¡Dos entradas consecutivas con Fernando como protagonista. Dios, cualquiera podría llamarme alonsista…!
Me dejo de acciones evasivas y voy al grano, lo prometo. Esta tarde,
como sabe todo el mundo, el Nano ha cometido un error que le ha impedido
hacer segundo en la parrilla de Interlagos, quedando definitivamente
tercero. Lógicamente, la alegría ha sido general para todos aquellos que
sin ser aficionados pata negra paladeamos las gestas de Alonso
porque entendemos que tiene su mérito meter un abominable cacharro como
el F138 entre los grandes de la salida del último Gran Premio de esta
temporada, un circuito bastante especial en el que el año pasado incluso
el grandioso Vettel incumplió los protocolos de los señalados para la
gloria, volviéndose del revés a poco de comenzar la primera vuelta,
liderando para colmo de males el campeonato por 13 puntos y partiendo
cuarto con la sartén por el mango (el asturiano, su más firme opositor,
salía séptimo).
¿Dónde estábamos? Sí, en que el de Oviedo
se ha pasado esta tarde en el trazado paulista y ha perdido una
oportunidad de oro para quedarse con una de plata, y en que a cuenta del
suceso algunos aficionados nos hemos venido arriba. Cosas del deporte,
sin duda, porque si no existieran este tipo de pimientas ninguna salsa
valdría la pena, no sé si me entendéis.
Total, que más de uno ha enarbolado el consabido «y si» para
soñar un poco con la posibilidad de que si Fernando hubiera firmado una
vuelta sin errores, el Gran Premio de Brasil sonaría mañana a explosiva vendetta, y aquí han venido otros para recordarnos que el «y si»
de los demonios no vale gran cosa ante la fatalidad de unos hechos que
no contemplan enmienda. Y es cierto, tengo que reconocerlo, porque
jugando con el a estas horas manoseado «y si», si el F138 fuese sobre raíles como el RB9, otro gallo nos cantaría.
Pero no es así, porque ha habido un tiempo ya pasado en el que los que sufrían en propias carnes el «y si» cantarín,
decidieron presionar fuerte para que la posibilidad se convirtiera en
certeza con la ayuda inestimable de Bernie y Pirelli, de forma que el «y si» redbulliano
de primavera se ha convertido a partir de Alemania en el trasto que
lleva camino de conseguir el récord de victorias consecutivas a poco que
mañana Sebastian cumpla con lo esperado y no incurra en errores, que
bien mirado, también podría, y eso a pesar de no leer periódicos ni
entretenerse en Twitter y valer en boca de Helmut Marko, por Lewis Hamilton y Nico Rosberg juntos.
Y es que los errores los perpetran los pilotos que van al límite, ya
sea de conducción o de mecánica, o los poco curtidos (¡no iba a
olvidarlos, leñe!). De forma que podríamos convenir en que el de
Heppenheim comete pocos o ninguno porque su RB9 se lo permite, aunque si
llevara entre manos un F138 como el del Nano, sospecho ingenuamente que
ante idénticas circunstancias, incluso los alonsistas más acérrimos
estaríamos celebrando el «y si» de los cogieron porque es la
prolongación natural de un estado del alma que pervive en las tertulias
de cafetería o en las discusiones entre amigos, y nos sirve para
sobreponernos al maldito hoy soñando con un bello e inmaculado mañana
que todos sabemos, jamás llegará.
Así las cosas, celebro doblemente estar pensando ahora mismo en el ya citado «y si»,
porque supone que Fernando, a pesar de los pesares, admite todavía
exploraciones en el espacio y el tiempo como profesional, mientras que
el tetracampón en ciernes está estancado en un presente en el que no
caben dudas ni «y sis». Su coche va de cine, al del alemán me
refiero, sobre raíles, recordemos, y asumir errores no va con él porque
es la llave del tesoro que conduce inmaculadamente un tipo apellidado
Vettel, un individuo sobre el que no caben dudas y que por ello, me
resulta como a tantos otros, terriblemente aburrido.
¿Dónde estábamos? Sí, en que hay «y sis» que merecen ser celebrados como victorias.
1 comentario:
...te propongo un " y si..." a pretérito...."y si" Pirelli se hubiese estado quietecita e impertérrita ante las presiones desde el GP de España...
...entonces todos esos "y si..." a futuro los estaríamos viviendo como presentes...
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