martes, 26 de julio de 2016

I'm sitting on top of the world


En cuanto vi a Lewis el sábado pasado, poniendo carita de ángel en la rueda de prensa posterior a la calificación, supe inmediatamente que de esta semana no pasaba eso de acumular un centenar de enemigos más. Como si tuviera pocos, que decía aquél...

A ver, tienes un amigo feo como un demonio y además le huele fatal el aliento, pero según el catecismo buenista, no puedes articular en la misma frase que le quieres con toda el alma a pesar de sus defectos, o que saldrías corriendo si te lo encontraras en un callejón mal iluminado, un suponer, no fuera a resultar el mismísimo dragón Smaug... 

Y con Hamilton me ocurre que no me dejan decir que me encanta como piloto y afirmar a renglón seguido que como cabroncete no tiene igual. ¿Qué parte de esta bonita relación no se entiende?

Fue contestar anoche a una oyente en el SafetyCast (Arantza, que te escucho), y que se me hayan llenado los buzones privados de mis redes sociales y el e-mail ordinario, de requerimientos que me solicitan que a la mayor brevedad posible, aclare si odio a Hamilton o le amo, no sea que el amigo Hampeon no concilie el sueño o Prostvuelve me acuse una vez más de xenófobo.

Quiero a este bastarderte (dicho con todo el cariño), ¿cómo no iba a quererlo si parece un encantador de serpientes? Le quiero tanto que podría asegurar que lo conozco como la palma de mi mano. Porque el roce hace el cariño o porque a veces es más simple que el mecanismo de un chupete. Adorable en todo caso.

Cuatro compañeros ha tenido en Fórmula 1: Alonso, Kovalainen, Button y Rosberg, y sólo ha recurrido a la prensa de su país como salvavidas con los dos que le podían hacer pupa: el asturiano y el alemán. En 2012 atacó a Jenson, pero poquito y por Twitter, tal vez porque Martin no era Ron.

Hay psicólogos en la sala y a ellos me remito. Esto no es una coincidencia, es un síntoma... de posible falta de autoestima, de debilidad, de miedo, de carencias afectivas.

Ocurre que hay coche ganador y Hamilton se vuelve inseguro y recurre a interpretar el papel de víctima para granjearse el apoyo de los adalides del fair play, el primo de zumosol que no repara en gastos a la hora de meternos en la mollera que despreciar al rival es despreciarse a uno mismo... ¡Los cojones! La prensa british (isleña o foránea) también es simple como un sonajero, y en vez de meterse en estos fregados para proteger a un tipo que no necesita protección alguna, debería palparse un poquito la ropa, no sea que se encuentre en su camino a otro Blas de Lezo que les recuerde que conviene ir por la vida con menos chorradas.

El Hamilton que se quejaba de que la FIA no fuera más dura con Rosberg en Hungaroring es el mismo de la grúa en Nürburgring 2007, el que insultó a Dennis en Hungría, el que nos sabía conseguir la pole sin la extra lap, y el que se lió y la lió en Brasil del mismo año. El que no supo superar a Massa, ¡a Massa!, salvo porque vino Dios a verle en Interlagos 2008...

Intérprete de innumerables lances fuera de reglamento en el pitlane, en pista o con presencia del Safety Car, de ataques a su compañero de escuadra castigados por Dirección de Carrera porque era negro (sic), gozó del paraguas de Ross Brawn en su primer episodio en Mercedes AMG, y sufrió casi una anulación completa a manos de Nico hasta que en Spa-Francorchamps 2014 montó el pollo, total, por haber empezado sin que viniera a cuento, una guerra psicológica contra el alemán en los prolegómenos de Mónaco.

Protagonista de remontadas que ni las de Mad Max o episodios de «saco a Rosberg del trazado porque nadie dice nada», el mismo Hamilton reclamaba el sábado y el domingo pasados mayor claridad con las normas. Y en vez de descojonarse por el atrevimiento, hay quien concluye que el británico es un pura sangre (que lo es, pero por otras cosas) y escupe a Rosberg porque a mierdas no nos gana nadie.

No tenía previsto escribir esta entrada tan pronto, pero la agenda manda y me daría vergüenza no responder a tantas preguntas como me hacen. Lewis Hamilton me encanta pero no por ello dejo de ver sus numerosos defectos como piloto y persona. Y el principal de ellos es que a nueve años vista, resulta tan predecible y simple como el mecanismo de un chupete, repito.

El de Tewin está acojonado en la actualidad, pero esta vez no habrá grúa que lo saque de la escapatoria. Tiene al lado un tipo que sabe gestionar sus recursos siendo leal al equipo que le paga. Y a partir de Spa, me voy a tomar muy en serio señalar las numerosas idioteces de los que hoy sufren de orgasmos porque Lewis se salta las órdenes o acogota a su compañero o le echa a los pies de los caballos de la prensa, con mezquindades que, se mire como se mire, no son propias de un tricampeón del Mundo.

I'm sitting on top of the world... Pasará, por mucha cara de angelito que pongas...

Os leo.

10 comentarios:

Tadeo dijo...

Joer...

Anónimo dijo...

No puedo dejar de aplaudir. Todas sus entradas son buenísimas. Pero esta es para enmarcar.

anonimo dijo...

Coincido contigo 100%: Es un pilotazo, de esos que hacen historia, que pueden conducir al límite como pocos, que a igual medio mecánico estaría entre los candidatos a llevarse la victoria. Pero así como es de brillante es intolerante al respeto, no duda en echarte el coche encima (me viene a la memoria el ademán de Ricciardo en Mónaco este año). Tal vez sea parte de su tónica; puede que tener actitud de pocos amigos en la pista y fuera de ella haya logrado que Ricciardo desistiera del adelantamiento en Mónaco, por ejemplo.

Aficionando dijo...

Siempre voy con algün día de retraso, pero...
Ferrari ha echado a Ellison, después de los desmentidos cada vez menos creíbles de Arrivabene.
Los datos son estos: en las últimas tres carreras la Scudería ha sumado 47 puntos, frente a los 83 puntos que ha sumado Red Bull en el mismo periodo. 120 para Mercedes.
Red Bull está a un punto de Ferrari en el campeonato de constructores y Ricciardo ya va tercero en el de pilotos. Vettel quinto con Max soplándole en el cogote.
¿Llegará Arrivabene al final de la temporada?

anonimo dijo...

@Aficionado: Ferrari ha sido así de ansiosa desde tiempos inmemoriales. Creo recordar que Reutemann había dicho en una entrevista que en equipos como Lotus daba un par de vueltas, volvía a pits, y ajustaban algo, otra vez a la pista, un par de vueltas, y analizar los resultados. Ferrari, en cambio, daba un par de vueltas, volvía a pits, y ajustaban todo al mismo tiempo. Sea si funcionaba o si no lo hacía, nadie era consciente de cuál era el parámetro que había logrado ese efecto.
Pasó tiempo desde Reutemann hasta aquí, pero Ferrari sigue con esa conducta ansiosa. Si ahora llegamos a mitad del campeonato y no están los resultados no hay que esperar un GP más.

Anónimo dijo...

¿Llegará don Sergio? En esa jaula de grillos que es Ferrari cualquier cosa puede pasar. ;)





KIng Crimson

Anónimo dijo...

Por otro lado, lo que Ferrari demuestra con todo esto es una debilidad extrema y no tener un proyecto en el que creer. Los rivales se frotan las manos con ellos.





King Crimson

Anónimo dijo...

Allison ha dejado Ferrari para estar con su familia.
Puede que Ferrari lo haya despedido o que él se marchara. Eso a mi me da lo mismo. Lo que me importa, es el enorme dolor que ha sentido y posiblemente sentirá.
No podremos saber si bajo su batuta habría conseguido una Ferrari ganadora, pero algún día su familia comprenderá el paso que ha dado y serán conscientes de lo grande que es James Allison.

Un saludo
Sr.Polyphenol

Aficionando dijo...

Donde dije Ellison era Allison.
Sr.Polyphenol. Ferrari siempre tiene una excusa para sacarte del banquillo.

Aficionando dijo...

De todas formas confieso mi antiferrarismo, consolidado durante la época de Schummi. Aquellos años la Scuderia me resultaba realmente antipática, como me resultó antipática Red Bull durante el reinado de Vettel. Siempre fui de Williams, y de cualquier escudería en la que hubiera un piloto español. También simpatizaba con Minardi, por lo que tenía de romántica, a pesar de lo chapucera y desastrosa que era. Pero Ferrari me caía mal incluso cuando Alonso se rompia los cuernos en ella. ¿Por qué? Por el arrogancia, la soberbia y los privilegios, por la capacidad de echar a perder talentos...