La verdad es que no me ha sorprendido lo más mínimo el anuncio de retirada inmediata que ha hecho Toyota. Empezábamos el año con un despliegue de fuegos artificiales y abundancia de Photoshop en la presentación del monoplaza llamado a asegurar la permanencia en la máxima categoría, y lo terminamos con una sonora ventosidad que nos ha dejado de un aire.
Bien es cierto que esta temporada se ha visto más a Toyota que de costumbre, Trulli y Glock supieron aprovechar la ventaja ofrecida por la lectura creativa del reglamento, pero en términos generales ha venido a ser como las anteriores, y aquí es donde cabe hacer algunas preguntas, porque si como parece la situación del sector automovilístico es la que ha decantado el percipitado final, ¿cómo ha sido posible que en épocas boyantes, el gigante nipón no haya sabido resolver las dudas que rodeaban a una escudería que ha tenido sobre sí uno de los más abultados presupuestos?
Hay quien quiere seguir viendo en la trastienda del asunto, como causa, el famoso error de bicefalia que ralentizaba la logística del entramado deportivo. Yo mismo he sido de la opinión de que tener un pie apuntando a Japón y el otro a Alemania no podía ser beneficioso, pero entonces, ¿cuál de ellos se posicionó claramente con la FOTA cuando el enfrentamiento con la FIA?, y ¿cuál mandaba de verdad en lo deportivo?
A mí, todas estas cosas que llevamos viendo, con Honda, después con BMW y ahora con Toyota, mientras lo de Renault ahí parece que anda, me ponen de los nervios. Se está en el deporte o no se está, y si se decide estar pues como que se puede pedir un poco más de respeto para la cosa y para los aficionados que la seguimos. Es un decir, obviamente, pero no me parece de recibo que se establezcan prioridades deportivas que en cuanto se tambalean originan un acuse de recibo muy negativo en la sede de la marca, que a su vez se convierte en una espada de Damocles que trastoca y rompe la confianza necesaria en el seno del equipo que defiende sus colores.
Todo esto es un enorme negocio, lo sabíamos, pero que se manche la competición con asuntos crematísticos, o de amortización de inversiones —que dicho sea de paso, por las dimensiones de alguno de sus protagonistas no deberían suponer un problema, al menos sobre el papel—, me crea serias dudas al respecto de que todos y cada uno de los integrantes del tinglado lo hayan comprendido alguna vez, de que Toyota, Honda, BMW o Renault, tanto da, se hayan enterado realmente de a qué estaban jugando.
Ferrari es un claro ejemplo de lo que significa estar en la F1, a las duras y a las maduras. Podemos analizar su caso si nos apetece, incluso criticarla por algunos de sus comportamientos, pero está y su presencia traslada confianza, y por ello crea afición o la mantiene.
¿Podríamos entender que en el fútbol, un Real Madrid, un Barça, un Manchester o un Inter, abandonaran sus respectivas competiciones porque llevaran algunas ligas sin alzarse con ellas? Pues eso, que me parece a mí que en esto de la F1 el negocio se está merendando al deporte, y que corremos el riesgo de quedarnos sin nada.
¿Toyota? ¡Bernie, ya sabes a quién estoy apuntando!
4 comentarios:
Amén :(
De abril a marzo Toyota Motor Company perdió 3200 millones de euros. Nos cuentan que Japón ya está saliendo de la crisis (los mismos que nos dicen que España saldrá pronto… un poco más tarde… un poco más…). Pero el ambiente social allí se está volviendo cada vez más turbulento (recomiendo leer: http://www.marcvidal.cat/espanol/2009/11/freeters-y-milagristas-.html ). Una imagen de marca ligada al lujo y el despilfarro ya no es de recibo. Responsabilidad. Sayonara F1.
Saludos al anfitrión y a los invitados.
Buenos días a todos ;)
Anónimo ;) Sí, amén, nunca mejor dicho :P
J-Car ;) Yo no lo veo así, y disculpa, aunque llevas parte de razón, porque la imagen que destila ahora mismo la F1 es de lujo y despilfarro. Para mí, este deporte es sinónimo de alta tecnología, de vanguardia y de competición a alto nivel, y en sintonía con ello, creo que Toyota pierde más que gana con su decisión de retirarse ;)
Un abrazo
Jose
Perdón. Creo que no me expliqué bien. Como bien dices todas estas multinacionales andan con un pie por dentro de la F1 y con otro por fuera. Así es difícil ir rápido y más aun adaptarse a lo cambiante del terreno. También prestan atención al ojo que les mira desde dentro, y aquí tu análisis es excepcional, y al ojo que les mira desde fuera, y aquí es donde quería hacer mi aportación. Porque me parece que esa otra mirada se está cargando de emociones negativas a causa de la crisis, y también explica el por qué de esta desbandada en F1 y WRC.
“Tecnología y vanguardia”. Creo que el F1 más avanzado fue el Williams FW15C. De esto hace ya demasiado tiempo y entonces todo en la F1 era mucho más barato. Los intentos de recuperar esa imagen este año con el KERS han acabado en esperpento y paso atrás. Veremos en que quedan los intentos de reducir los presupuestos.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
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