Cuando el vigente bicampeón del mundo acumula tan sólo 2 victorias en callejeros de 37 triunfos netos, y su compañero suma 4 de 6 —5 de 7 si contamos la Sprint de ayer—, yo no aseguraría tajantemente que el segundo es el Rey de los circuitos urbanos, más bien, me inclinaría a pensar que ha tomado la medida al primero, de manera que cuando Max sufre en trazados incómodos para su estilo de conducción, y, a similar coche, Checo le da al holandés donde más duele...
Está bien esta dinámica porque los grandes beneficiados somos nosotros, y Red Bull, lógicamente, y los fans del mexicano que siguen soñando que la igualdad de oportunidades es un hecho contrastable en Milton Keynes.
Hoy por hoy sigue sin haber quien tosa al RB19. La austriaca dobla ya en puntos a la segunda clasificada en la tabla de constructores, que no es Mercedes AMG ni Ferrari sino Aston Martin, y así está el tema, cabría decir, y así convendría que leyéramos el Gran Premio de Azerbaiyán, incluso contando con la enésima ayudita del tinglado a Pirelli a cuenta de la reducción del espacio dedicado al DRS, que lejos de compactar la parrilla nos ha permitido ver la brutal capacidad de recuperación de energía que ofrecen los Honda Red Bull Powertrains, al menos en los monoplazas de la casa madre.
Pérez ha plantado cara a Verstappen y ha ganado el duelo por partida doble en el mismo fin de semana. Así las cosas, si «el principal enemigo de un piloto está al otro lado del garaje», Max ya sabe a quién se refiere esta frase, lo que, bien mirado, no está nada mal para satisfacer nuestros anhelos de entretenimiento.
Os leo.
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