domingo, 12 de mayo de 2013

Demasiado barullo


Lo que hace casi un año era una simple sospecha [Pues va a ser que no] es a día de hoy una certeza incontestable. La calificación ha perdido importancia en la disputa de una prueba y cada vez es más habitual ver cómo durante los sábados los pilotos se limitan (es un decir), a jugar la primera mano de la partida sin que importe tanto quién es realmente el más rápido en pista.

Este nuevo valor estratégico de la fase de calificación se ha ido abriendo paso como de puntillas, pero en la actualidad supone un elemento clave para leer las carreras… si se pudiera leer algo, porque lamentablemente son demasiados los valores que cabe integrar en la ecuación para sacar en claro una estimación con sustancia y visos de acercarse a la realidad, y todo ello, gracias a un componente que antaño era una simple herramienta y hoy se ha posicionado como la diva de las pruebas.

Me refiero obviamente a los neumáticos, y aunque pueda resultar cansino, me gustaría reflexionar en estas horas previas a la celebración del Gran Premio de España, sobre la calidad de la información que manejan los chicos de Hembery a la hora de elegir sus compuestos para una carrera, o mejor dicho, en qué demonios piensa la milanesa para llegar a complicar tanto la vida de pilotos y máquinas, porque lo cierto es que entender el deporte, en su nuevo contexto, pasa ineludiblemente por erradicar de nuestras mentes aquello de que los pilotos luchan contra el trazado, su vehículo y las circunstancias de la prueba, y por asimilar de una vez por todas, que pelean realmente contra las gomas de sus monoplazas y que Pirelli es el auténtico enemigo a batir.

Y aquí viene la madre del cordero, ya que la italiana es de lejos, el elemento más opaco del paddock, de manera que entresacar algo en claro de sus constantes vaivenes se ha convertido en un deporte de riesgo.

Así las cosas, la gama para 2013 era sobre el papel más blanda que la de 2012, pero ha resultado un pozo de sorpresas que delata lo que ya intuíamos muchos: que Pirelli improvisa y miente, o que miente porque improvisa, o que se ve obligada a improvisar precisamente porque nunca ha tenido las cosas claras. Sea como fuere, «algo huele a podrido en Dinamarca» y ya va siendo hora de que alguien haga algo, porque no querer interferir en la competición (Hembery dixit) e interferir tanto, son dos conceptos totalmente incompatibles que definen un escenario de todo punto inadmisible en un deporte que farda tanto de ser la máxima expresión en esto del automovilismo.

Llegados aquí, tenemos hoy mismo una bonita oportunidad de ver de nuevo cómo Pirelli sigue liándola por mucho que prometa buen comportamiento. El Gran Premio de España se va a iniciar en apenas una hora y la elección de medios (distintivo blanco) y duros (distintivo naranja) ya ha grangeado algunos quebraderos de cabeza a los equipos y pilotos durante los dos días anteriores y promete una media de 4 pasos por garajes, amén de destartalarnos la lectura previa de la prueba ya que ayer, durante la calificación, todo fueron enigmas, mucha cautela y en el fondo excesivo ruido.

Hay razones, lógicamente. La gama 2013 de la milanesa se ha mostrado demasiado débil en su franja baja (superblandos y blandos), y de suyo es normal que para Montmeló se haya optado por endurecer el option a base de cambiar los blandos por los medios. Pero estos últimos tampoco se han mostrado efectivos, de manera que unas gomas que no resisten las condiciones del asfalto se gastan antes, pero como los juegos que puede usar cada vehículo son los que son y ni uno más, hay que ser en extremo cicateros con ellas para que haya suficientes juegos para llegar al postre. La FIA podía haber hecho como en Spa 2011 y haber abierto la mano para favorecer el espectáculo permitiendo la llegada de refuerzos, pero nadie ha movido un dedo…

Como digo, hay razones que explican lo que está sucediendo, pero honestamente tengo que volver a repetir que no son de recibo.

1 comentario:

Aficionando dijo...

Y tanto que ha perdido importancia la calificación. Hoy, viendo la carrera con un cuñado que sólo ve la F1 si le pilla bien, he ganado una apuesta con trampa: él apostó por Hamilton. Yo lo hubiera hecho también e n otras circunstancias, pero es que mi cuñado no lee este blog.
Yo le dije que casi con toda probabilidad ni Rossberg ni Hamilton acababan en los puntos, y casi lo bordo.
Los pirelli son una caca.
Y Mercedes una estafa, todo hay que decirlo.
Sólo que parece que esta vez esos neumáticos de mierda favorecen a Ferrari... así que no sé si quiero que cambie la cosa. Por lo menos parece que hay un equilibrio con Red Bull.