Jamás de los jamases me habría imaginado que iba a agradecer públicamente siquiera una de las abundantes chorradas a las que nos tiene acostumbrados Bernie Ecclestone, y hete aquí llegado el momento de lavarme la boca con jabón Chimbo por tantas veces como me he metido con él, por lo que procedo a entonar un humilde mea culpa para que sea escuchado en todos los confines de este nuestro amado mundo globalizado.
Sí, palabrita del Niño Jesús que tengo que agradecer su idea (de Bernie, se entiende) de sustituir los poco visibles puntos blancos en el exterior de los neumáticos blandos, por unas rayitas de igual color que los rodean a través de la segunda canaladura interior, para que los espectadores pudiéramos saber de primera mano qué tipo de compuesto habían elegido nuestros ídolos para sus batallas.
Si bien es cierto que la cosa, amén de favorecer la comprensión del espectáculo por el vulgo, ha resuelto a muchos profesionales de la comunicación el grave problema de pasar por auténticos expertos, no lo es menos que en lo que a mi pobre persona concierne, ha aliviado las exhaustivas explicaciones en las que solía empeñarme para que mis contertulios entendieran que a Alonso le estaban haciendo el caldo gordo en su propia escudería, reduciéndolas a un simple: «¡mirad la foto!» Y es que la fotografía, mil veces repetida estos días, en la que se ve, en Hungría, a Hamilton haciendo cola esperando a que Fernando termine de charlar afablemente con su ingeniero, no deja ningún lugar a dudas: ahí está el asturiano con sus gomas negro zaino recién puestas; ahí está el inglés calzando las viejas con la bendita rayita blanca; y lo que es mejor, ahí está, también, uno de sus mecánicos sujetando un neumático con rayita blanca dispuesto a ponérselo en cuanto el malvado Alonso se retire.
Con todo, como todavía seguirá habiendo incrédulos, me gustaría recordar que la versión que dieron Alonso y Dennis sobre lo sucedido (ambos coincidieron en que el piloto perdió algo de tiempo intentando aclarar por qué no le ponían ruedas con rayita blanca, ya que estaba en plena calificación), tiene visos de ser cierta, porque en McLaren ya han tomado cartas en el asunto, y para Estambul prometen que el feo asunto no se volverá a repetir, porque el mismo mecánico que se encargaba hasta el momento de desinflar las gomas buenas de Fernando antes de la última tanda de la Q3, seguirá haciéndolo (of course), pero además tendrá un nuevo cometido, pues deberá pintar una rayita blanca en la segunda canaladura interior de los neumáticos duros para que Alonso no extrañe nada y no vuelva a perder el tiempo discutiendo con nadie, y para que Lewis siga disfrutando de la vuelta extra.
Tan en serio se lo han tomado, que el mecánico no ha cogido vacaciones y lleva ya unos días entrenando en la sede de la escudería en Woking. ¡Todo sea por el trabajo bien hecho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario