La esperanza es lo último que se pierde, y os lo dice uno, yo, a
quien no se le caen los anillos en reconocer que a veces el optimismo
puede ser también causa de muerte.
La última vez que tuve conciencia de pecar de optimismo, sostenía
contra mi pecho un pajarillo de unos días al que había intentado salvar
de no sé que mal augurio mientras él, ajeno a las lágrimas que lamían
mis mejillas, me dedicaba un adiós cálido como no recuerdo haber
recibido jamás.
Vaso medio lleno o medio vacío, prefiero
ver la vida bajo los focos de la esperanza. Es una actitud que tiene sus
riesgos, lo reconozco, pero es la que que mejor sirve a mis propósitos y
la que acuño cada mañana cuando me levanto, porque sin ella me siento
bastante solo y perdido, como intuyo le está sucediendo a Fernando ahora
mismo. Todo va bien hasta que se tuerce, y cuando ocurre el
despropósito, surge un sindiós que no hay Dios que entienda. Vas
estupendamente, sientes que tienes todo bajo control y viene Spa para
avisarte de que eres frágil como un cristal de Bohemia, que eres polvo y
volverás al polvo y todo eso. Lo superas, remontas, y llega Suzuka para
decirte al oído que te andes con sumo cuidado…
La esperanza, sí. Este blog rebosa de gente que busca
esperanza. Lo noto en las estadísticas y en los comentarios. Cuando las
cosas van bien todo quisque se va con Craig Scarborough y sus adláteres,
pero en cuanto vienen torcidas, la turba se refugia en mis tonterías
diarias por ver si queda algo de dónde rascar.
Sí queda, a fe mía que queda de eso y de alguna cosa más. Queda
Austin, por ejemplo, un episodio que se presenta en el horizonte bajo
una interrogante bien grande porque nadie salvo Pirelli sabe de qué va, y
ahí el Nano se crece como hace incluso en crucigramas menos complejos; y
queda Interlagos, santuario afín a las bondades de Ferrari…
¿Y si no hay posibilidad de llevarse el tercero este año?
Buena pregunta. Si esta temporada no hay bemoles, esperaremos a la
otra, y si no, a la siguiente, porque aunque haya quien a estas alturas
se esté descojonando de Sun Tzu, al sabio le siguen estudiando en las
mejores academias de oficiales militares, y que se sepa, no participa de
la rancia twittería, lo que en vulgar paladino significa que el anciano permanece muy por encima de algunas almas perdidas que no entienden que si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro.
¿Esperanza? Las hebras del universo están trenzadas de esta extraña sustancia.
5 comentarios:
orroe, ha salido tu lado femenino,,,,,,,,,,,,,,,,, O_O............ ;) me encanta, soy como tu, o de menor quiero ser como tu....... ;)
Una de ésas...¡eh?, lo tenías que hacer XD... sin palabras.
Cada día nos recuerdas la diferencia entre ser escritor o ser un aficionadillo juntaletras (como nosotros ;)
Muy grande, Josetxu !!
Un besazo
Una razón para soñar: El Nano es especialista en circuitos nuevos.Como dijo Pío Baroja, la desgracia hace discurrir más y la felicidad quita todo deseo de análisis:Todavía están las espadas en alto y lo que hoy es alegría para unos mañana bien puede ser tristeza.Y viceversa.Ferrari tiene poco tiempo, pero segurísimo que está afilando el hacha.Y si al final no se consigue el objetivo, felicitar al rival más duro, que es quien da valor a tus logros y no llorar porque terminó, sino sonreir porque sucedió.Pase lo que pase 2012 habrá sido una temporada para recordar.(Josetxu,cómo nos emocionas.Grandes amigos son los animales:No preguntan,no traicionan,no envidian,no critican)
Saludos.
Me ha encantado la entrada.
Me encanta este maravilloso blog. Es un rincón especial.
Estoy contigo. Un sentimiento irracional me dice que hay que tener fe y que este año es nuestro. El rival es durísimo, y por eso más valor tendrá esta victoria.
Un abrazo!
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