Me he perdido la tercera tanda de libres y me he dormido en la Q2 para despertar al inicio de la Q3, pero descuidad, he hecho los deberes antes de ponerme al teclado, entre otras cosas porque no tenía intención de hacerlo y claro está, qué mejor forma de matar el inicio de la tarde que sufriendo un poco y compartiendo luego con vosotros el martirio de San Lorenzo. Vuelta y vuelta en la parrilla, ya sabéis.
Y ahí que vamos, que diría aquél, porque entre que las calificaciones apenas regalan sorpresas del tercer clasificado para atrás, que hay que andar con la calculadora en la mano para saber dónde coño queda el personal una vez computadas las penalizaciones por cambio de tornillo o tuerca, y que McLaren ha decidido guardar fuerzas hasta que San Yasuhisa Arai baje el dedo, la verdad es que la cosa me ha resultado escasita para ser Spa.
Circuito largo e inteligente, sin duda el más poético del calendario. El belga es un trazado veloz y técnicamente complejo, amén de exigente para los pilotos, pero desgraciadamente ahí se termina todo.
En las once primeras posiciones de hoy hay ocho estrellas de tres puntas. Las siete primeras habrían sido para la fábrica de Stuttgart si no fuera porque Daniel Ricciardo sigue siendo un piloto que tuvo suerte el año pasado y sobre un RB11 propulsado por Renault, ha disfrutado esta tarde de una flor en salva sea la parte que le ha permitido alcanzar la sexta plaza, ¡nos ha jodido!
Mi Felipe y mi Pastor por delante de Vettel, y luego Carlos Sáinz, y en undécima marca en parrilla de salida, la última máquina impulsada por ese OVNI que responde a la denominación PU106B, of course! Y la prensa especializada que no ha dado ni una en eso de que Ferrari venía fuerte a Bélgica —el monoplaza de Kimi ha roto—, y los expertos que han hecho agua en casi todas sus predicciones, salvo en que Mercedes AMG sigue jugando en otra liga y McLaren continúa sufriendo como una novata. Y las Pirelli que han aguantado, y Checo grande y Lewis que sigue estando excelso y como siga así, me va ha hacer perder alguna que otra apuesta...
Pero hoy es sábado y la carrera se disputa mañana domingo. Todo podría dar la vuelta en un abrir y cerrar de ojos precisamente porque es Spa-Francorchamps, incluso podría ser que dieran en la diana los que decían el año pasado que la nueva normativa, repleta de gilipolleces y penalizaciones, era buena para un negocio que no nos alimenta pero a cambio, nos deja soñar con que ser esclavos del sufrimiento, lo previsible y el tedio, es sinónimo de disfrutar del espectáculo.
No me déis las gracias, no las merece. Os leo.
No me déis las gracias, no las merece. Os leo.
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