La posguerra gala no estuvo exenta de complicaciones, su modelo colonial vigente a finales de la década de los cuarenta del siglo XX ya daba abundantes muestras de estar resquebrajándose y ello afectaba al continente, pero como de costumbre, Francia cerraba filas sobre sí misma mientras iba olvidando las cicatrices de un país que había estado muy dividido antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
En este sentido, el éxito de participación y público de la edición de 1949 y los premios, ejercieron de fabuloso altavoz para la de 1950, algo que aprovecharon tanto el ACO como las autoridades, que vieron en ello una bonita oportunidad para continuar recuperando La Grandeur. Le Mans estaba situada de nuevo en el mapa y sus 24 Horas eran unas fabulosas embajadoras, de forma que se continuó con las labores de reasfaltado y acondicionamiento del circuito iniciadas en la primavera de 1948, con la intención de que la cita volviese a ser redonda.
Como sucedió el año anterior, el número de solicitantes fue abultado y mayoritariamente francés, y superaba la centena de vehículos, y también, la primera criba se realizó atendiendo a criterios técnicos y de consumo previsible, dejando un total de 84 coches listos para ser valorados por los comisarios de L'Automobile Club de L'Ouest antes de cubrir las 60 plazas de los garajes, cifra que a la postre supondría la parrilla para la carrera.
Ferrari se disponía a defender los laureles obtenidos el año anterior aunque esta vez la suerte le sería esquiva porque ningún representante de la italiana terminó la prueba. El equipo norteamericano de Luigi Chinetti presentó cuatro unidades —un 195S Barchetta que llevaría él mismo junto a Pierre Louis-Dreyfus, un 195 Sport Touring Berlinetta Le Mans conducido por Raymond Sommer, y dos 166MM, uno de ellos en versión Coupe—, mientras que Lord Selsdon volvía a apostar por la Ferrari 166MM con la que Selsdon, el aristócrata británico, obtuvo la victoria final en 1949 junto a Chinetti.
Jaguar optó también por la presencia privada y fueron tres XK120S los que tomaron la salida, sentando así las bases de lo que sería su asalto a Le Mans en años posteriores. La representación inglesa no se circunscribió sólo a la de Whitley, Aston Martin ponía en pista tres DB2, Allard un J2 con motor Cadillac, y Bentley un Corniche TT de la década de los treinta.
Por otra parte, los USA acapararon la luz de los focos con dos Cadillac de los que hablamos hace tiempo en Nürbu, Le Petit Pataud y Le Monstre [Le Petit Pataud #25TLM18 (17)], aunque la anécdota de la carrera la supusieron el Delettrez Diesel y el M.A.P. 5.0L Supercharged I4, primeros vehículos diésel que tomaban parte en las 24 Horas de Le Mans, y el Gordini conducido por los argentinos Juan Manuel Fangio y José Froilán González.
El resto de la parrilla, como decíamos antes, quedaba en manos francesas, aunque con opciones reales sólo figuraban tres marcas: Talbot, Delage y Delahaye, todos ellas de cilindrada grande; de forma que al inicio del fin de semana del 23 a 25 de junio parecía bastante evidente que al menos un representante francés lucharía por la victoria contra Ferrari, y en concreto, que éste podría ser uno de los tres Talbot-Lago [1950 tales #25TLM (03)] y [Con la intención bastaba].
El sábado 24 se certifican los pronósticos. Desde la salida y durante las primeras horas, el duelo Talbot/Ferrari es más que evidente, con los Jaguar, Delage y el Allard como invitados, pero al atardecer, el Talbot-Lago T26 GS de los Rosier (padre e hijo) ya ha presentado sus credenciales y mostrado su capacidad para aumentar la distancia sobre sus perseguidores, algo a lo que ayudará la delicadeza de los coches italianos, que irán cayendo uno tras otro hasta no quedar ninguno al mediodía del domingo.
El 166MM Coupe ha abandonado durante esa misma tarde, y le seguirá el otro 166MM del equipo Luigi Chinetti antes de que el sol se haya puesto del todo. Sommer se ve traicionado por la parte eléctrica de su Ferrari 195 Sport Touring Berlinetta Le Mans alrededor de la medianoche. El 195S Barchetta de Chinetti morderá el polvo casi al amanecer y el 166MM de Selsdon no correrá mejor suerte aunque dura sobre la pista cuarenta y tres vueltas más...
El 166MM Coupe ha abandonado durante esa misma tarde, y le seguirá el otro 166MM del equipo Luigi Chinetti antes de que el sol se haya puesto del todo. Sommer se ve traicionado por la parte eléctrica de su Ferrari 195 Sport Touring Berlinetta Le Mans alrededor de la medianoche. El 195S Barchetta de Chinetti morderá el polvo casi al amanecer y el 166MM de Selsdon no correrá mejor suerte aunque dura sobre la pista cuarenta y tres vueltas más...
La debacle de Ferrari sirve en bandeja de plata la posible victoria a los Talbot, con el T26 GS muy por delante del Talbot-Lago Monoplace Decalee que conducen Pierre Meyrat y Guy Mairesse. Pero las cosas se tuercen para el coche número 5. Una avería en la suspensión propició un dilatado tiempo en garajes y que el número 7 les robara el liderato. Totalmente arreglada, Louis Rosier aprieta como un endemoniado hasta reducir la ventaja de su rival a una sóla vuelta y después superarlo, pero con un Jaguar a cola. Desgraciadamente, el XK120S de Hadley y Johnson se verá obligado a abandonar.
Quedan 29 vehículos sobre La Sarthe y cada vez parece más claro que todo Le Mans volverá a cantar La Marseillaise.
El Allard J2 de Sydney Allard y Tom Cole Junior sufre problemas con la caja de cambios desde hace horas, pero consigue arrebatar la tercera plaza al Nash-Healey E de Tony Rolt y Duncan Hamilton que, a su vez, los tiene en el eje trasero y frenos.
Vence el Talbot-Lago T26 GS de la familia Rosier. Ha acumulado 256 vueltas. Con giro perdido termina el Talbot-Lago Monoplace Decalee de Meyrat y Mairesse, y con cuatro menos, concluye el Allard J2 de Cole y Allard en tercera posición.
Le Mans vuelve a ser tierra de acogida para quien quiera intentarlo, pero a poder ser, que gane siempre un coche francés.
Os leo.
< Ferrari, 1949 [#24LeMans 17]
> Vuelve Jaguar, 1951 [#24LeMans 19]
¡El parón de esta saga me estaba matando!
ResponderEliminarUn saludo
Sr. Polyphenol