miércoles, 6 de agosto de 2025

Adelantando, que es gerundio


Los adelantamientos en pista están sobrevalorados en la actual Fórmula 1, producen picos de atención durante las retransmisiones y por ellas, no por la espectacularidad propia del deporte, se facilitan con el apaño del DRS, que básicamente consiste en que un piloto se queda sin herramientas para defenderse mientras el rival lo adelanta. 

Resultaban escasos hasta épocas recientes, porque imponerse a otro conductor en un escenario donde prima la igualdad siempre resulta complicado, pero, a partir de 2011, el sorpasso se ha convertido en uno de esos asuntos que se arregla desde el Reglamento y, muy mitificado, ha acabado arraigando en el alma del aficionado menos preparado, siendo tan así que éste lo reclama como plato principal de las carreras sin reparar en que le están dando gato por liebre.

A ver, las entradillas a las retransmisiones, los vídeos más vistos, los momentos más excitantes de Drive to Survive, etcétera, rebosan adelantamientos por los cuatro costados y así resulta hasta normal esta querencia artificial por ver monoplazas sobrepasando a otros, a pesar de que, ahora, una de las maniobras más bellas de la Fórmula 1 se ha quedado en puritito decorado porque ha sido despojada de su alma y su esencia.

Siempre ha entrado dentro de lo razonable que un vehículo más potente, o con un piloto más capaz, acabase haciendo morder el polvo a un contrincante de peores características, pero, como decía hace unas líneas, suponía harina de otro costal poder ver a un tipo imponerse a un igual o similar sobre el asfalto, con idénticas armas, sin la estimable ayuda que proporcionan unas reglas pensadas para hacer aún más mediocre nuestra actividad.

La Normativa que estrenamos en unos meses pretende cambiar este estado de cosas y no sé si lo conseguirá, ni si lo veré. La aerodinámica activa y el puntual extra de potencia pueden quedar muy bien sobre el papel pero no dejan de ser tiritas con las que tratar de cerrar una herida bastante profunda.

Os leo.

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