domingo, 9 de abril de 2023

Estaturas humanas


Debería ser considerado crimen de lesa majestad comparar a Carlos Alberto Reutemann con Felipe Massa, pero puesto que se está cometiendo estos días con nocturnidad, alevosía, dolo e ignorancia manifiesta, permitidme que reflexione un poco, aquí, echando el ratito en Nürbu.

Independientemente de lo que considere Cora Reutemann [«La famiglia»] y los numerosos aficionados que reclaman la reparación al argentino, considero que el Lole se habría sentido plenamente satisfecho y reparado conociendo la confesión que hizo Bernie Ecclestone a Manish Pandey en «Lucky!», ya que era piloto de batir a sus rivales en pista con la finura y velocidad que lo caracterizó siempre. Humanamente hablando, Carlos Alberto jamás habría aceptado que Nelson Piquet hubiese sido desposeído de su primer título tras saberse que fue amañado, simplemente porque era un caballero que conocía perfectamente a qué juego jugaba y cómo se las gastaban en el paddock a finales de los setenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado [Reutemann (B. Passarelli y A. Di Giacomo)].

Caso aparte es mi Felipe, que como hombre y conductor insiste en no llegar a la suela de las zapatillas al santafesino, y ha visto en la confesión de Bernie al respecto de 2008 [Felipe Massa was cheated out of 2008 title, Lewis Hamilton got lucky] la oportunidad de reivindicar su mediocridad, porque sí, porque resulta muy mediocre reclamar la victoria en una temporada que no se circunscribió sólo a lo que sucedió en el Gran Premio de Singapur.

Por mucho que el paulista insista en ello, 2008 constó de 18 pruebas y, a la monumental cagada de Ferrari en Marina Bay, hay que sumar un Gran Premio de Canadá en el que el titular del número 2 fue incapaz de rentabilizar el abandono de sus dos directos rivales en el campeonato, gracias a que Hamilton decidió llevarse puesto a Raikkonen a la salida de boxes y con semáforo en rojo; o el Gran Premio de Gran Bretaña, sí, en Silverstone, donde nuestro pequeño protagonista de esta parte del texto concluyó decimotercero y con dos vueltas perdidas, no sin antes ofrecernos un bonito recital de trompos bajo la lluvia; o el Gran Premio de China, previo al de Brasil, el definitorio, cuando Massa terminó segundo a 1/4 de minuto del británico, y básicamente porque Kimi no quiso cobrarse algunas facturas y aceptó dócilmente su papel de escudero...

Desgraciadamente no hay mucho que comparar entre el de Santa Fe y el de Sao Paulo, sobre todo para el segundo, porque esto no va de carreras o coronas robadas sino de diferentes estaturas humanas.

Os leo.

2 comentarios:

Lastra dijo...

Uff! Te comería a besos si te tuviera a mano... Con perdón ;)))

Anónimo dijo...

Por acá (ARG🇦🇷) al Lole, en su momento, lo "ninguneamos" (me incluyo) a morir, por su condición de "segundon"
(exitistas nosotros ?)
...paso el tiempo, y algunos (no todos) fuimos cambiando esa "opinión primate"...hoy, soy de los que piensan, que un Título de "SEÑOR", vale bastante más, que cualquier campeonato del mundo. 👍