Los británicos, que son tan suyos para deambular por la F1 como si la hubieran inventado, tardaron lo suyo en triunfar en un Grand Prix, que para colmo no estaba incluido en el Campeonato Mundial. Ocurría en Siracusa (Italia), en 1955, cuando el piloto Tony Brooks se imponía sobre sus rivales a bordo de un Connaught Type B.
El hito, cuya efeméride se celebraba en el Festival de Goodwood de hace dos años, con piloto y máquina presentes, tal y como atestigua la fotografía de más arriba, suponía efectivamente la primera victoria enteramente británica, pues el coche había sido realizado por la empresa Connaught, localizada en Surrey, y Charles Anthony Stanford Brooks (Tony), había nacido en Dukinfield, en el condado de Cheshire.
Si sobre Brooks cabe recordar que quedó segundo en el campeonato de pilotos de 1959 detrás del australiano Jack Brabham, retirándose de la competición en F1 en el G.P. de los Estados Unidos de 1961, después de haber logrado 6 victorias (4 con Vanwall, entre 1957 y 1958; y 2 con Ferrari, ambas en 1959) durante el transcurso de las 38 pruebas puntuables en las que participó desde que se estrenara en el Mundial (Mónaco, 1956, con BRM), lo cierto es que sobre Connaught hay que hacer un pequeño esfuerzo para descatar su historia, pues no es tan conocida como debiera, ya que en su corta trayectoria (1949 a 1957) produjo vehículos Sport y monoplazas, suponiendo el primer intento británico por interrumpir la hegemonía italiana en el mundo de la competición.
El Type B (B-Type según algunas referencias), es sin duda el ejemplo indiscutible del enorme nivel de apuesta que asumió Connaught ante la necesidad de abrirse paso en el mundo de la competición de monoplazas a partir de la idea de convertirse en proveedora de equipos privados.
Diseñado en 1954, necesitó de una inversión de 15.000 Libras Esterlinas de la época para comenzar a rodar con garantías. Siendo inicialmente propulsado por un motor Alta de 4 cilindros en línea (2.470 cc.) que desarrollaba 240 CV. de potencia a 6.400 rpm., y que sustituia a los tradicionales Lea-Francis utilizados por la casa; la versión de 1955, con la reducción de peso gracias a la adopción de frenos de disco y llantas de aleación de magnesio, y con el cambio de la alimentación por inyectores a la más moderna de carburadores Weber, alcanzó prestaciones que rozaron los 250 CV. a 6.700 rpm.
A pesar del éxito de Brooks en Siracusa, y del tercer y quinto puestos obtenidos respectivamente por Ron Flockhart y John Eric George Fairman en el G.P. de Italia de 1956 (puntuable), la asfixiante situación económica que llevaba tiempo arrastrando Connaught terminó con su aventura en octubre de 1957, dejando como legado el extraño Type C, conocido cariñosamente como toothpaste pipe (tubo de dentífrico) por las peculiares formas aerodinámicas de su carrocería, y una escudería que sería adquirida por un irreconocible Bernie Ecclestone, quien intentó clasificarse sin éxito para disputar el G.P. de Mónaco de 1958, precisamente con un Connaught Type B.
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