Te quiero un cuento

Me gustaría que se entendiera que hasta el día de hoy me he referido al equipo de Enstone como una escudería que teóricamente luchaba por hacerse con algo esta temporada, de ahí mi sorpresa e incredulidad ante los pobres resultados cosechados durante la calificación en Abu Dhabi, porque ponen de relieve que tras la salida de Flavio Briatore la cosa ha empeorado sensiblemente, vamos, que como se dice vulgarmente: anda la francesa con una mano delante y otra detrás.

Sé que habrá quien vea el asunto desde la perspectiva de la lógica que dice que mejor es parar a tiempo para concentrarse en el vehículo del año que viene, que seguir malgastando dinero y esfuerzos por levantar un coche que ya no reacciona ni con Viagra. Pero el caso es que gracias a la maravillosa visión de las cosas que han escenificado la FIA y parte de la FOTA, se avecinan tiempos consecutivos a estos en que los entrenamientos en pista se van a dar con cuentagotas, comprometiendo gravemente cualquier posibilidad de arreglo a poco que las cosas se tuerzan un poco…

Ya se acaba

Entre pitos y flautas estamos en la antesala del final de un desesperado y penoso tránsito por el desierto. Queda lejos el momento en que Fernando decidía poner fin a su relación con Renault por primera vez, hace casi cuatro años.

La escudería de Enstone, por aquel entonces, tenía ante sí un futuro incierto. Los augurios pronosticaban que la temporada 2006 podía ser la última en F1 y el asturiano decidía firmar por la británica McLaren, sin embargo, y contra todo pronóstico, aquella resultaría la del segundo doblete.

Optimismo

En apenas unos días, la temporada 2009 será pasto del recuerdo, y como tal quedará vista para sentencia según cómo quieran mirarla unos u otros ojos. En lo que a mí respecta, no puedo hacerlo con benevolencia porque ha sido (aún está siendo) más agria que anodina, y escribiendo ésto tomo conciencia de que ya llevo algunos años pidiéndole demasiado poco a la F1.

Tal vez porque los sucesos de este año sobre el que pasaremos página este próximo domingo han sido de todo menos deportivos y gratificantes, o porque la gripe A campa por sus anchas en casa, o porque con un dolor de cabeza que no se me quita lo veo todo turbio, el caso es que tengo la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor y la ilusión de que cualquiera venidero tiene que ser por cojones mejor.

G.P. de Abu Dhabi [Yas Marina]

De la nada: Abu Dhabi

No me cabe duda alguna de que la creación de Herman Tilke en Abu Dhabi satisfará a más de uno. Rectas largas y curvas amplísimas, con alguna chicane y curva muy cerrada, todas intermedias y bien colocadas, para aliviar la extenuación de pìlotos y máquinas, y a servir con perejil, como hace el bueno de Karlos Argiñano…

En serio, así, sobre el papel, el nuevo circuito resulta incluso sugerente con esa salida de garajes que hace un bucle para pasar por debajo del asfalto del trazado, pero me parece a mí poco acorde con lo que se suponían nuevos tiempos. Sí, aquellos en los que la aerodinámica no iba a resultar tan determinante, donde los adelantamientos iban a ser la norma, y donde la pericia de los pilotos iba a poner el puntito de salsa picante en el asunto de dar espectáculo.

Triste de mí

Me preocupa Kimi, o mejor dicho, me preocupa su futuro inmediato. No se trata de que dude de su capacidad para encontrar un hueco en la F1 para 2010, o en su caso, fuera de ella, si lo que sea que se está desarrollando en aras de conseguir algo en su entorno, no llega a buen puerto. Se trata más bien de una sensación extraña que me lleva a pensar que hay demasiadas cosas que no encajan con el perfil demostrado por el finlandés, y que de suyo lo convertirían en firme candidato para que se lo rifara todo el mundo, desde Renault a Toyota o Force India.

Visto el percal y cómo se está vendiendo este año, la verdad es que a estas alturas no debería sorprendernos casi nada, porque ahí tenemos al reluciente nuevo campeón del mundo, Jenson Button, sin volante todavía, y es que la cosa de valorar en su justa medida la calidad, tasarla como se merece, anda chungo, con la cotización arrastrándose por los suelos.

Jenson, o rey

En este mismo blog, defendí abiertamente a Jenson Button cuando aún militaba en Honda y Brawn GP ni siquiera se sospechaba que llegaría a existir como escudería, y dije de él que no había tenido suerte con los coches que había conducido a partir de 2005 y antes de 2004. Hoy me reitero.

Siempre he tenido la sensación de que Jenson es como Kimi. O mejor dicho, desde que en 2004 se enfrentó en solitario a la todopoderosa Ferrari de Todt, Brawn, Schumacher y Barrichello, intuyo que siendo menos fino y rápido que el finlandés (Kimi es Kimi, lo siento), Button tiene una dimensión oculta que sólo resplandece cuando el vehículo que conduce no le causa quebraderos de cabeza. Ocurrió cuando en aquella bendita temporada que he traído a colación, el BAR Honda BAR-006 (el mejor de toda la serie), un vehículo tranquilo y bien asentado, le permitió cosechar 4 segundos puestos, 6 terceros, 1 cuarto, 2 quintos, 1 sexto y 1 octavo, lo que dice mucho de una regularidad que le llevó a ocupar el tercer puesto en el mundial de pilotos, con un buen puñado de puntos sobre el cuarto clasificado, Fernando Alonso; y ha vuelto a ocurrir este año que ya estamos cerrando, con el BGP001, otro monoplaza bien plantado sobre el asfalto, que a la postre le ha permitido alzarse con la corona de pilotos por primera vez en su vida.

¡Buenas noches, y buena suerte!

Aramís Fuster también lo predijo. Era una de esas cosas que están cantadas de antemano, tanto como para que incluso un tipo corriente como yo diera en el clavo en una fecha tan temprana como mayo pasado, y volviera al asunto apenas unos meses después. Sí, Ferrari ya ha colocado a su hombre como cabeza visible de la Federación Internacional del Automovilismo, y aunque cabría decir que nadie sabe como ha sido, lo vivido este último mes nos demuestra una vez más que los aficionados acertamos poniéndonos en lo peor y más chungo.

Jean Todt es desde ya mismo el Gran Maestre de la cosa, y ha perdido el culo en pedirse a Michael Schumacher como asesor y colaborador y lo que sea, vamos que no ha mostrado rubor alguno en comenzar a pintar de rosso la sede de la FIA en La Place de la Concorde. Sinceramente tengo que advertir que la elección, en sí misma, me ha venido y viene un poco a desmano. En su día hice pública mi disposición hacia Ari Vatanen por aquello de seguir apostando por las posiciones perdedoras de antemano (como viene siendo mi costumbre en este blog), y poder seguir fardando luego de optimista a ultranza, aunque me apetece dar ahora dar acuse de recibo de una de las frases más inteligentes que he escuchado en los últimos tiempos, y es que Ari ha comentado tras su derrota que «es muy difícil cambiar la cultura de la FIA.»

Talibania S.A.

La cosa está bastante jocosa, lo mismo te encuentras con un tipo que recela de Fernando Alonso por lo de Singapur 2008 y que a renglón seguido se autodefine como seguidor confeso y orgulloso de Michael Schumacher (¡tela!), que con otro que alaba las ventajas y artimañas de Ross Brawn en este campeonato, mientras denosta públicamente las de Flavio Briatore en el anterior… ¡Talibania, siempre Talibania!

Por suerte o por desgracia, he dejado escrito que mi Felipe es un marrullerete de aúpa que ha sabido crecer como un jabato; que Brawn GP se ha aprovechado inteligentemente de los atajos que le permitió la misma FIA que denegaba a Renault y Red Bull idénticos subterfugios; que Jenson Button es un gran piloto que se merecía este campeonato aunque no de la forma en que lo ha conseguido; que Flavio ha sido uno de los mejores domadores de hienas que han existido; o que mi Ferrari no merece el cariño que la profeso aunque sigue siendo Ferrari y la seguiré amando…

Grand Prix Actual Punto Com

Antonio ejerció de mayordomo para un millonario que vivía en la 5º Avenida de Nueva York en un apartamento de mil metros cuadrados y veraneaba en una villa de Niza, hasta que se jubiló y volvió a España después de un montón de años de leal servicio. Me tomó un enorme cariño y siempre me decía que empezara a preocuparme por el paso de los años cuando los taxistas que me llevaran a cualquier parte fuesen más jóvenes que yo, o incluso de mi edad… ¡eso es un síntoma al que hay que estar atentos, Jose! 

Obviamente llevaba más razón que un santo, como en un montón de cosas que os ahorro por falta de espacio, y es que Antonio había vencido muchas veces al destino en el cuerpo a cuerpo, y la experiencia se aquilataba en sus entrañas de la misma manera que la vitalidad se mostraba en cada uno de los poros de la piel curtida y oscura que recubría un cuerpo nervudo y pequeño que no conocía la derrota.

De karts y otras menudencias

Tiene su aquél que apenas unas horas después de que Jean-Pierre Laurent dijera que «Fernando Alonso sabe que le debe todo a Renault y si no, sería piloto de karts», hayan empezado a sonar voces que auguran una posible venta de la escudería gala y que mencionan también la posibilidad de que su continuidad pasaría por convertirse en suministradora de motores, únicamente.

El presidente de Renault España decía más cosas que quedaban huecas en cuanto esa fina intuición que hemos desarrollado con el tiempo los aficionados encontraba pie para cristalizar las numerosas piezas que componen el extraño futuro que se dibuja para la escudería gala. 

El pequeño 125

Con ocasión de la mención a Julio González-Pola, destacaba el otro día que en la fotografía que encabezaba la entrada aparecía el pequeño 125, cuestión que me servía para situar a nuestro primer compatriota sobre Ferrari en el circuito de Pedralbes (Arturo González-Pola corroboraba mi afirmación), y me apetecía hoy dedicarle una reseña, porque el 125F1 (C según algunas referencias) era un vehículo de batalla relativamente corta, lo que lo hacía muy vivaz en su conducción, amén de reconocible debido a su acabado compacto y redondeado.

Pero lo importante de este coche no era su aspecto de líneas claramente distintivas, sino que iba a ser el primer monoplaza salido de Maranello que correría en competición, y a tal fin debutó el 5 de septiembre de 1948 en el Gran Premio de Italia, con Farina, Sommer y el Príncipe Bira al volante.

Tú y yo...

Lejos queda el momento en que Jenson Button se acercaba a su compañero Rubens Barrichello para exteriorizar lo que intuíamos todos tras la debacle de Red Bull en Monza. Que lo hubiese dicho Flavio Briatore a comienzos de temporada importaba un pimiento, porque mal que nos pese, lo que realmente pesaba en aquel entonces era y es lo que ocurre en la última carrera celebrada: subir al Olimpo o caer a los infiernos en un abrir y cerrar de ojos, la esencia… Tarde o temprano todos nos asomamos al balcón de la vida para asumir que somos y seremos lo que nos depare el siguiente instante. 

La apuesta, la maldita apuesta que nos atenaza mientras transitamos los segundos y las horas que nos han sido concedidos. ¿Lo haremos? ¿Seremos capaces? ¿Asumiremos el riesgo? Sí o no. La cosa, como diría mi buen amigo Nazario, se reduce siempre a un 50% de posibilidades, no hay más vainas, acertamos o erramos, así de sencillo resulta.

¿Qué nos queda?

Hasta el jueves o viernes no abordaré la figura de nuestro flamante campeón del mundo 2009, y lo advierto de manera tan temprana por evitar malos entendidos, y también por ver si las tímidas críticas que ya comienzan a aflorar, cuajan lo suficiente como para que un servidor encuentre pie donde apoyarse. Mientras tanto, me gustaría reflexionar sobre esta temporada que carece ya de alicientes, que empezaba mal y que a mi modo de ver termina de igual modo.

Si se iniciaba con razonables dudas al respecto de los dobles difusores, y de la arbitrariedad con que fueron permitidos, ha acabado demostrando que la inteligencia y buen hacer de los ingenieros que aplicaron el espíritu y la letra del reglamento han perdido un año completo de trabajo, que se dice pronto, con todo el esfuerzo y presupuestos que caben en él o lo rodean, ya que la ventaja obtenida por Brawn GP a comienzos de año ha resultado un escollo insalvable para el resto de escuderías. 

¡Te hemos jodido! [Brasil]

Entre el exceso de trabajo y el sueño que me tumba en cuanto las farolas comienzan a iluminar las calles, había dejado a medio terminar mis conclusiones sobre el devenir de Brawn GP, cuestión que quería zanjar antes de que diera comienzo la cita brasileña por aquello de sentar un poco de cátedra —¡total, por tirarse a la piscina, que no quede!—. El caso es que como bien sabéis, llevaba días planeando a baja cota sobre el escenario planteado alrededor de la cosa de si Jenson sí o no, que ha sido que sí y por el artículo 33, y es que, como trataba de decir hace un momento, tras unos días de descanso esperaba reestrenarme hoy domingo con algo sabroso que llevarme a la boca, pero no, porque para variar, tenemos nuevo campeón del mundo, y por tercera vez consecutiva, de lo más anodino.

¿La carrera? Sinceramente me ha importado un pimiento en cuanto he visto a Rubens salir de los garajes perdiendo segundos, haciendo aguas como si le hubieran agujereado el casco (¿a qué me recuerda?). Sí, el comienzo de la prueba ha sido incluso interesante, pero comprendedme, ver como un tipo que sale desde la pole pierde una carrera porque su equipo se encarga de que la pierda, hace que me lleven los demonios, ¿qué queréis que os diga?

G.P. de Brasil [Interlagos]

Julio, el primero

Hace casi dos años, exactamente el 12 de febrero de 2008, iniciaba la entrada correspondiente a aquel día, de la siguiente manera: «El ídolo venezolano Julio Pola es nada más y nada menos que el piloto español Julio González-Pola, el primero de nuestros compatriotas en subirse a un Ferrari en la primera intervención oficial de la todavía desconocida escudería italiana (Penya Rhin, Barcelona, 1948).»

Casi dos años después, y aprovechando que se ha hecho público el fichaje de Fernando Alonso por la de Maranello, quien más o quien menos ha echado la vista atrás por aquello de jalonar convenientemente los inicios de nuestras gestas nacionales, también la mayoría de la prensa generalista y especializada en esto del motor, aunque casi todo el mundo se ha quedado en la figura de Alfonso de Portago como primer compatriota en La Scuderia, sin mirar más allá.

Salmo 121

No tengo la menor duda sobre lo que le está pasando a Jenson Button, pues a mi modo de ver no tiene relación con la presión que puede estar soportando, y sí está relacionado con las carencias que aquejan a los pilotos desde que la electrónica y la telemetría vinieron a rellenar artificialmente los huecos que dejaba un maduración excesivamente temprana en aras del negocio.

Desde mediados de la década de los 90 del siglo pasado, el tacto, esa especie de sensibilidad especial que se adquiría a base de experiencia, ha sido sustituido por una serie de aditamentos externos que han convertido a los pilotos en meros conductores de monoplazas. Dicho así suena extremadamente sencillo, si me apuráis, puede que incluso idiota, pero hasta ese momento relativamente cercano en el tiempo, los hombres que se jugaban los cuartos en el asfalto eran una mezcla más o menos homogénea de habilidad al volante y comprensión mecánica. Desde luego que habría que matizar esta sintetización, pues las diferencias entre unos u otros comportamientos en pista eran claras y ponían de relieve de qué pie cojeaba cada uno de los hombres que iban a bordo de cada vehículo, pero en términos generales la cosa vale, porque el que más o el que menos se apoyaba en lo que mejor conocía para salir airoso.

Viaje a Ixtlán

Transcurre este domingo con una parsimonia enajenante, como si uno viajara en el asiento de atrás de un coche que parece ir a ninguna parte. Así las cosas, por matar el rato me ha dado por echar la vista atrás, y es que cuando no hay noticias sabrosas que llevarme a la boca, acostumbro a refugiarme en mis recuerdos como un niño en los brazos de su madre. Por asesinar el rato, decía, me ha dado por pensar en aquellos años en que ya vivía pero en los que no tenía noción de que lo hacía. No es que me agobie el pretérito perfecto o pluscuamperfecto, ni que tienda a recrearme excesivamente en él, pero es cierto que mirándolo a la cara descubro cosas que he pasado por alto y que me resultan ahora imprescindibles.

El otro día, sin ir más lejos, un amigo me enviaba por correo electrónico la imagen de un Ferrari GTO de 1963, y recordé de inmediato que sus líneas redondeadas y el color rojo de su carrocería me inclinaron a decorar con su imagen una carpeta —mi primera carpeta adolescente, de aquellas azules que se aseguraban con gomas elásticas—, recortándola de una vieja revista que guardaba en casa desde tiempo inmemorial. Mis compañeros en Menesianos iban de largo, con fotografías de chicas (vestidas, advierto), o del Athletic, pero yo ya mostraba maneras haciendo ostentación de un vehículo que me había alimentado sensaciones indescriptibles cuando andaba yo aún verde en esto; claro que ellos llevaban Levi’s 501 (arrasaban) y yo me apañaba con Lois, y cuando podía.

Al todo o nada

El primer paso siempre es complicado, y Ross lo dio sin titubeos cuando decidió hacerse cargo del proyecto que abandonaba Honda. Quedaba trabajo y él lo resolvió como siempre ha hecho: con una buena dosis de intuición con que alicatar el enorme esfuerzo realizado para llegar a Melbourne. Sin embargo, transcurrida la mayor parte de la temporada, el proyecto Brawn malvive de las rentas y necesita algo de fortuna para recoger lo abonado.

No voy a descubrir nada que no haya descubierto antes, Brawn GP no necesitaría milagros de haber hecho bien los deberes, pero el apremio que ha surgido después del G.P. de japón delata que no se han tomado las decisiones correctas. Sí, estoy hablando de Rubens Barrichello y de la cantidad de imfortunios que le han impedido cosechar más puntos de los que ha conseguido, por no mencionar sucesos rocambolescos como los escuchados hace excasamente seis días, cuando el ingeniero de pista del brasileño, a través de la radio, le recomendaba tranquilidad a éste.

Safety Car

Lo que son las cosas, con la manía que tengo al coche que conduce Bern Mayländer, ha nacido una propuesta sugerente que se titula precisamente Safety Car, por la que me he sentido atraído desde un principio. Vamos, que me he leído el blog, y he escuchado el primer programa emitido, y me he sentido subyugado ante la propuesta porque me recuerda a uno de los ámbitos profesionales donde desarrollo mi actividad (los Juegos de Rol), que respira aire limpio gracias a este tipo de iniciativas que beben del esfuerzo personal y pasional de los aficionados.

Como últimamente tengo la fea costumbre de llegar el último a todos los sitios, voy a aprovechar para ir de cortito y tirar de los amigos para que entendáis de qué va la cosa. Charly Barazal, El Lince del Paddock y David Plaza lo explican mejor que yo, así que a ellos os remito. Por mi parte, y dado que ya he mostrado mi encandilamiento por el proyecto en el que interviene Eratóstenes [Felipe], me he permitido habilitar un enlace directo desde este vuestro blog para que el acceso nos resulte a todos más sencillo (pura vagancia, no me lo tengáis en cuenta).

Dahlstrom y Fuxe

Las dos eminencias mencionadas más arriba describieron nueve grupos de células que contienen serotonina, pero se olvidaron de la renovada Renault. Bien, vale, la escudería donde milita actualmente Fernando Alonso no es una célula, ni nada por el estilo, pero cabe reconocer que hay algo en ella que la convierte en manantial de felicidad desde que Flavio, Pat y Nelsinho han desaparecido de sus inmediaciones.

Como es sabido, y científicamente conocido por probado, que la serotonina es la hormona indispensable para alcanzar el placer, y que éste lleva a la felicidad, he encarrilado esta entrada buscando un hilo que resultara fácil de enteder, porque a pesar de que en el pasado G.P. de Japón los ornitorrincos galos se arrastraron con parsimonia anglosajona por el asfalto japonés y el Nano apura sus últimos meses en el equipo ante su inminente marcha a la italiana Ferrari, están en Enstone que parece que les ha tocado la lotería, y no hay más que ver las caras del personal. Bien, de acuerdo, la escudería está salvada con vistas a la temporada que viene, el Nano parece comprometido en el desarrollo del vehículo del año próximo, y acabamos de conocer que Robert Kubica recogerá el testigo dejado por el asturiano…

Vettelazo [Japón]

Tal y como andan los patios del espectáculo según y como nos viene acostumbrando la FIA, el G.P. de Japón encajaba perfectamente en el guión. A colación de esta verdad como un templo, si uno fuese tan arrogante como para pedir peras a un olmo, lo lógico sería afirmar que la carrera fue un absoluto aburrimiento, ya que se limitó a cubrir el expediente con alguna sorpresa que otra. Sin embargo, si uno es optimista y se toma la vida como viene, conformándose con disfrutar con cualquier tontería, hasta se puede decir que fue entretenida… Obviamente, es mi caso.

Así las cosas, me desperté pronto, sintonicé el televisor, y vi cómo se daba la salida a una parrilla que no la reconocía ni la madre que la parió. 

La insoportable levedad del ser

No, no y no. Habíamos quedado en que Fernando era uno de esos tipos a los que la FIA mimaba; en que lo del Singapurgate no le había pasado factura porque es uno de los pocos intocables de la cosa; en que después de anunciar su marcha a Ferrari, se iba a descubrir con claridad meridiana, yo qué sé que asunto sobre la mano negra que lo ha tratado con guante blanco mientras él se encargaba de hacer ver al mundo que se lo curraba…

Por suerte o por degracia (me inclino a pensar lo segundo), esta tarde hemos comprobado de nuevo que el asturiano es el dontancredo adecuado para que el máximo organismo que rige nuestro bien amado deporte muestre lo justo que resulta cuando se trata de aplicar el reglamento a rajatabla. Total, una nadería, lo cogemos a él también, a pesar de que renunciaba a su vuelta rápida en la Q2 y de paso a entrar en la Q3, porque había banderas amarillas en la pista, y le crujimos como a los tres pilotos que apretaban a destajo mentiéndose en una ronda de calificación que quedaba viciada porque a los comisarios les cuesta ver blanco o negro cuando resulta necesario, y prefieren ponerse a valorar si hay matices cuando no sirve ni para encañonar camisetas. 

Segadoras

El futuro es una perpetua búsqueda del pasado. Es una frase más o menos hecha, lo reconozco, aunque sé sobre la verdad que encierra porque cuanto más consumo mi vida más me doy cuenta de que todo a mi alrededor tiende a reencontrarse con algo que ya he vivido, como generando nodos al más puro estilo The Matrix. Sea como fuere, no he encontrado la coño reseña con que haberme colgado una medalla al afirmar que ha habido sabios antes que yo que se dieron de bruces con idénticas o parecidas piedras. ¿Qué queréis que os diga?, lo doy por bueno porque el ejercicio de crecer es ir apropiándose de las cosas de otros, los demás, haciéndolas tuyas, por mucha SGAE que se encabrone. ¿Qué seriá de nosotros si el primer homínido que intuyó que podía recorrer la sabana erguido, se lo hubiese pensado dos veces en plan interrogante sobre si tendría que pagar derechos por ello? Pues eso.

Todo está inventado y no hay vuelta de hoja, y a poco que nos vamos acercando al cierre de página de una de las temporadas más raras que he vivido, me ha dado por reflexionar en voz alta sobre la cantidad de promesas incumplidas que se han ido quedando en la cuneta; también sobre la enormidad de cosas que nos asombraron y que poco a poco han ido convirtiéndose en agua de borrajas; pero sobre todo acerca de la cascada de sensaciones que me han asaltado cuando he percibido que tal o cual cosa me recordaba a otras de sesiones pasadas.

¿Esfuerzo? El justo

Como venís comprobando desde hace algunas semanas, dispongo de muy poco tiempo para comportarme como un ser humano, y no lo encuentro ni para respirar ni para contestaros como merecéis, que os lo merecéis. Sí, me estoy dirigiendo a vosotros, a todos y cada uno de los que cada tarde y cada mañana o mediodía hacéis que sentarme al atardecer frente al teclado me resulte un bálsamo así lleve los párpados clavados a media altura.

Este blog no sería nada sin vosotros. Os lo he dicho varias veces y no me cansaré de repetirlo, y permitidme hoy que lance unas cuantas salvas en vuestro honor, y del 7.62 para más señas, porque nos han dado un nuevo premio, de esos tontorrones que circulan por la red y que saben a gloria porque revelan que alguien te reconoce y quiere afirmar públicamente que lo hace, sin que el rubor le borre la cara, cosa que en estos tiempos que corren viene a significar que todavía queda gente a la que le gusta llevar la frente bien alta.

G.P. de Japón [Suzuka]

Cultura Ferrari

Desde que tengo uso de razón en esto, todos los pilotos que me han alterado el espíritu han conducido para Ferrari. Luego he aprendido a querer y a degustar a otros, a encandilarme con ellos, descubriendo que los hubo que condujeron para La Scuderia y que hubo otras marcas también molonas que cobijaron a Jim Clark o a Jackie Stewart, por ejemplo, pero nada como mis héroes pilotando un coche rojo. Nada, nada había comparable a ese sentimiento atávico e irracional que se cuece en las primeras luces de la adolescencia, salvo el que me ha producido Fernando Alonso desde que lo ví por primera vez en 2001.

Bien, hoy, a pesar de que me las prometía felices por una permanencia en Renault al menos hasta 2011, la realidad se ha impuesto recordándome que mis dos anhelos se fundían ayer, y que Alonso se marcha a Maranello para vestir de rosso los próximos tres años, cinco si hay más suerte, diez si todo sale como espero.