domingo, 5 de marzo de 2023

Mutant chronicles


No podíamos empezar la temporada de mejor manera, pero conviene no olvidar que Fernando ha hecho lo que viene siendo costumbre en él, esta vez, sí, con un vehículo que le ha permitido brillar como hacía tiempo no veíamos, lo que ha facilitado que hayan surgido de debajo de las piedras multitud de alonsistas de toda la vida.

En líneas generales no me gusta el alonsismo de toda la vida que únicamente aparece cuando hay algo que festejar. Tampoco me han gustado las insinuaciones que ha hecho Martin Brundle durante la retransmisión, ni el suma y sigue de parecidos razonables que se están encontrando al AMR23... 

Me gusta el ambiente festivo que reina en estos instantes, la felicidad que embarga al Nano, el aterrizaje forzoso de los que hasta anteayer negaban la mayor y hablaban de venta de humo, y, por supuesto, reconocer en un tercer cajón del podio la capacidad milagrosa de hacer llover santo tomases como si no cupieran en el cielo.

Entre esos que hoy reconocen que Alonso es capaz de hacer cosas magistrales cuando dispone de herramienta, y llegar muy arriba cuando el monoplaza chuta, se encuentran también los que le han negado todos estos años la posibilidad de destacar porque sabían perfectamente que el asturiano, con coche, podía estropearles la escaleta. ¡Oh Dios, ahora hasta Marko tenía posado su ojo en el de Oviedo, y Toto casi que ya lo sabía...!

El mejor de todos sigue siendo Szafnauer, ya me entendéis...

En fin, la guerra ha comenzado, y lo sé porque el alonsismo bueno ya nos está diciendo a los alonsistas malos cómo debemos comportarnos, en qué tenemos que creer y en qué consiste eso de amar este deporte apasionadamente, pero sin pasarse, con la puntita, no nos vayamos a parecer a los británicos, holandeses o mexicanos, por citar sólo un puñado reconocible de ejemplos.

A estas horas los pies de los cansinos caminan apresurados por los pasillos del claustro mientras sus sotanas rozan el suelo. ¡Ha vuelto! —sinceramente, no sé de dónde—, y sienten la pulsión de decírnoslo, de señalar el horizonte, de advertirnos de las numerosas tentaciones que nos acecharán como creamos por encima de nuestras posibilidades. Les atenaza la urgencia de demostrar que siempre estuvieron allí y son felices fingiendo, y yo con ellos, básicamente porque a Fernando le importa un carajo que lo adulen ahora, ya que sabe perfectamente de qué va la película.

Vales lo que tu última carrera, dicen, y de momento no podemos quejarnos.

Os leo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Espera tú que haga una mala carrera (que pasará) y ya veras tu como se les ve a todos esto sus costurones....

Anónimo dijo...

Amén!

Anónimo dijo...

Yo lo único que sé es que hacía mucho que no disfrutaba tanto viendo una carrera de formula 1.
Y esta vez no ha hecho falta ni lluvias ni circunstancias que con algo de artificio acerquen a nuestros pilotos a los primeros puestos.
La temporada parece que será puro espectaculo, aunque solo sea del tercer puesto para atras y he disfrutado tanto de la carrera como de la cara de felicidad contagiosa que se le veía a Fernando.
Me importan un comino los antialonsistas, los superalonsistas o los mediopensionistas, solo siento que ya era hora de tener a este pilotazo con un coche decente.
Un saludo a todos.
Álvaro.
PD: Cual fueron los comentarios de Brundell? no los encuentro....

olhado_lh dijo...

No me he percatado de la existencia del alonsismo bueno, si que se de la existencia de los que señalan al alonsismo malo, esos enteraos que cuando poníamos matices al dominio del buen ingles nos acusaban que vivíamos permanentemente en el rencor de 2007 obviando la fabulosa maquina de pilotaba.

El domingo esos enteraos se convirtieron en estatuas de sal mirando el estratosférico adelantamiento de el nano.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días ;)

Álvaro: Brundle vino a insinuar en Sky que si Lance le coge pronto el tono al AMR23, Alonso podría comenzar a comportarse «nocivo» en Aston Martin... un comentario muy british pero sin ninguna gracia, as usual ;P

Abrazote

Jose

Jorge dijo...

Martin Brundle al igual que toda la prensa británica es más nocivo que una lechuga de Chernobyl.