La GPDA (Grand Prix Drivers' Association) es el chico bueno que soñaría toda suegra para su hija, el amigo ejemplar que desearía toda madre para su hijo, el esclavo que querría para sí todo señor, y sin duda, el sindicato que definiría Bernie a la hora de defender los derechos de los pilotos.
Cada cierto tiempo surge para inundar con sus siglas las discusiones en internet y las páginas deportivas de los diarios deportivos, ya sean estos virtuales o físicos, y la gente suele preguntarse qué coño hace realmente, que parece pintar menos que una cagarruta pinchada en un palo... Pues eso: servir de coartada.
Entendedme. Con esto no quiero decir que sus integrantes se dediquen a comer mariscadas y correrse juergas a cargo de la caja común para luego servir de coartada a los tejemanejes de Bernie, los equipos, y por supuesto la FIA. No, por Dios. Sirve de coartada porque para eso existe precisamente, aunque la verdad, también hay que decir que como excusa para todo es la mar de lucida y rentable ya que se lo curra mogollón, aunque en plan rey Pirro.
Nunca veremos que la GPDA intervenga o se posicione públicamente en un caso como el de Giedo Van Der Garde contra Sauber, por ejemplo. Eso no la compete y por ello ningún juez con dos dedos de frente la llamaría jamás a declarar. Tampoco asoma las orejas en cosas tan aparentemente importantes como la elección de los circuitos del calendario. De eso se encarga el patrón y aunque se perfilen en el horizonte aberraciones como las que alberga el casco urbano de Bakú, de entrar en el asunto, la asociación entrará tarde, cuando esté el menú servido, si acaso a discutir si sobran bolardos o falta algún semáforo...
La GPDA tiene mala venta entre el aficionado porque no ha conseguido despegarse de esa imagen de grupo de alumnos cuyo delegado de clase mendiga mejoras ante el hermano prefecto o el director, que sólo serán aprobadas si coinciden con los intereses del colegio. Del negocio, en este caso.
Ayer se estuvo discutiendo la pertinencia del nuevo formato de calificación y allí estuvo la GPDA, dando cobertura al evento y sancionado con su presencia el enésimo despropósito de la Fórmula 1. Sus representantes podían haberse levantado de la mesa de negociación si el asunto consistiera en negociar algo que en sentido estricto viene impuesto desde arriba...
Lo tomas o lo dejas. Y ahora que lo tomas porque no puedes hacer otra cosa... Pues eso: haces de coartada.
Os leo.
1 comentario:
No se puede llevar na F1 asi tan en serio. Como qualquier estado autocrativo, la F1 no tiene ni escrupulos ni valores. Asi és para todos, los pilotos inclusos.
No por otro, la gente les mira e admira menos y menos.
Publicar un comentario