Bahrein 2.0

Si no fuera porque hay gente que las está pasando putas en el emirato de los cogieron, la diversión estaría asegurada viendo cómo Bernie le pasa la pelota a los equipos, y cómo estos se llaman andanas y se la pasan a la FIA, para que ésta juegue con ella un rato mientras se lo piensa y tal, todo ello a tan sólo 10 días de que no se celebre un Gran Premio que sigue ocupando su lugar en el calendario.

No albergo dudas de que el G.P. de Bahrein no va a tener lugar, por eso me entra la risa floja. Toda esta coreografía está pensada y bien pensada, forma parte de una danza a la que por habernos acostumbrado, ya ni nos pilla de nuevas ni nos sorprende, lo que no impide que atufe, porque como telón de fondo del cuerpo de baile en el que las escuderías y sus pilotos son la punta de lanza, tenemos un escenario plagado de injusticias en el que la F1 quiere ni más ni menos que meter mano para obtener su tajada, porque todo quisque va a cobrar, vaya que si va a cobrar.

Money, plata, metal, vulgar metal. Todo se reduce a un intercambio de monedas en el que hasta el último mono de la farándula ésta que llamamos F1 se va a llevar su parte, porque en eso consiste todo este invento, en tensar la cuerda para que la parte contratante de la segunda parte acabe tirando la toalla y pague la penalización correspondiente. El resto es morralla barata.

Luego, con llamar terroristas a los que las pasan canutas y se quejan, nos quedamos tan panchos en nuestro sillón de ver la tele y santas pascuas, como diría aquél, porque para colmo nos sentimos obligados a no hacer política...

Pues la hacemos, compañeros y compañeras, compinches todos, fundamentalmente cogiéndonosla con papel de fumar para no llamar a las cosas por su nombre, porque de nuestra laxitud se deriva que mientras unos pelean sus alubias como en el cuadro La riña de Goya, el barro que atrapa sus piernas, en Bahrein, está teñido de sangre de gente inocente y no tan inocente, incluso de culpables, pero de sangre humana a fin y a cuentas, y otros pagan el pato y nosotros somos partícipes del invento queramos o no, por acunarles la vela a esta panda de energúmenos que buscan un deporte verde ahorrando en el chocolate del loro, maquillando los balances a base de hurtar al respetable el coste oneroso que supone poner un circuito en mitad de un desierto, o iluminar en mitad de la noche otro, con tal de que cumplamos con la liturgia que exige quien dice dejarse las pestañas por un mundo mejor y democrático mientras se llena los bosillos en tierras de tiranos y sátrapas, y no precisamente de calderilla, sin reparar en esfuerzos con tal de seguir ganando así haya que exprimir a un tullido.

Me considero hombre abierto. He defendido la F1 frente a ecologistas porque puedo defender lo liviano de mi huella ecológica. He defendido la F1, también, como motor económico, algo fundamental en el mundo en que vivimos, aunque no crea en el capitalismo como rey de reyes. Pero no puedo defender la celebración del G.P. de Bahrein porque me parece un absoluto despropósito ya que la F1 se convierte en ese átomo del culo del mundo en cómplice de un estado de cosas que bajo ningún concepto admite un pase.

Como decía más arriba, sospecho que Sakhir volverá a ser historia por segundo año consecutivo, pero si no lo hace, esta vez que nadie cuente conmigo, porque como Rajoy, juro que me voy a casa por la puerta de atrás del Senado.