Por si acaso yo me pido con los pilotos, que la que se está preparando es buena y siempre me ha enrollado la parte reivindicativa de la cosa, sea cual sea, desde que a temprana edad aprendí que además de tener un carro de obligaciones, también tenía algunos derechos (muchos menos, desde luego), y que iba a tener que pelear por ellos el resto de mis días.
Y es que en este bosque animado en el que se desenvuelve la F1, sobra edulcorante deportivo con que enmascarar que hay patrones y currelas (tíos que ganan tela con el trabajo de otros, dicho en cristiano), y que estos últimos, además, se juegan la vida.
En esta tesitura vulgar donde las haya (hablar de pasta siempre resulta feo), el asunto que se ha montado a cuenta del aumento de la tasa que les quiere meter la FIA a los pilotos para que puedan ejercer su profesión, suena al vilipendiado y jamás entendido IAE (Impuesto de Actividades Económicas) a cuenta del cual los ayuntamientos te meten la mano en el bolsillo con la excusa de participar de las ganancias de tu negocio en aras del incomprendido y resbaladizo bien público (sin hacer acto de presencia si hay pérdidas, o vienen mal dadas, que hay que explicarlo todo), sumándose a nuestra bien amada Hacienda, que siempre tiene número y va primero.
Lo de Hacienda es comprensible, porque hay que pagar las infraestructuras, la sanidad y educación públicas, y esas cosas cuya descripción sería prolija pero en las que se incluyen los sueldos de los abundantes gandules que pululan dejándose la piel por el bien de todos (eso dicen), y la parte que le toca a los chicos de Rouco Varela, y las infinitas administracioes, etcétera, etcétera, etcétera. Lo de los ayuntamientos es menos digerible (otro día, si os apetece, me extiendo), y lo de la FIA totalmente desquiciante, porque además de a los pilotos, también se la clava a la FOTA (Formula One Teams Association, los constructores), y percibe su parte de la FOM (Formula One Management, Bernie), y cobra peaje a todo aquel que se mueve en el mundillo, en base a un supuesto papel representativo de carácter deportivo e imprescindible que se ha otorgado a sí misma y que no sirve para nada constructivo (es mi opinión, lo siento), y que además carece de cualquier supervisión ajena porque no depende de ministerio alguno, ni de entidad alguna... Un descojono, vamos.
Bueno, pues en este orden de cosas, como los pilotos ganan mucho, la FIA quiere más tajada por dejarles trabajar, ya que como está embarcada en una reducción de costes que haga viable el deporte, la ocurrencia de que paguen más los que menos tienen (sí, ya sé que ganan un pastón, pero como he dicho más arriba, hacen ganar mucho más a los que les pagan, porque el sistema es proporcional y son los primeros interesados en que sus escuderías cobren más a los anunciantes y chupen más minutos de televisión u ocupen más espacio en los diarios y prensa deportiva, porque así salen ganado todos, y porque en caso contrario los mandan a la puta calle)…
¡Uf, qué largo me ha salido el paréntesis! Decía hace un momento que la idea de incrementar el montante de la superlicencia (indispensable para correr) tiene su lógica, lo que pasa es que no la comprendemos, y de que lo hagamos se encargarán Max y Bernie y sus voceros, porque hay que ser desagradecidos y engreídos para amenazar con una huelga, con el dinero que se embolsan estos chavales sin cuyo concurso nada sería posible.
Hubo otra amenaza de huelga de la GPDA (Grand Prix Drivers Association, sindicato de conductores), aquella vez contra la FISA de Balestre. Ocurrió justo antes de que comenzara la temporada de 1982 (la foto es una joyita), en Kyalami (Sudáfrica), y ganaron los pilotos, como van a volver a hacer ahora.
4 comentarios:
Aquí ya me gustas más. Utiliza el látigo, que para eso lo tienes. Duro y sin piedad.
Sanreza Forever
Venga ese Jose cañeroooo!!! :-)
Pero, ¡no,no,no!...estás muy equivocado. Max es un incomprendido, un filántropo, y le estáis dejando solo. Max, desde el trance en que se vió sorprendido con las meretrices azotadoras, está en plena catarsis, ha visto la luz. Max se quiere "quitar el uniforme nazi de su papá", origen freudiano de sus apetencias sexuales y su carácter prepotente. Max se ha visto azotado por la fusta de la intimidad entre papá Mosley y el mismísimo Führer que le ha marcado desde niño y... ha tocado fondo y ha decidido crear la República Independiente de su casa (de la FIA, vamos) y ahora comprende que hay que igualar, unificar (motores, ECUS, cajas de cambios, circuitos), quiere compartir (gastos,culpas..lo que sea) quiere reducir (sesiones de test, personal superfluo, túneles de viento, ..gastos) y quiere repartir entre todos (los de la república independiente de la FIA) quitando a los que más cobran y más ostentan (los que se lo curran poniendo la gallina y los "huevos de oro" ).
¡¡ Max nos trae un nuevo orden!!.
¿Es que no os apreciáis tanta generosidad? ¡Desagradecidos!
Concha
Iba escribir un comentario mordaz pero después del nivel demostrado por el dueño del blog y sus comentaristas(Concha, te has salido XDDDDDDDD) solo me queda seguir esperando nuevas entradas mientras disfruto de la última.
Yo creo que la solución sería meter a Maxime en un biplaza en Singapur y después darle 50 vueltas a piñón con 35 grados y 90% de humedad, acabar haciendo un excurión fuera de pista contra alguna de las vallas...
Y después a ver si tiene cojones para decir que los pilotos cobran mucho.
Ya verías como empieza a azotarse el culo el solito repitiendo "No pediré dinero a los pilotos, soy un niño muuuuuy malo"
Saludos
Yo he acabado haciendome un cacao monumental entre Bernie y Moxley. Ya no se si manda uno o mandan los dos. No sé quien tiene la última palabra en estos casos o en temas como las famosas medallitas. No sé cual me parece más malo ni cual me cae peor.
Lo que tengo claro es que una huelga cambiaría mucho las cosas, y si alguno de estos dos cae, pues adelante ¿No?
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