba a encontrar tiempo cada lunes para echar un ojo a lo que decía Raymond, porque entre líneas, siempre había algo de eso que él ha vivido y nos hace tanta falta.

Vivimos una cultura carroñera. Morimos o nos matan para alimentarse de nosotros, de lo que fuimos, de lo que escribimos o hicimos. A mí me han matado muchas veces, en la última me dedicaron un bonito epitafio: fuerza de la naturaleza me llamaron... 

La jubilación es una forma de muerte que se edulcora bajo diferentes formatos. El más traído y llevado es esa idiotez de que una vez jubilado pasas a la reserva. Si fuese cierto estaría bien. Estoy en la reserva, le dices a tu gente. En cualquier momento podría volver a estar en activo, te mientes. Si me necesitan seguro que me llaman, te dices cada vez que te enfrentas al ordenador o la máquina de escribir sabiendo que te pagan por no hacer nada, para que no hagas nada, para que no vuelva a hacer nada en lo que te queda de vida.

Nos han arrancado a Raymond. Han roto unilateralmente esa fina línea que a través suyo nos unía a lo que había vivido, su experiencia, su forma de ver las cosas y de contarlas. Su puesto lo ocupará ahora un creador de contenidos como si las noticias consistieran en coger arcilla o plastinina y soplar luego encima para transferir aliento a lo que haya salido, mediando un buen titular, of course!, de esos que atraen visitas aunque no sean veraces ni falta que les haga serlo.

Lo cierto es que la edad y la Seguridad Social y el Ministerio de Trabajo y sus leyes nos han hurtado un profesional para cambiárnoslo por vete tú a saber qué. Estoy seguro de que él es ahora feliz, pero también, de que pasado el periodo en que uno asimila que la jubilación no son vacaciones, querrá saber si todavía queda alguien que le echa en falta...

Aquí, Raymond. Mañana será diferente para mí. Todos mis lunes serán diferentes a partir de ahora.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un millón de gracias a Raymond por todos los artículos, comentarios y sabiduría que nos ha ofrecido. Gracias maestro, se te echará mucho en falta.





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