Con el equipo de Sir Frank Williams hay que contar siempre, aunque sea por simple precaución, lo dice mucha gente y lo creo a pie juntillas. Bien es cierto que lleva algunos años sin encontrar un norte definido, pero el magnífico 2003 tampoco queda tan lejos como para olvidarlo tan temprano.
Ésta que comienza es la segunda temporada en que utilizará el propulsor Toyota, tras el abandono del BMW en 2005 y el breve flirteo con Cosworth en 2006, lo que nos sitúa en la tesitura de que ha recobrado la estabilidad mecánica necesaria para comenzar a plantar cara en los puestos de cabeza, su gran anhelo.
En el apartado técnico, y a tenor de los resultados obtenidos hasta el momento, el FW30 parece bastante mejor que el FW29 del año pasado, y si éste último ya demostró su calidad en la segunda mitad de la temporada, resulta lógico pensar que el nuevo vehículo encontrará pronto un hueco arriba. Dicho esto, el FW30, muy rápido, adolece todavía de algunos problemas de concepción que acarrean que en las tandas largas su rendimiento baje por un excesivo consumo de las gomas, y que el apoyo aerodinámico delantero no sea todo lo bueno que se desearía.
Sin embargo, el Williams parece en buena forma y dispone de margen de evolución, y ahí radica su peligro, sobre todo en las manos de Nico Rosberg, quien ya demostró en 2007 que tiene calidad de sobra como para meterse entre los 6 primeros. El otro piloto, Kazuki Nakajima (más o menos impuesto por Toyota) es de momento una incógnita. Ahora bien, el binomio parece haber funcionado correctamente durante estos últimos meses y ese es un buen dato.
Rosberg aporta una bien ganada experiencia y tiene la obligación de hacer olvidar a Alex Wurz, mientras aclara cuentas con algunos de sus compañeros de promoción: Piquet, Hamilton, Kovalainen, etcétera, es decir, que va a estar doblemente motivado. Nakajima, quien a decir de los expertos promete (habrá que creerles), tiene una posición un poco endeble y no debería extrañarnos que fuera sustituido si no cumple con las expectativas depositadas en él. En cambio, si responde, puede ser un magnífico aliado sobre la pista para su compañero, y un problema para todos aquellos que lleve detrás, ya que si el FW30 parece un tiro en calificación, como apuntan los resultados obtenidos en tandas cortas, no es ilógico pensar que el japonés pueda ocupar buenas plazas en las parrillas de salida. Si es con asiduidad o no, el tiempo nos lo dirá.
Lo dicho, me gusta Williams este año. Parece sólido a pesar de los problemas detectados, y por la diferencia existente entre sus dos pilotos, me inclino a pensar que el esfuerzo de la escudería va a terminar beneficiando exclusivamente a Nico Rosberg, un piloto agresivo y ya maduro.
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