De karts y otras menudencias

Tiene su aquél que apenas unas horas después de que Jean-Pierre Laurent dijera que «Fernando Alonso sabe que le debe todo a Renault y si no, sería piloto de karts», hayan empezado a sonar voces que auguran una posible venta de la escudería gala y que mencionan también la posibilidad de que su continuidad pasaría por convertirse en suministradora de motores, únicamente.

El presidente de Renault España decía más cosas que quedaban huecas en cuanto esa fina intuición que hemos desarrollado con el tiempo los aficionados encontraba pie para cristalizar las numerosas piezas que componen el extraño futuro que se dibuja para la escudería gala. 

Así, hoy, al amparo de los susurros que recorren la red de redes como las verdades enteras o a medias, o aún los bulos infundados y falacias lo hacían en los mentideros de nuestro Siglo de Oro o en las corralas de los siglos XVIII, XIX o incluso XX, las sospechas que albergábamos todos apuntan a que hay tomate. Y es que sí, parece haberlo, porque Kubica ha firmado para sólo un año, porque al ornitorrinco lo han dejado varado desde junio pasado, porque los patrocinadores principales han huído como de la peste, porque Briatore es mucho Briatore aunque no esté presente, y porque el Nano ha preferido dar un salto al vacío antes que aceptar quedarse en una escudería que lleva demasiado tiempo naufragando por falta de presupuesto y de auténticas ganas… Demasidas coincidencias para un futuro demasiado incierto, así nos lo pinte el Sr. Laurent de color de rosa.

Me equivocaba hace escasamente unas semanas cuando decía que Renault iba a renacer de sus cenizas porque no le quedaba otra. Muy a mi pesar, la realidad se impone y toca admitirlo, porque don Carlos Ghosn sigue aplicando su criterio mercantilista sobre una actividad, la deportiva, que requiere una buena dosis de constancia y un acerado nivel de apuesta si se quieren obtener resultados en ella. No hay que mirar muy lejos para descubrir que cuando Renault apostó realmente por la F1 consiguió lo que buscaba (2004-2005), alzándose con un doblete en el último año mencionado, y que volvió a lograrlo al siguiente aunque la experiencia se vería ensombrecida por las constantes referencias a una posible disolución del equipo, lo que originó a la postre que Fernando Alonso decidiera tempranamente marcharse a McLaren. 

A partir de ese momento, el equipo del rombo ha malvivido económicamente, y si ha sacado la cabeza en 2008 y en la pretemporada 2009, ha sido por el empeño e implicación de nuestro compatriota; sí, el que habría seguido conduciendo karts de no haber demostrado que aporta a lo que toca un algo especial que se decanta en victorias, en minutos de televisión, en dos campeonatos mundiales para la marca y para él mismo, en seguridad y promoción para los patrocinadores, y en ventas de utilitarios, no se nos olvide.

Ser cicatero con los beneficios reseñados y venir ahora intentando poner las cosas en su sitio de una manera bastante cutre y patosa, es un síntoma más de que el futuro pinta sombrío para Renault por muchas sonrisas que rieguen su garaje. Llegados a este punto, me gustaría preguntarle directamente al Sr. Laurent si cuando mencionó «… nosotros tenemos al segundo mejor piloto [en referencia a Kubica]», pensaba realmente en lo que decía, porque incluso el desembarco del polaco se debe a que sustituye a un tal Fernando Alonso en una escudería empapada por su comprensión del deporte. 

¿O es que se imagina el presidente de Renault España que el fichaje habría sido posible con el pecio que había dejado don Carlos en 2007 y ante el cual se las tuvieron que ver Fisichella y Kovalainen, naufragando a su vez estrepitosamente? Pues eso.