sábado, 14 de noviembre de 2015

Pavane


No salgo de mi asombro. Pasa el tiempo y parece que seguimos sin aprender nada. En enero era sencillo, estaba en juego la libertad de expresión pero como Charlie-Hebdo se las traía con abalorios con todo tipo de confesiones, hubo quien se desmarcó, quien en el fondo entendió, y aunque en menor cuantía, también hubo quien no se sintió Charlie para nada.

Lo de ayer noche en París es un poco más complicado de digerir pero a la vez, más sencillo de responder. Con contundencia a ser posible, usando la misma ceguera que quienes se llevaron por delante la vida de más de un centenar de inocentes...

Lo dije hace casi un año: «Con todo esto quiero decir que somos Occidente para lo bueno y para lo malo, y que nos ha costado los nuestro conseguir la mierda que tenemos, incluida la Merkel, como para que vengan cuatro hijoputas con sus kaláshnikov vengadores pretendiendo que perdamos la primera batalla, la del miedo.» 

Y la estamos perdiendo, vaya que lo estamos haciendo. Aceptando que sean ellos los que marquen las reglas del juego, que sean ellos los que nos hagan dudar de nuestras señas de identidad, que sean ellos los que nos hagan mirar de reojo a quienes nos rodean o que empecemos a pensar más en términos de cristianismo que en la caridad y misericordia cristianas que necesitan los que buscan nuestro amparo. Que sean ellos, en una palabra, los que nos hagan olvidar que por encima de todo, somos hijos de la Ilustración que cuajó con mayor intensidad en Francia que en ningún otro lugar sobre la Tierra.

Tenemos instituciones y nos hemos dado leyes, tenemos cultura y hemos sido educados en la razón crítica. Esas son nuestras armas. 

Estamos en guerra, pero aunque a estas horas importe un carajo quién la inició o quién ha cometido mayor cantidad de errores, está visto que la vamos a disputar en casa y que sólo la ganaremos si entendemos de una puñetera vez, que no debemos aceptar que esto se convierta en una guerra entre iguales porque eso es lo que buscan los descerebrados que no viendo futuro para ellos, pretenden negárselo al resto de mortales. 

La verdad es que no disponemos de demasiado tiempo de tanto como hemos perdido. Pueden cazarnos como a conejos y a cualquier hora del día —en eso consiste el terrorismo—, pero que se os meta en la cabeza que no son iguales a nosotros y que tenemos que empezar a demostrárselo ya, comenzando por devolver la normalidad a nuestras vidas. Si ganamos esta batalla, ganaremos las siguientes.

Mañana sigo escribiendo sobre Fórmula 1. Por las víctimas, por París, por Juan Alberto y por mi hijo y su futuro. Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DEDICADO A LOS AMANTES DE LA MUERTE (y por elevación, a los amigos del fracaso que visitan este blog). "Fluctuat nec mergitur"

"Francia es un país antiguo, donde los enamorados se besan libremente.

París es nuestra capital. Amamos la música, la ebriedad, la alegría.

Desde hace siglos, algunos enamorados de la muerte han intentado arrebatarnos la alegría de vivir. No lo han conseguido.

Aquellos que aman, aquellos que aman la vida, al final son siempre los que ganan. "Fluctuat nec mergitur" (fluctúa pero no se hunde).

Amigos de todo el mundo, gracias por #prayforParis, pero no necesitamos más religión. ¡Nuestra fe está con la música!¡Los besos!¡La vida! ¡Champagne y alegría! #parisisaboutlife

El terrorismo no es un enemigo. el terrorismo es un modus operandi. repetir "estamos en guerra" sin encontrar el coraje para señalar a nuestros enemigos. Nuestros enemigos son los que aman la muerte, bajo diversos uniformes están ahí desde siempre. La historia los olvida bastante rápido. Y parís muere. Quien los manda a la MIERDA.

Los que han muerto esta noche estaban en la calle para vivir, beber, cantar. No sabían que se les había declarado la guerra.

En lugar de dividirnos, nos han recordado lo precioso que es esto: nuestra forma de vida.

Enamorados de la muerte, si Dios existe, los repudia. Y ya han perdido, así en la Tierra como en el cielo.

Esto significa: a la mierda la muerte".

Joann Sfar

Anónimo dijo...

La vida te da "sabiduría" y también la vida es muy perra, se van muchos que no deberían irse y quedan muchos que si deberían.

A estos hijos de perra que se tomaron la licencia de matar a decenas de personas porque sí, hay que reducirlos a polvo. Transegir con esta bazofia es perder la vida antes que después.
Debemos mentalizarnos que esto volverá a pasar y puede tocarnos a cualquiera. Yo rezo porque mis seres más queridos no se vean dañados porque si eso pasara ...