Ni tanto ni tan calvo

Ya sé que tengo una leyenda negra que cuidar, pero me basta y sobra con regarla cada amanecer y podarla al final del invierno, de manera que siento defraudar a los que están esperando que tire piedras a Sebastian por su desastroso inicio de temporada.

A nuestro tetracampéon le está pasando lo que auguré para Checo Pérez y Carlos Sáinz, entre otros. Le ha faltado tiempo de acondicionamiento a su monoplaza con la birria de entrenamientos que nos han servido este año la FIA y Liberty. 

Y es que una cosa es que su equipo haga el gilipollas diciendo gilipolleces [Instalando a Vettel], otra bien distinta que Aston Martin esté a punto de levantar un altarcito a Vijay Mallya porque teniendo concesionario donde elegir, se han pillado el coche malo para 2021 en vez de un Red Bull, por ejemplo: «Hay que recordar que sólo dos equipos tienen un concepto de rake bajo. E incluso uno de los equipos de rake alto votó en contra. Así que, no se estuvo ni cerca de la unanimidad. Y ni siquiera habría sido aprobado con la regla de ocho de diez. Porque tres votaron en contra...» [Los equipos de F1 con rake bajo avisaron del impacto de la nueva normativa]. Y otra más es que la prensa británica haya comenzado a cargar las tintas sobre el astro alemán y muchos se sientan en la obligación de reír sus gracias.

Ahí donde le veis con su incipiente alopecia oculta por la gorra, sus títulos valen bastante más que todos los de Hamilton juntos. Luchó por sus coronas, en dos ocasiones hasta la última carrera, y ahorraros la coño referencia a 2008, aquel año Toro Rosso quedó por delante de Red Bull. Incluso descartando la carrera de Monza, donde nuestro protagonista logró la victoria, Faenza suma un punto más que Milton Keynes aquella campaña. Mal coche no era el STR3, tal vez sí un pepinillo de los que tanto le gustan al de Heppenheim...

En fin, antes de que me ablande del todo diré que Sebastian no se merece la manta de hostias que le está cayendo, y que lo repruebo. El deporte no consiste en esto. Ante todo es generosidad, jamás venganza, pero qué os voy a contar si a Fernando también lo huntaron de lo lindo y, en 2009, ni el hijo del viento se libró de lo suyo.

A finales de 2020 escribí una entrada para Graining.es de esas que no son rentables ante ese cierto sector de la afición que siempre lo tiene todo claro [Una vida nueva (22-12-2020)]. Seb se había comprado una nueva oportunidad en Aston Martin, y habrá que ver hasta dónde llega, digo, pero no ahora sino al final de la sesión o acaso cuando hayan pasado el puñado de carreras necesario para que un piloto se acople a su coche.

No, hoy no voy a darle a Vettel —ya tendré tiempo para ello si él me da oportunidad—, aunque me apetece recomendar que vayan acondicionando sus respectivas cuevas los que vieron en 2020 que Ferrari era la culpable de su paupérrimo rendimiento. En la estantería de potitos para bobos, a la izquierda de «Hamilton es campeón y da igual cuando lo leas» y «Como Lewis no hay nadie», hay un producto indicado para Berger y los tontos del sistema, que va etiquetado como «Iros a tomar por el culo, imbéciles».

Vettel no está acabado, pero casi mejor le dejamos a él poner su The End, por simple y mínimo respeto. 

Os leo.