domingo, 10 de abril de 2016

Seguir hablando de Fórmula 1


Me preguntaba un amigo hace unos días si había notado menos visitas en el blog, ya que el Gran Premio de Bahrein parecía que solo habíamos visto la carrera cuatro gatos...

Asentí. Los fines de semana de carrera no parecen los de antes. Hay menos comentarios en las redes sociales, menos intervenciones y por qué no decirlo, se palpa menos interés. Por fortuna, Nürbu aguanta y lo que pierde entre viernes y domingo se recupera a partir del lunes, aunque ahora los ciclos son más cortos y obviamente, el cómputo mensual de visitas se ha lastimado, situándose en el momento de escribir estas líneas en alrededor de 45.000 cuando entre marzo y agosto del año pasado, por ejemplo, la media superaba ampliamente las 60.000...

No se puede negar que pasa algo, pero tampoco sería conveniente hacer una lectura ligera.

Llevamos años arrastrando un cúmulo de situaciones que al final han derivado en que el fan de la máxima disciplina sufra una evidente falta de confianza en el deporte de sus entretelas. Pero ¿por qué ahora y no bajo el dominio de Red Bull, cuando pasaban cosas similares o mucho peores?

Bueno, básicamente porque llevamos siete años con éste, si no lo remedia nadie, en que por hache o por be los campeonatos están cantados desde las primeras de cambio, y eso, admitámoslo, ha desgastado todas las excusas posibles y se ha llevado por delante una porción enorme de ilusión.

También está presente el cambio de modelo de explotación televisivo, pero permitidme que no le dé tanta importancia porque la sintomatología se había hecho notar en 2012 y ya comenzaba a afectar al formato de comunicación con el aficionado —lo recuerdo bien porque lo viví en vivo y en directo ya que en esas fechas me integré en Diariomotor, y no nos olvidemos, en aquellas fechas La Sexta le había pasado los trastos a Antena3 debido entre otras causas, a que las expectativas de la primera no se correspondían con sus ingresos por publicidad—.

La crisis económica. Las promesas que hacía la Fórmula 1 que nunca se cuplían, ni se cumplen... Existe una panoplia gigantesca de razones para justificar que desde 2009 a esta parte no levantemos cabeza, incluso el supuesto efecto dañino del alonsismo, cuando curiosamente, las bajas se notan en todo el orbe y no sólo en España, y aquí se empiezan a percibir mayoritariamente en las filas de los que afirmaban hasta hace poco que veían esto por puro amor al deporte, sin llevarse por pasiones comarcales o patrioteras.

En fin, no me distraigo. El asunto puede no estar tan bien como desearíamos pero antes de ahogarnos en un vaso de agua, convendría que reflexionáramos sobre si lo que nos pasa es tan sencillo como que somos más maduros a la hora de enfrentarnos al espectáculo y por tanto, nuestro nivel de exigencia ha crecido tan exponencialmente, que los argumentos que nos satisfacían antes no nos llenan ahora.

Las dos carreras iniciales de este campeonato han sido francamente buenas. Lo de la calificación merece capítulo aparte, pero en general, Australia y Bahrein superan el notable incluso contando con las victorias de las estrellas de plata... Tal vez todo consista en querer seguir hablando de Fórmula 1 en mitad del desierto, para cubrir esta etapa y dar inicio a la siguiente, por si hay suerte y ésa es la buena.

Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde mi punto de vista, como por otro lado también apuntas tú, el problema principal es la clara superioridad de un equipo frente a todos los demás. El resto de problemas son secundarios e incluso en algunos casos son derivados del primero.

Pero, cómo conseguir que 2 o más equipos estén en un margen de 3 décimas sin desnaturalizar la sana competencia entre ellos.

Creo que con el tiempo, sin cambiar ninguna regla, la parrilla tiende a igualarse. Pero, ¿disponemos de ese tiempo?

@luisgrisa

Anónimo dijo...

Hola.
En mi caso, mi desafección es doble: primero no quiero/puedo pagar lo que me pide Movistar, segundo es lo que has comentado ... ha llegado un momento que salvo por error o simulación de error, el dominio es aplastante Y LO QUE ES PEOR, noto que se guardan cosas parar no dar mayor paliza.

He llegado al extremo que ni veo luego la carrera en diferido, no merece la pena.

Y lo mismo me pasa con las motos.

Lo que no tengo claro es si a los patrocinadores les parecerá buena medida el que gente como yo lleguemos a esto y si su inversión se ve rentabilizada.

Saludos.
Miguel

Anónimo dijo...

Por mi parte, añado a la sensación de manipulación constante, de los favores que unos reciben y otros cobran, exasperación que me produce el tremendo secretismo que hay alrededor de todo. No digo que deban hacer públicos los planos de los coches, pero hemos llegado a un punto en el que ni los pilotos son libres para hablar.
Entiendo que no nos quieran decir la verdad sobre la rotura de los coches, pero que lo más interesante de la F1 sea si Alonso está con una modelo...


Un saludo
Sr.Polyphenol