domingo, 29 de mayo de 2016

Lo que yace eternamente


Si algo me fascina de Force India es su contrastada capacidad para sobrevivir a toda costa. Ayer, por ejemplo, no daba un céntimo por ella en calificación y sin embargo, me tuve que comer con patatas mis augurios y palabras del mediodía.

Sin embargo, y contrariamente a lo que se puede pensar, no me supuso un trago amargo sino uno bastante dulce porque la india es de esas escuderías que siempre tienen lugar en mi corazoncito de aficionado maudit.

También es verdad que el Gran Premio de Mónaco es especial más allá de la carrera que se disputa en sus calles, y que el interés económico inherente a la cita en El Principado es, por sí sola, capaz de hacer caminar a un muerto. En esto andaba yo, calibrando a la baja la supuesta mejora observada en tierras de Montmeló y enlazándola con la buena actuación de los coches de Mallya ayer, durante la tercera tanda de libres. Y las cuentas me resultaban claras: calificación floja porque la potencia no es determinante a la luz del Mediterráneo.

Bueno, la potencia no es determinante pero la entrega sí, y por supuesto el chasis, y una aerodinámica que siendo de carga alta tiene que dejar correr al coche...

Pero sí, como comentaba al inicio, Force India había hecho los deberes y Nico Hulkenberg se colocaba quinto y Sergio Pérez ocupaba la octava posición (hoy sale séptimo porque Kimi Raikkonen perdía cinco puestos debido a la sustitución de la caja de cambios de su SF16-H), y yo me llevaba un sorpresón de órdago, y grato como pocos, porque Force India sigue siendo fiel a esa tradición cthuliana, tan suya, que recalca una y otra vez que no está muerto lo que yace eternamente.

La de Silverstone tiene grabado en su ADN que jamás ganará un título mundial, pero que le quiten lo bailao. Aguanta y eso es lo importante. Siempre medianera, siempre juguetona en el filo de la navaja que define los descartes por quiebra y la salvación in extremis. Siempre dispuesta a regalarnos una sorpresa.

Qué queréis que os diga: me encanta que así sea.

Os leo.

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