A tenor de los sondeos soy un señor bastante raro, algo que se me ha ido agudizando con la edad, lo admito. El lunes pasado, por ejemplo, en la primera media hora del apagón no traté de ponerme en contacto con Moncloa sino con Iberdrola y Euskaltel, y actué así no por conocer «exactamente» qué había causado el pifostio, mucho menos para que se pusiera Pedro al aparato, sino por saber cuándo se preveía (más o menos) que nos devolverían la energía eléctrica y el servicio de móvil e Internet a nuestra zona de residencia en Gorliz.
Con la clasificación para la Sprint de Miami me ha pasado algo muy similar, ¿os lo podéis creer? No me gusta el trazado miamitarra, abomino de estas mini carreritas que sólo consumen gomas y kilómetros a las unidades de potencia, amén de sondear los niveles de paciencia del personal, pero, por esas cosas que nadie se explica, he acabado divirtiéndome como un chiquillo con juguete nuevo, básicamente porque quien nada espera todo obtiene, que decía el sabio.