No, tranquilos, Bernie no ha cantado todavía lo que le ha costado en transferencias que Pirelli haya salido de rositas del expolio que ha realizado este año en la competición, sin la sombra atosigante de Michelin para el año que viene y con un contrato casi armado para que pueda llevar a cabo otras tres chapuzas consecutivas como las que lleva realizando desde 2010, sesión en que desembarcó en la Fórmula 1.
Todo llegará, seguro, pero como diría aquél: hoy no toca, todavía.
Lo que sí toca es rozar de nuevo a la milanesa porque anda ahora mostrándose molesta por el paddock a cuenta de que los equipos la están complicando el trabajo de acertar para la temporada próxima, vamos, que no están por la labor de ceder a la italiana ni un milímetro de su trabajo, no sea que ésta haga trampas, extralimitándose con la información recabada o sintiéndose tan segura e intocable como se postuló ante el Tribunal Internacional de la FIA en junio, cuando lo del jacarandoso juicio a Mercedes AMG que acabó como el rosario de la aurora y con Pirelli mostrando su indignada rebeldía ante una instancia que afirmó con dos bemoles, que no podía juzgarla porque ella es un proveedor.
El único proveedor, para más señas, amén de la niña preferida de Bernie Ecclestone y el brazo armado de ese poder en la sombra ante el cual cedió Ari Vatanen, quien cuando cayó derrotado por Jean Todt en la lucha por la presidencia de la FIA, tuvo el acierto de denominar «cultura».
Decía que Pirelli se queja de la poca colaboración que está recibiendo por parte de la parrilla. Necesita un vehículo de este año y parece ser que nadie se lo presta, ni Brackley, beneficiada en primavera, ni Milton Keynes, beneficiada desde abril, así que ha comenzado a acusar a los equipos poco menos que de estar boicoteándola, aunque veladamente, muy en british, para que nos entendamos, todo con tal de no admitir que a lo peor, lo que pasa, es sencillamente que nadie se fía, ni siquiera sus viejos amigos.
Es cierto que siempre quedarán Bernie y sus transferencias como último recurso, aunque convendría no abusar del bolsillo del imprescindible, pues en el peor de los casos, Pirelli podría hacer como ha venido haciendo hasta el momento: empezar la temporada con una mano delante y otra detrás, pero con una hermosa panoplia de intenciones que se irán abandonando en la cuneta por razones de seguridad conforme vayan transcurriendo las carreras. La FIA en este sentido, resultará sin duda de gran ayuda, porque si hay que mirar para otro lado o cambiar algún apartado del reglamento técnico o deportivo, ése que quedó claro en junio que no afectaba a la milanesa, seguro que no le temblará el pulso en echarle una mano en aras de salvaguardar el bendito espectáculo de los cogieron.
Pirelli está preocupada y no es para menos. Se supone que este septiembre pasado ha tenido que poner a disposición de las escuderías las especificaciones de las gomas que se usarán a partir de febrero que viene, y todavía no se sabe si son churras o merinas, o las dos cosas a la vez, o ninguna, que también podría ser. Lo que sí está claro es que Melbourne está a la vuelta de la esquina y que los potentes motores turbo de 2014 siguen siendo un auténtico enigma... Y es que tendría su gracia que tras quitar de en medio a Jerez y Montmeló, en los entrenamientos de pretemporada que se llevarán a cabo en Bahrein, se replicara una situación similar a la vivida por El Circo en Silverstone hace tan solo unos meses.
Os leo.
2 comentarios:
Piurelli necesita directrices más claras de la FIA y Bernie (este último no parece estar por la labor, que le pidan a Newey las novedades (o quizás a Lauda), que es el camino más seguro hacia el éxito,buena noche Jose
Pirelli lo que tiene que hacer es preguntarle a Kumho...
Pero ¿no es Pirelli la que tiene que dar a los equipos las especificaciones 2014 en ¡¡Septiembre!!!?. Si estamos en Noviembre, qué leches anda diciendo este tío ahora. Esto es de un absurdo que asusta.
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