Young and Beautiful

Te vi ganar en China 2010 y proclamarte Campeón del Mundo en 2016, y hoy, cuando tu nombre casi ha sido olvidado gracias a la prensa británica, no puedo evitar que la alegría me embriague al comprobar que han comenzado a desmoronarse los sillares de esa muralla que te ha distorsionado a los ojos de la gente todos estos años.

Habrá estos momentos quien se esté preguntando qué ha sucedido, a quienes leyeron, oyeron o escucharon de 2014 a esta parte, para que emerjas como salido de la nada para explicar con tu ausencia qué está ocurriendo en la actualidad en Mercedes AMG, por qué un campeón pudo llorar como tú en la rueda de prensa posterior al Gran Premio de Abu Dhabi, o cómo es posible que renunciaras a defender tu título porque simplemente pretendías ser feliz. 

Hoy, cuando un tipo sobrevalorado como Kimi ha conseguido la pole en Mónaco para que los expertos continúen haciendo autoparodia con sus declaraciones y artículos; cuando los sabios comienzan a ser reconocidos porque te vieron antes que nadie aunque jamás te defendieron en público hasta conocer con qué ferocidad y con qué argumentos te defendíamos aquí, levanto mi fusil para gritar bien fuerte que la tierra de nuestros antepasados no se rinde, que Colinas Negras resiste.

Me costaste caro, Nico. Era hablar de ti, de Checo o de Kimi, y que me faltara la tierra bajo los pies. 

El mundo contra mí, las conspiraciones, ¡Jesús, no sé que te pasa con Lewis...! Ir a contracorriente nunca ha sido buena idea pero la cabra tira al monte y yo qué sé... A cambio, te fui desleal en 2015 aunque el desencuentro fue breve, dos, tres carreras a lo sumo. Luego te pedí perdón aquí mismo, en el Nürbu de Concha, y continué batiendo el terreno enemigo como si la única razón de mi existencia fuese aclarar que hay luz más allá de las sombras, que los velocirraptores jamás se comportan como cerdos cuando juegan con ventaja. Ganar tiempo mientras llegabas, a eso se reducía todo.

«Paha Sapa es mi país y lo amo, y quien lo pise escuchará el estampido de mi fusil.»

Y llegaste, y escribí entonces que dejabas con tu renuncia un regalo envenenado para Hamilton y que como le sucedió a tu padre, el gran Keijo Erik Rosberg, la gente iba a tardar en rendirse a tus pies porque lo sencillo, siempre, ha sido seguir dócilmente la corriente mayoritaria. ¿Quién lucha contra eso?

Qué ha sucedido, a quienes leímos, oímos o escuchamos de 2014 a esta parte, para que tu nombre surja al término de la clasificación del Gran Premio de Mónaco para explicar que lo que pasa en Brackley consiste lisa y llanamente en que faltas tú...

Os leo.