viernes, 31 de enero de 2014

La sombra del MP4/18


Tengo el modelo a escala 1/43 del McLaren MP4/18 de 2003 (Minichamps) y no lo cambiaría por nada del mundo. Aquel coche estaba llamado a dar la réplica a la Ferrari de Michael Schumacher, Jean Todt y Ross Brawn, pero acabó quedándose varado en pretemporada, siendo sustituido por una evolución del MP4/17 de 2002 (denominada D) que conducirían David Coulthard y Kimi Raikkonen.

Lo guardo como oro en paño porque está rodeado de una bonita leyenda y porque con el paso del tiempo, se ha demostrado como la última metedura de pata del gran Adrian Newey, ingeniero por el que como sabéis, profeso una enorme admiración.

Nominalmente fue diseñado por el propio Newey en comandita con Neil Oakley y Mike Coughlan, y por tanto serían sus ideas, principalmente, las que lo comprometieron hasta el punto de que en los compases iniciales de 2003, el MP4/18 se demostró como una herramienta impredecible que pasaba más tiempo en garajes que en pista. Fue desechado y aunque no hay causas oficiales (Woking siempre ha sido muy celosa con sus fracasos), su recuerdo ha surgido estos últimos días en las redes sociales a cuenta del desastroso estreno del RB10 de Red Bull en Jerez.

Pero los tiempos han cambiado y aquí quería llegar yo hoy, porque a pesar de que los magos, como seres humanos no son inmunes a los errores, trazar una línea tan directa entre los resultados del último vehículo de Milton Keynes en Andalucía y la corta andadura del MP4/18 me parece pelín exagerado. Adrian siempre ha buscado los límites y ha hecho gala de ello. En este sentido, el monoplaza de McLaren se correspondía con una etapa de nuestro deporte que en cierta medida está muy en mantillas con respecto a la que gozamos en la actualidad, de manera que podríamos decir sin temor a errar, que los límites de 2003 no tienen nada que ver con los de 2014.

Estamos por tanto ante un nuevo escenario en el que los compromisos son diferentes y las búsquedas también, y en el cual, Newey domina más áreas que en aquel pretérito cercano, lo que me ha llevado estos últimos días a cargar las tintas sobre la unidad propulsora de Renault, proveedor que tiene que saber como nadie de qué pie cojea su principal cliente.

Si estuviéramos hablando de neumáticos, por ejemplo, a nadie le cabría en la cabeza que el suministrador se excusara en que los equipos someten a su producto a exigencias no contempladas. Sí, ya sé que esta suele ser una de las excusas mas utilizadas por Pirelli, razón además de por qué me meto tanto con ella, pero esto es Fórmula 1 y todo en sus entrañas se lleva al límite, de forma que no parece razonable que se hable de problemas de coche cuando el que se estropea es el motor.

Las especificaciones de los propulsores están en manos de los equipos al menos desde hace un año, y estos, en consecuencia, han elaborado sus diseños con la suficiente antelación como para que estuvieran bien dispuestos ante los primeros test de pretemporada. Por si fuera poco, los motoristas actuales no se limitan a servir su material y decir si te he visto no me acuerdo, como a veces sucedía antaño. Trabajan codo con codo con los departamentos de ingeniería de las escuderías durante el desarrollo del monoplaza, responden a sus preguntas, modifican y resuelven todo lo que está en su mano modificar y resolver, por lo que en esta historia de los problemas que ha sufrido el RB10 en Jerez, me he inclinado más en favor de Newey que de Renault.

Red Bull es el principal cliente de la empresa francesa de motores y como decía hace unas líneas, nadie como la gala para conocer a qué nivel de exigencia se iba a someter a su producto. Algo ha fallado en la entente, y a pesar de que Adrian haya vuelto a su tablero de dibujo en Milton Keynes para tenerlo todo listo para Bahrein y Helmut Marko haya tratado de exonerar a Renault, me quedo con las honestas palabras de Daniel Ricciardo cuando a colación de lo sucedido, ha comentado textualmente: «Dos semanas es mucho tiempo en Fórmula 1, estoy seguro de que Renault trabajará al máximo para solucionar estos problemas que hemos estado teniendo

¿El australiano mencionó a «Renault»? Sí, lo hizo, y es de los que saben de todo esto que está sucediendo.

2 comentarios:

Tadeo dijo...

Me duele decir esto, pero me parece que el gran Newey no ha sabido (de momento) adaptarse a la nueva reglamentación.

El problema es de calor generado y no evacuado, es un mal diseño lo miremos por donde lo miremos. Un ingeniero tiene que saber antes de empezar donde están los problemas que puede generar su idea. Si no lo sabe, simplemente le crecen los enanos, que es ni más ni menos lo que le está pasando a Red Bull.

Estoy de acuerdo en que esto es una carrera de fondo y acaban de dar la salida, pero recordemos que una temporada sin prácticas, para poder probar sus diseños en pista, complica enormemente la solución.

El problema del RB10 es el mismo que causó los problemas de los alternadores y es que Newey aprieta mucho los diseños, tanto que no caben en sus estilizadas carrocerías aerodinámicas.

Y ahora lo grave, ha sido el primer test, las modificaciones leves se solucionan en unos días y aparecen junto con el siguiente nivel de ingeniería en el próximo test dentro de 10 días. Pero las cosas graves suelen corregirse en el tercer test. Tal y como están las cosas, Red Bull llevará solo un test cuando el resto de rivales lleven 3.

Empieza mal el año y para mi es un problema estructural, no le veo solución a un problema de diseño sino es cambiando el diseño, y para entonces hemos llegado al verano.

Saludos

Tadeo dijo...

http://www.elconfidencial.com/deportes/formula-1/2014-02-01/la-pesadilla-de-red-bull-termino-con-un-agujero-en-el-rb10-y-apendicitis-en-renault_83522/