domingo, 20 de noviembre de 2016

Nico y Lewis


Han pasado diez días desde que escribí «No mojarse», y, a las puertas del Gran Premio de Abu Dhabi, la sensación sigue siendo la misma que entonces. 2016 pesa demasiado, y puesto que el campeonato, o mejor dicho: lo que queda de él, no es capaz de tirar de sí mismo, la prensa posa sus ojos en la periferia con tal de mantener vivo algo que huele a zombi por los cuatro costados.

No está mal. Los años previos a un cambio de normativa suelen resultar mortecinos de narices. Al menos en el último lustro y medio así ha sido, aunque yo, personalmente, agradecería un poquito de mayor interés en los acontecimientos reales en vez de tanta información sobre cosas que formando parte de la maleta de la Fórmula 1, en realidad, sólo sirven para distraer la atención mientras esperamos a que suceda algo.

Lewis puede coronarse Campeón del Mundo por cuarta vez, en Yas Marina, pero apenas se ha significado este hecho. No sé si he leído un sólo artículo sobre las cuatro coronas de Sebastian Vettel, pero nada sobre Alain Prost ni sobre los otros dos pilotos que primero llegaron ahí, para superar esa cifra mágica y situarla, respectivamente, en cinco y siete.

Dios me libre de decirle a ningún redactor o creador de contenidos hacia qué sitio debe mover el culo o adónde mirar, pero pienso que el cuarto entorchado de Juan Manuel Fangio tiene suficiente entidad como para ayudarnos a enfocar el momento que está viviendo Hamilton. El Chueco se había quedado sin equipo —Mercedes-Benz, abandonaba la máxima disciplina tras el desastre de Levegh en Le Mans—, y recalaba en una Ferrari en la que no se iba a encontrar a gusto. Así y todo, hizo de tripas corazón y gestionó la temporada 1956 con el único fin de seguir demostrando que era el mejor.

El cuarto de Michael Schumacher tampoco está exento de material con el que visualizar adecuadamente al de Tewin en 2016. En 2001 Ferrari es una maquinaria perfectamente engrasada que trabaja para el piloto de Kerpen. Podríamos decir que fue más sencillo que éste que está luchando Lewis hasta el último palmo de asfalto, aunque sin duda, carece de la épica del que firmó Alain Prost en 1993.

Sea como fuere, Hamilton puede entrar este próximo domingo en este selecto grupo compuesto, de momento, por tan sólo cuatro tipos, que responden a cuatro épocas diferentes de nuestro deporte, a cuatro filosofías diferentes también: Fangio, Prost, Schumacher y Vettel.

Y qué decir de Nico. Vencer a un tricampeón del mundo en su propio terreno y a igualdad de vehículo, ni merece lo de «culito» ni tanto silencio como se le está dispensando. 

Viví la etapa en que Keke era grande pero menos, porque consigue su corona en el convulso y dramático 1982. Muere Gilles Villeneuve en Zolder, Didier Pironi está a punto de hacerlo en Hockenheim, y daba la sensación entonces, de que a Rosberg padre le había venido todo de cara, pero el Williams FW08 propulsado por un Cosworth atmosférico no es un monoplaza puntero (la de Didcot queda cuarta en el Mundial de Marcas). 

La era turbo ya está madura y se hará con el control al año siguiente, pero Keke brega en inferioridad de condiciones, y a base de tesón, regularidad y una manos divinas, consigue su único título en su primera temporada con Williams, habiéndolo comenzado como escudero de Reutemann, quien, dadas las circunstancias, posiblemente se lo podría haber arrebatado de no haberse retirado el argentino a comienzos de año...

La suerte es un fenómeno que afecta a todos los pilotos por igual, pero es indudable que hay que estar al acecho para no desperdiciar un buen golpe de la diosa Fortuna. 

En este sentido, creo honestamente que veríamos mejor lo que está a punto de lograr Nico, y seguramente le daríamos mucho más valor, si en vez de tanto máster sobre McLaren y la composición de su consejo de administración, hablásemos un poquito más de Fórmula 1, pero no de ésa que nos viene marcada al dictado y atañe a lo que sucede fuera de las pistas, sino de la otra, de la que lleva sucediendo sobre el asfalto cada domingo de carrera desde 1950.

Os leo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lewis no mereció el de 2008 y en el 2014 pasaron cosas muy raras,aunque la superioridad de su Mercedes no la ha tenido ningún otro piloto.Vettel luchó contra Fernando en 2010 y 2012 en diferentes condiciones y sufriendo averías más que nadie en momentos chungos.Siendo justos Lewis debería de tener 2 mundiales (2015 y a lo mejor 2014 aunque tengo dudas), Alonso 3 (2005,2006 y 2012), Vettel 4 (2009,2010,2011,2013).En cualquier caso Lewis no ha ganado nunca luchando contra otro piloto top que no fuera su comapñero de equipo mientras que Alonso o Vettel sí.Espero que la prensa otorgue a Nico lo que se mereció en 2014 y también este año,porque tiene tanto talento como Lewis o Vettel,sobre todo a una vuelta.En mojado no brilla como estos,pero siempre saca los puntos adelante y encima no mete mierda contra sus rivales.Sería bueno que se pusiera 2-1 contra Lewis porque el año que viene veríamos a otro Nico,sin presión y comiéndose a Hamilton poco a poco.Eso sí,mi voto para este año al mejor piloto va para Alonso y Ricciardo.Y como el año que viene RB tenga coche,Daniel,otro al que la prensa ignora,será campeón del mundo.

Anónimo dijo...

Qué ganas de que se acabe esto, no puedo creer que esté diciéndolo. Qué truño de Fórmula 1.



King Crimson

Anónimo dijo...

Desde la primera palabra hasta la última no dejaste de hablar estupideces. Que Hamilton no se mereció el título de 2014? Que temporada viste? 11 victorias de Lewis contra 5 de Rosberg... el año que viene salga o no campeón Rosberg, todos sabemos que si Lewis tiene una temporada normal va a quedar por delante. Este año con todo lo que pasó llega Abu Dabhi con chances...

Unknown dijo...

Ahora puede ser tetracampeón cualquiera.
Alain Prost dixit.