lunes, 5 de marzo de 2012

El príncipe destronado


Si en 2010 firmaba las paces con Hamilton, en 2011 me dedicaba a disfrutar de su inmensa calidad como piloto.

Por esas incongruencias que tiene la vida y a las que soy tan proclive, si sus primeros pasos me hartaron bastante, para qué negarlo, su madurez me ha quitado treinta o cuarenta años de encima, devolviéndome a una F1 en la que el temperamento y el instinto al volante significaban realmente algo.

Bajo mi humilde prisma de ver las cosas, Lewis llegaba de forma temprana a todo esto y se quemaba radicalmente rápido porque le faltaba lo que comienza a atesorar ahora: experiencia. Eclipsado en sus inicios en la máxima categoría por una fogosidad tutelada y alentada desde su entorno inmediato y consentida por los que mueven los hilos, el campeonato mundial que logró en 2008 le vino demasiado holgado. Eclipsado posteriormente por ese fenómeno que atiende al apellido de Vettel, dejó de ser figura mediática para convertirse en un león de invierno, mientras se golpeaba una y otra vez con el muro de hormigón armado que supone la convivencia con un compañero como Button.

Sujeto por un hilo su liderazgo en McLaren, Hamilton aprendía a ganarse las alubias precisamente durante este año pasado, pues por primera vez desde que le vi subirse a un monoplaza en 2007, sentí que comenzaba a luchar consigo mismo en un entorno que había dejado de comprenderle, la mejor escuela, de manera que no le quedaba otra que retratarse sobre el asfalto a base de ese talento que le sobra y que le cuesta tanto controlar.

¿Cal, arena? ¿Qué más da? El británico goza de firma propia y cada vez la escribe más legible y limpia, aunque a veces surjan inevitablemente salpicados de tinta que manchan su hoja de servicios. 

En 2012, trece años largos desde que McLaren ganara su último campeonato de constructores (1998), Lewis tiene ante sí la oportunidad de demostrar que puede arrear con todo el equipo y llevarlo a lo más alto.

El principe destronado se encuentra de nuevo frente a las murallas del que considera su reino, pero esta vez es consciente de que puede no disponer de más reválidas, lo que le convierte en un enemigo más peligroso. El MP4/27 parece una buena herramienta, Jenson no puede granjearle más sustos puesto que lo conoce de sobra... Queda él, su nervio, su pulso, su capacidad de ser voraz como una piraña, su hambre insaciable de victorias, quedan su velocidad y ese trono que sigue esperándole desde que reposara en él la corona en la que nunca creyó, porque la que quería se la arrebató Kimi.

5 comentarios:

Tadeo dijo...

Este es de los grandes. No creo solo que sea cosa de la experiencia, sino también de madurez personal.

Por desgracia para su corazoncito, el año pasado ganó mucha de esa madurez, así que todos esperamos volver a ver a un Ham temible.

Saludos

J-CAR dijo...

¡Vaya racha que llevas! ¡Estás que te sales, chaval, ;-)! Desde luego que tienes el bisturí bien afilado para la nueva temporada. Esta vez me has incitado a hacer autocrítica.
Para explicar la “crisis” de Lewis se buscaron muchos posibles motivos el año pasado:
- La churri. Como siempre, el más socorrido.
- Celos de su nuevo compi que ha sabido granjearse el favor de los mandamases del equipo. Para continuar el relato apócrifo del 2007.
- Demasiado ambiente de famoseo, demasiadas fiestas, demasiados viajes. No todo es posible, héroe…
- El alejamiento de la protección y el control de papá y los malos consejos de los nuevos managers. Expertos en mercantilismo famoseril pero nulos a la hora de saber llevar a un chaval o de centrar la precisión y minuciosidad necesaria para el éxito profesional de todo piloto-jedi.
El oír continua y repetidamente todas estas hipótesis en sucesión aleatoria hace que quede como poso lo que tienen en común: falta de madurez. Que volvía a ser alimentada con un nuevo choque por parte de Lewis. Afortunadamente Yeongam y Abu Dhabi hicieron que todo esto quedara un poco aparcado. Como dije, necesitaba una victoria más para romper esa imagen o corría el riesgo de empezar a creersela.
Solo una vez oí o leí una hipótesis centrada en su pilotaje y, maldita sea, no recuerdo a quien. ¿Cuál era la principal ventaja de Lewis en comparación con sus rivales? Su facilidad para adelantar, para encontrar el hueco. Pues bien, el maldito DRS y la degradación de los Pirellis acabaron de un plumazo con esa ventaja, cualquier manazas podía adelantar con facilidad y lucir en las repeticiones de la FOM. Con los escapes sopladores cualquiera podía parecer rápido y si no lo era más era por el coche pues estos aparecían frecuentemente ordenados casi por escuadras en la parrilla. Así era imposible destacar, deslumbrarnos con su talento y su ego, y su estrella se fue apagando.
¿Hay algún cambio reglamentario sobre el DRS esta temporada? Creo que no.
¿Fichar al piloto con más talento o al que aporte más pasta? Si el rendimiento y los resultados van a depender, gracias a este reglamento, casi exclusivamente del equipo técnico y de la cantidad pasta que consigas reunir, pues… ¿Es solo por mercantilismo o es también un efecto no esperado de este reglamento?
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!

rudyBB dijo...

Excelente Lewis
Excelente entrada
Y excelente comentarios

J-CAR dijo...

“Como dije, necesitaba una victoria más para romper esa imagen o corría el riesgo de empezar a creérsela.”
Sobre como uno acaba siendo preso de los fantasmas de lo que los demás cuentan sobre si mismo:
http://www.youtube.com/watch?v=F8CPyykQyDM
Off Topic: Si miramos las situaciones de educación infantil desde esta perspectiva podemos preguntarnos sobre la influencia contextual que tienen las predicciones que nos hacemos sobre sus capacidades o sus posibilidades de futuro, incluso sin decirlas. Como a veces les motivamos o les desmotivamos sin darnos cuenta. O como a veces tristemente acaban encarnando nuestros temores sobre lo que acabarían siendo.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!

Unknown dijo...

Coincido con Tadeo, la madurez le está sentando muy bien a su estilo de manejo. Ya no destruye las llantas como antes, y la influencia de Button lo está ayudando a que la aproximación al sobrepaso sea más limpia y elegante

Pero le falta volar del nido. La zona de conforto de McLaren lo hace un piloto hasta cierto grado conformista, si es que se puede hablar de conformismo en un piloto de F1.

Definitivamente Lewis es ya un nombre grande en la historia del circo