martes, 23 de septiembre de 2014

Hincha, por favor


La condición humana es harto compleja pero a la vez tremendamente sencilla de entender, de manera que por optimizar recursos esenciales para cosas más vitales, nuestro cerebro recurre a sintetizar mediante automatismos y plantillas sus numerosos desempeños.

Así las cosas, nuestra manera de caminar es una plantilla, por ejemplo. Desde que nos pusimos en pie por primera vez la cosa ha funcionado salvo algún tropezón que otro y obviamente, no hay por qué cambiarla porque nuestro cerebro la tiene tan bien aprendida que incluso podemos pasear dormidos por el pasillo. También es una plantilla nuestra forma de respirar, de coger un tenedor o una cuchara y miles de cosas más, incluyendo la manera en que nos subimos a una tabla de surf o skate ya que utilizando otra, nos costaría mantener el equilibrio...

Podría tirarme toda la tarde poniendo símiles, pero espero que os resulte suficiente que diga que cuando enseño a dibujar, mi reto más complicado consiste en entrenar a mis alumnos para que dejen de hacer caso a su cerebro cuando trata de imponerles toda la panoplia de estereotipos que tiene a su disposición, que es enorme, creedme, porque una vez roto este vínculo de dependencia, ver la realidad, entenderla y plasmarla posteriormente sobre el papel, se convierten en actividades mucho más sencillas de lo que vulgarmente se acepta.

Lo habéis pillado. Estoy hablando de lateralidad, concretamente de la función de nuestro hemisferio izquierdo cerebral, de esa parte cabrona de nuestro cuerpo que nos facilita la vida pero a la vez nos la complica, ya que rara vez somos totalmente autónomos, incluso en el plano social o intelectual. Plantillas, siempre usamos plantillas, y para evitarlas o mejor dicho: crear nuevas, todo pasa por aceptar que hay que hacer entrenamiento hasta que el nuevo formato se incorpora al acervo de recursos de nuestro bendito control de misión, obviamente como una plantilla avanzada.

No os aburro. Con este asunto de si Fernando y Ferrari rompen alianza o no, se está abusando del término tifosi como si describiera una masa uniforme, cuando en realidad existen tantos tipos de tifosi como actividades deportivas en Italia y en lo que nos afecta, la Fórmula 1, atiende tanto al tifoso tranquilote que aguanta lo que no está escrito con Ferrari como hace un hincha del Athletic ante el flirteo de su equipo del alma con un posible descenso, como a un fanático de La Scuderia de los de bate de béisbol y puño americano, que haberlos también haylos.

En Gran Bretaña existe una clara división entre lo que supone ser supporter y hooligan y en nuestro bendito país, entre aficionado y fanático, de forma que aceptando que es jodido luchar contra lo que creemos sabido, pediría a los que están abusando del término tifosi estos últimos días, que discriminasen un poco por el bien de todos, no sea que con tanta confusión y tanto estereotipo, se entienda que Italia entera está pidiendo la cabeza del Nano, cuando lo que ocurre es que don Leo Turrini anda soliviantando a la gentuza que le comprará su próximo libro y se dice ferrarista de toda la vida.

Estos tifosi que dicen que claman por la llegada de Vettel a Maranello son una plantilla, como el zombie de la foto de entrada: cuando cierran los ojos en el interior de la escafandra, escuchan risas. Eso sí, las suyas.

Os leo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Orroe eres mi heroe. Con dos cojones, sí señor. Todo esto me recuerda a la que se lió con Llorente. A mi que no me mezclen con herrinorte. Athletic Beti Aurrera! Forza, Alonso y Ferrari!

Anónimo dijo...

Pues a mí el único "turrini" que me gusta es el de Jijona...
Lo sé, chiste muy malo.
Ahora en serio, pensaba que el Turrini ese era sólo el troll que aparece por aquí, me acabo de enterar de que es un bloguero de los "rossos".
Me da igual, los hechos hablan por sí solos, y como dijo Niki Lauda (al que tan mal suele traducir la prensa española, total, para qué van a aprender inglés y que la traducción les estropee un buen titular), Si no es por Alonso, Ferrari no estaría en ningún sitio...
Vaya pedazo de "silly season" nos espera, como el Mattiachi y su nuevo jefe no se espabilen y confirmen pronto que Fer se queda, van a quitarle el protagonismo a los Mercedes (total, las carreras no están siendo muy interesantes).

P.D.: Perdón por el comentario tan largo, pero tenía que decirlo...

GRING dijo...

¡Qué rápido has estado con la representación gráfica del cadáver (político) de Gallardón! Eso de la "lateralidad" y las "plantillas" me recuerda a la "transversalidad" y los "marcos" en ciencia política. También se puede aplicar aqui. Seamos menos rígidos y busquemos entender los problemas y las noticias aplicando un pensamiento transversal, el que suele aplicar Orroe a los temas que trata en este blog imprescindible (hasta para sus críticos más exacerbados). Un saludo a tutti, Turrini incluido.

J-CAR dijo...

Hasta los chistes malos ayudan a romper las plantillas y a pensar en libertad. ;)
El Clasicismo nos enseñó la forma canónica de mirar las cosas. Romper los colores , las perspectivas, la línea temporal nos enseñó a cuestionarnos el mundo y a verlo de otra forma. Bacon nos enseña tanto sobre el ser humano como Leonardo.

Juguemos un poco con el tiempo.
El sábado Luca desdijo la noticia anunciada de su dimisión. Dos días después se desdijo a sí mismo dimitiendo. Porque se había roto un motor. Si se hubiera despedido "como es debido" en la ocasión que "le brindaron" en Monza ¿se habría roto ese motor?
Toto dice que no quiere que la fiabilidad decida quien será el campeón justo el día después de que Nico empate a dos abandonos con Lewis.

¡Saludos!

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas tardes.

Anónimo ;) Me temo que nadie como nosotros para entender de qué va esto. Beti aurrera! y Forza, forza, forza! XDD

Anónimo ;) Pues ya ves, hoy ha habido calma chicha, pero mañana seguro que tenemos ración doble de silly season, como si lo viera XD

Gring ;) XDDD Si aplicásemos la transversalidad, ya te digo yo que mejorábamos incluso en economía, que a veces parece que seguimos en las trincheras del 14 :P

J-car ;) A estas alturas de la película incluso creo que ese motor jamás se habría roto XDDD Forzar el destino o jugar con él, acarrea siempre feas consecuencias. Luca tuvo un tiempo y un lugar, y nadie como él para conocer desde hace meses, que se le estaba acabando el tiempo de ocultar la realidad con la que dormía cada noche… Sí, ese motor no se habría roto jamás XDD

Un abrazote

Jose