lunes, 24 de septiembre de 2007

Huele a muerto


A mí me mola la FIA, ¡qué queréis que os diga! De mayor quiero ser la FIA porque imagino a cualquiera de sus integrantes entrando en un banco y veo a la peña levantando los brazos, y a los cajeros y cajeras soltando la pasta, sin puñetera falta de que los manuses mencionen la palabra atraco, ¿para qué?

Ya barruntaba yo que todo el rollo de cancelar la apelación de Ferrari, sustituyéndola por una nueva reunión del Consejo Mundial el pasado día 13, iba a ser una pantomima. Vale que le han metido un puro a McLaren, pero ha sido un Farias (con todos mis respetos) en vez de un Cohibas, que sería lo propio.

100 millones de dólares no son nada en El Circo, porque entre unas cosas y otras se convierten en 50 y fiados, que van sobre las ganancias de los derechos de televisión de la temporada, pasta que como todo el mundo sabe la paga Ecclestone a toro pasado, vamos, a un año vista. Y los puntos de la general de marcas… pues un regalo a la de Maranello para que se consuele, porque visto lo visto todo indica que se van a dejar las uñas para que Hamilton se lleve el campeonato de pilotos, que es lo que enrolla a las escuderías, y ¡para qué engañarnos!, lo que realmente vende.

A cuenta de todo esto, en Bélgica sale el Mosley en plan protector de Fernando y el asturiano va y dice que no le hace puñetera gracia la cosa porque ya le han encalomado el muerto (a él y a Pedro); y para colmo, Dennis que no pierde comba y se lanza a interpretar una descafeinada Traviata que todavía colea, ¡pobre!

Bien mirado el asunto recuerda a aquella historia de mafiosos en la que el Padrino se reunía en la trastienda de la funeraria Silence Time para anunciar que iba a poner el ojo sobre todo lo que le ocurriera al chaval que decían había destapado el mal rollo que existía entre las familias (historia que conocía hasta el panadero de la esquina, sea dicho de paso). Total, que para cuando el crío aparecía en el fondo del río Hudson con unos zapatos de cemento del tamaño de una hormigonera, a nadie le cupo la menor duda de que había sido un suicidio, porque a ver si no cómo había ocurrido: el Padrino ya había avisado de las graves consecuencias que acarrearía tocarlo, y además, estaba vigilando…

Seamos sinceros, si han penalizado a la escudería tenían que haberlo hecho también a los pilotos, mal que me pese decirlo; y si han salvado a Hamilton y Alonso de la quema, no ha sido por otra cosa que por preservar la candidatura de Lewis, lo que me lleva a darle la razón al Nano en lo de que no quiere protección de ninguna clase porque la cosa suena a lo que suena: a beso de la muerte, a que la FIA le acaba de dejar las manos libres a Dennis y está dispuesta a justificar cualquiera de sus nuevas tropelías.

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