Renault sólo ha decepcionado a los extremadamente optimistas, porque los datos obtenidos en pretemporada dicen claramente que el equipo ha adoptado el camino correcto.
En el apartado técnico, el R28 es a todas luces superior al R27, como se puso en evidencia a finales de enero pasado. Con una filosofía de diseño algo más convencional (nariz baja, pontones alzados, reparto de pesos no tan retrasado, etcétera), ha encontrado un buen equilibrio entre velocidad punta y paso por curva, tal y como le gusta a Fernando Alonso.
A partir de aquí, todo son elucubraciones, porque a diferencia de otras pretemporadas, en ésta que acabamos de terminar, Renault se ha dedicado más a trabajar sin ruidos que a ofrecer titulares o permitir que se establezcan comparaciones. Así, una vez conocido en enero que el potencial del nuevo vehículo estaba a la altura de poder inquietar a Ferrari o McLaren, la escudería se ha enfrascado en probarlo todo, centrando el esfuerzo en pulir la máquina sin delatar sus posibilidades.
En este orden de cosas, y con lo poco que tenemos, el R28 parece mostrarse muy equilibrado aunque algo falto de la tracción que ha sido seña de identidad de Renault los últimos años. Dicho esto, el monoplaza entra bien en curva y sale correctamente, lo que sugiere que la asignatura Bridgestone ha sido definitivamente aprobada, y que el adelantamiento del reparto de pesos ha surtido su efecto de atemperamiento (a costa, seguramente, del puntito tracción que tanto se echa en falta).
A la espera de un innovador paquete aerodinámico que aparecerá cuando la temporada llegue a Europa, el R28 parece listo para enfrentarse con garantías a sus oponentes sobre la pista: todos los componentes han respondido correctamente y salvo una rotura de caja de cambios, no ha habido averías reseñables.
En el apartado humano, Briatore ha renovado las filas del equipo ING Renault con la incorporación de Grosjean, Di Grassi (novatos en F1) y Yamamoto (con experiencia), como pilotos probadores, mientras que Nelson Piquet y Fernando Alonso se encargarán de defender los colores sobre el asfalto, lo que parece indicar que el italiano ha cumplido su promesa de hacerlo pivotar alrededor de la figura del bicampeón español, convirtiéndolo en el eje fundamental de la escudería.
Lo dicho, Renault sólo ha decepcionado a los extremadamente optimistas porque ni es McLaren ni es Ferrari, ni tenía intención de serlo. Y como sabe muy bien qué lugar ocupa, ha preferido resolver las cuentas pendientes de 2007 y asegurarse la posibilidad de revalidar éxitos, dotando al equipo de una estabilidad interna que le permita responder a las exigencias que va a plantear el hoy por hoy mejor piloto del mundo en activo, emulando la estrategia que desarrolló Ferrari alrededor de la figura de Michael Schumacher y que tan buenos resultados ofreció.
Ésa, la novedosa cautela en la evaluación de propósitos y resultados, y el enorme horizonte de evolución que ofrece el R28, son sus mayores ventajas.
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