Que la noticia más reseñable sobre Ferrari sea que este año podría no celebrar la tradicional comida de Navidad, habla a las claras de lo conseguido por Maurizio Arrivabene en los dos años que lleva al frente de Maranello: que la comida de marras penda de un hilo.
Doy por seguro que al final se celebra, pero lo cierto es que a rossa no cuenta ni siquiera como telonera en la batalla que habrán de mantener Lewis y Nico en Yas Marina. Aunque también es verdad que no lo hace, fundamentalmente para una prensa británica a la que en momentos como éste, se le ve la patita en cuanto a qué cartas reparte y cómo lo hace. ¡Ay, cómo cantaría el gallo si Ferrari tuviera sus posaderas asentadas en el United Kingdom...!
Que en el octavo día de la creación, Dios viera que era bueno haber puesto sobre nuestro planeta a los adalides del Motorsport is british, nunca ha dejado de ser una buena noticia. Por un lado, se arreglaba de una tacada eso tan difícil, para el periodismo y la afición, de saber siempre en qué dirección mirar a la hora de encontrar agua en el desierto. Por otro, se concretaban los cimientos de la modernidad: cualquier redactor, creador de contenidos o ex-perto, podía escribir a partir de ese instante los millares de artículos y refritos que necesitan diariamente los portales de noticias deportivas para sobrevivir. Y por último, se dio carta de naturaleza a las palabras de don Miguel de Unamuno: «Que inventen otros.»
No sé en qué andaba pensando el bilbaíno cuando profirió tan enigmáticas palabras, aunque a muchos españoles les haya venido Dios a ver a la hora de justificar su terca afición por dejar que el estribo de sus certezas venga de allende nuestras fronteras con tal de poder escupir a los compatriotas que han intentado tener criterio o ideas propias.
Confieso que en esto soy más de Blas de Lezo [«Todo buen español debería orinar siempre mirando hacia Inglaterra»], pero como no es cuestión de distraerse tan temprano, ni mucho menos de perder el hilo, dejémoslo en que esta corriente de consentir en que los British media hagan el grueso del esfuerzo, a los que ha venido realmente de perlas es a los medios italianos.
Proclives al debate eterno, cainitas como nosotros, aunque mucho más aficionados a sacar la faca o la recortada por un quítame allá esas pajas, ellos tienen a Ferrari y una cultura deportiva mucho más amplia que la nuestra, no sé si me entendéis. Aquí la experiencia es un grado, y un felón inglés sabe desde que estudia periodismo, que si a un entendido sureño le ofreces carnaza, éste hará el trabajo sucio además de darte a cambio un goloso enlace a una noticia que podrás utilizar cuantas veces te venga en gana.
Total, que desde Gran Bretaña se alaba tal o cual cosa de La Scuderia, por cencerra que sea, y en Italia se vienen arriba porque se considera que las cosas se están haciendo bien ya que gozan del placem adecuado. Y cuando conviene, se critica a la de Il Cavallino en base a las mismas razones que jamás deberían haber sido usadas para ensalzarla, y, en buena lógica, el castillo de naipes se viene abajo. Pero como los mediterráneos somos más dados al dramatismo, hay más porquería que poner ante el ventilador...
No me extiendo. Nadie en su sano juicio podía pensar que Ferrari pudiera hacer la machada de enfrentarse a Mercedes AMG. No con este reglamento que se va a cambiar precisamente porque ha resultado una trampa para osos que sólo ha beneficiado a Brackley. Ni en 2014, ni en 2015, ni por supuesto, en 2016.
Así, los mismos que echaban pestes de la doble pull-rod, que cantaban alabanzas a finales de 2014 por el nuevo espíritu que traían bajo el sobaco don Sergio y don Maurizio, que jaleaban la salida de Alonso y la llegada de Vettel, fueron los mismos que nos recordaron el espíritu de Schumacher y los mismos que apostaron a que James Allison iba a dar en el clavo con el SF16-T... Y lamentablemente, son los mismos, en definitiva, que, a falta de razones que meter entre pan y pan, han dado la espalda al proyecto revitalizador de la italiana y han cargado las tintas sobre Maranello con la ayuda de la prensa autóctona.
No albergo dudas al respecto de que Sergio Marchionne ha sabido aprovechar este bucle perverso para tumbar la Ferrari de Montezemolo y hacerse con ella. Otra cosa es el papelón que ha interpretado Arrivabene.
El sustituto de Marco Mattiacci se llegó a creer que Ferrari había recuperado poder en el paddock porque así lo decían los medios británicos, que los vientos soplaban tibios pero constantes porque los medios italianos así lo saludaban, y en esto ha estado su principal pecado.
Firmar un buen año con los restos de los anteriores suele ser relativamente sencillo en Fórmula 1, como recordó don Luca a finales de la temporada pasada. Lo jodido viene a partir de ese instante, y ahí, Maurizio ha naufragado estrepitosamente. Llegó como un mesías pero todo indica que se irá fumando y con el rabo entre las piernas, y lo peor de todo es que no le puede echar la culpa a nadie.
Os leo.
Doy por seguro que al final se celebra, pero lo cierto es que a rossa no cuenta ni siquiera como telonera en la batalla que habrán de mantener Lewis y Nico en Yas Marina. Aunque también es verdad que no lo hace, fundamentalmente para una prensa británica a la que en momentos como éste, se le ve la patita en cuanto a qué cartas reparte y cómo lo hace. ¡Ay, cómo cantaría el gallo si Ferrari tuviera sus posaderas asentadas en el United Kingdom...!
Que en el octavo día de la creación, Dios viera que era bueno haber puesto sobre nuestro planeta a los adalides del Motorsport is british, nunca ha dejado de ser una buena noticia. Por un lado, se arreglaba de una tacada eso tan difícil, para el periodismo y la afición, de saber siempre en qué dirección mirar a la hora de encontrar agua en el desierto. Por otro, se concretaban los cimientos de la modernidad: cualquier redactor, creador de contenidos o ex-perto, podía escribir a partir de ese instante los millares de artículos y refritos que necesitan diariamente los portales de noticias deportivas para sobrevivir. Y por último, se dio carta de naturaleza a las palabras de don Miguel de Unamuno: «Que inventen otros.»
No sé en qué andaba pensando el bilbaíno cuando profirió tan enigmáticas palabras, aunque a muchos españoles les haya venido Dios a ver a la hora de justificar su terca afición por dejar que el estribo de sus certezas venga de allende nuestras fronteras con tal de poder escupir a los compatriotas que han intentado tener criterio o ideas propias.
Confieso que en esto soy más de Blas de Lezo [«Todo buen español debería orinar siempre mirando hacia Inglaterra»], pero como no es cuestión de distraerse tan temprano, ni mucho menos de perder el hilo, dejémoslo en que esta corriente de consentir en que los British media hagan el grueso del esfuerzo, a los que ha venido realmente de perlas es a los medios italianos.
Proclives al debate eterno, cainitas como nosotros, aunque mucho más aficionados a sacar la faca o la recortada por un quítame allá esas pajas, ellos tienen a Ferrari y una cultura deportiva mucho más amplia que la nuestra, no sé si me entendéis. Aquí la experiencia es un grado, y un felón inglés sabe desde que estudia periodismo, que si a un entendido sureño le ofreces carnaza, éste hará el trabajo sucio además de darte a cambio un goloso enlace a una noticia que podrás utilizar cuantas veces te venga en gana.
Total, que desde Gran Bretaña se alaba tal o cual cosa de La Scuderia, por cencerra que sea, y en Italia se vienen arriba porque se considera que las cosas se están haciendo bien ya que gozan del placem adecuado. Y cuando conviene, se critica a la de Il Cavallino en base a las mismas razones que jamás deberían haber sido usadas para ensalzarla, y, en buena lógica, el castillo de naipes se viene abajo. Pero como los mediterráneos somos más dados al dramatismo, hay más porquería que poner ante el ventilador...
No me extiendo. Nadie en su sano juicio podía pensar que Ferrari pudiera hacer la machada de enfrentarse a Mercedes AMG. No con este reglamento que se va a cambiar precisamente porque ha resultado una trampa para osos que sólo ha beneficiado a Brackley. Ni en 2014, ni en 2015, ni por supuesto, en 2016.
Así, los mismos que echaban pestes de la doble pull-rod, que cantaban alabanzas a finales de 2014 por el nuevo espíritu que traían bajo el sobaco don Sergio y don Maurizio, que jaleaban la salida de Alonso y la llegada de Vettel, fueron los mismos que nos recordaron el espíritu de Schumacher y los mismos que apostaron a que James Allison iba a dar en el clavo con el SF16-T... Y lamentablemente, son los mismos, en definitiva, que, a falta de razones que meter entre pan y pan, han dado la espalda al proyecto revitalizador de la italiana y han cargado las tintas sobre Maranello con la ayuda de la prensa autóctona.
No albergo dudas al respecto de que Sergio Marchionne ha sabido aprovechar este bucle perverso para tumbar la Ferrari de Montezemolo y hacerse con ella. Otra cosa es el papelón que ha interpretado Arrivabene.
El sustituto de Marco Mattiacci se llegó a creer que Ferrari había recuperado poder en el paddock porque así lo decían los medios británicos, que los vientos soplaban tibios pero constantes porque los medios italianos así lo saludaban, y en esto ha estado su principal pecado.
Firmar un buen año con los restos de los anteriores suele ser relativamente sencillo en Fórmula 1, como recordó don Luca a finales de la temporada pasada. Lo jodido viene a partir de ese instante, y ahí, Maurizio ha naufragado estrepitosamente. Llegó como un mesías pero todo indica que se irá fumando y con el rabo entre las piernas, y lo peor de todo es que no le puede echar la culpa a nadie.
Os leo.
4 comentarios:
A mi que los ingleses sean unos "joligans" no me llama la atención, está en sus genes defender lo que consideran que es suyo; supongo que hace 80 años igual se comportaban con el fURbol. A mi lo que me llama la atención es los ajenos a los hijos de la gran Bretaña, aplaudan con posesos y los consideren como el faro a seguir ... en este país y en otros.
Pues la temporada pasada de Ferrari la salvó Vettel,que en mi opinión realizó la mejor temporada de todas las que he lleva en la F1 junto a 2008 y 2013.El Ferrari era el segundo mejor coche porque el RB no tenía la puesta a punto de su motor porque pilotos los tenía y los sigue teniendo.Este año el coche empezó bien pero con muchas averías y poco a poco se estancó.Sumado a una suspensión que no se comporta como al alemán le gusta(sobreviraje puro y duro) y a un Kimi que sí que le va sobre todo de delante pero que está apático.... pues nefasto.El año que viene la cosa pinta mal,Mercedes y sobre todo RB mandarán,lo que dejará a la Scuderia vendida y sin rumbo. Vettel se irá en 2018 habiendo cumplido su sueño de pilotar para Ferrari,4 títulos en el bolsillo y cabreado con el mundo para disfrutar de campeonatos de drift y Kimi igual pero con 1 titulo y sin cabrearse. Entonces Lewis fichará por la rossa con los mismos 3 o 4 entorchados del otro como el nuevo salvador y lo de la prensa británica será la leche, jajaja.Esperemos que para entonces nos siga quedando Fernando.
Pues yo diría que la temporada pasada la salvó Mahle. Mejora que ubicó a Ferrari en un gap de comodidad (el aire limpio que tanto gusta al teutón) entre el 2do y 5to coche. Ese año, los problemas de fiabilidad los tuvo RAI.
Ganó tres carreras sin adelantar en pista, y por errores estratégicos de Mercedes o sorpresas de la FIA (presiones y camber).
Si VET se retira en 2018, nos dejará a todos con sabor a poco. Confirmará que los cuatro títulos son mérito de Adrian. Debe segur luchando en pista, y desmarcarse del compañero, sea quien le toque. Como bien lo hizo ALO.
No veo a HAM en Ferrari, agua y aceite.
Creo no incluir en la ecuación lo sucedido con Allison no permite un análisis completo de la temporada 2016 de Ferrari.
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