lunes, 14 de diciembre de 2015

La afición que tienes


El final de esta temporada ha supuesto un rotundo dos por uno. Por un lado, hemos descubierto que a Nico Rosberg no se le respetará jamás ni aunque gane carreras. Y por otro, que las escuderías tienen la llave de quién gana y quién no en sus equipos.

Me diréis que esto ha sido siempre así y seguramente llevéis razón, no me voy a poner tontorrón a estas horas. La vida no es justa ni aquí ni en ninguna parte, y en este pequeño micricosmos que llamamos Fórmula 1, que parece un experimento en miniatura de las tesis neoliberales propuestas desde la Escuela de Chicago, no iba a ser menos. 

Otra cosa es que lo visto desde el Gran Premio de los USA hasta Abu Dhabi debería al menos hacernos reflexionar, porque quien dispone del interruptor que activa o apaga a uno de sus conductores según convenga (Lewis insiste en esta maliciosa idea), también lo tiene para neutralizar a los dos y servir la victoria en bandeja a un rival, sencillamente porque el negocio es cosa de todos y todos deben arrimar el hombro a la hora de cuidarlo.

No me estoy yendo de baretas, aunque lo parezca. Los mismos que no dan crédito a Nico Rosberg porque consideran que Brackley le ha ayudado en los últimos compases del campeonato, aceptan así mismo, que a Lewis le ha podido perjudicar su escuadra por aquello de asegurar el subcampeonato del alemán, bajarle los humos a él, o vaya usted a saber qué chiquillada entre patrones y empleados. 

Tácitamente están admitiendo que ha podido existir engaño ahora y de paso, que pudo existir antes, pero no van a llegar más lejos porque el buenismo los acogota. Donde esté parecer aficionado de amplias miras, que se quite pasar siquiera por un conspiranoico afiliado a un perdedor, vengativo porque sí, porque a ver, cómo si no, se puede entender tanta inquina y tal...

Pero el caso es que lo dije a finales de marzo [¡Quillos, que se nota!], lo que me recuerda un chascarrillo familiar que cuenta, que el padre de mi suegra le dijo en una ocasión a la hermana de ésta, cuando era niña: «lo malo no es lo mal que cantas, sino la afición que tienes.»

Y el caso es que como comunidad mostramos tendencia a volvernos ciegos, a ocultar la cabeza bajo las alas o en cualquier hoyo que encontremos en el suelo, como los avestruces. Nico será un tipo sobrevalorado in sæcula sæculorum, amen. Lewis, un individuo problemático para el que 2007 no cuenta, que sin embargo, es ahora cuando no sabe agradecer los favores de la mano que le da de comer. Y la Fórmula 1 actual, será por siempre jamás, un lugar donde las cifras y las estadísticas te cuentan la verdad que necesitas saber.

¡Jodido frikismo! Agradezco este final de sesión. Lo siento, eso sí, por Hamilton y también por Rosberg. Sinceramente pienso que no se lo merecen, aunque ahora cobre sentido aquello que decía Dietrich Mateschitz acerca de por qué en Milton Keynes ni se habían molestado en renovar a Vettel, ya que no les hacía falta un tetracampeón del mundo para conducir un hierro propulsado por Renault.

Salvo honrosas excepciones, los pilotos pintan bastante poco en la actualidad (Giancarlo Minardi y Flavio Briatore dixit). Alain Prost, Jackie Stewart y el propio Niki Lauda, sugieren que habría que devolverles la importancia de antaño, pero lo malo no es lo mal que canta el tinglado, sino la afición que tiene.

Os leo.

1 comentario:

Leo Guzman dijo...

Buenas Tardes

Quería realizar una consulta , que revistas en papel recomiendas o lees tu, para estar al día y aprender de la f1 o el motorsport en general..

Muchas Gracias