Terminada la revisitación de los comentarios de Anxo en la entrada 14 Kilos, retomamos el discurso inicial y seguimos linealmente con relación a la exposición comenzada en Los papeles de Anxo [05.1].
Respecto a lo más conocido, o al menos más comentado, ya sabemos algo sobre cómo los famosos difusores transforman la Energía Cinética en Entalpía.
La Entalpía, como dijimos, no es más que la suma de la Einterna y el Calor total, y su disponibilidad o Energía Disponible susceptible de transformarse en Trabajo, se conoce como exergía. Por otro lado, la parte de Energía que esta degradada (por rozamientos internos) y resulta por tanto No Disponible, se la conoce, por algunos autores, como anergía.
La idea de todo esto es que comprendamos que no es lo mismo un flujo que otro que pueda parecer idéntico porque tiene exactamente la misma Energía, pues la Entalpía total (que incluye el Trabajo de flujo) de uno u otro puede estar más o menos degradada [debido a los procesos en que ha intervenido].
Conociendo este aspecto, podríamos pensar en qué efecto puede tener usar uno u otro en el difusor, pues si soplamos con el gas de escape caliente, éste entra en el difusor y empieza a perder velocidad (Ecinética) mientras gana Entalpía total —en este tipo de formas divergentes o convergentes, también está por medio el Trabajo de flujo en la valoración de la Entalpía total—, pues según sea de divergente, puede transformar la Energía Cinética en Trabajo de flujo al buscar encontrar su propio equilibrio, y por tanto, al sufrir rozamientos internos propios de la expansión y el roce con las superficies del difusor, cumpliendo a la perfección con el cometido que se pretende de éste, porque a la salida del mismo, el flujo tendrá la misma Energía total que a su entrada (a más soplar los escapes, más Entalpía en la salida).
De esta manera, si comenzamos el diseño de un difusor deberemos hacerlo buscando una eficiencia máxima en unas condiciones determinadas de entrada del flujo, y por supuesto de las necesidades en la estela, y ver que además, tenga un rendimiento lo más óptimo posible en todas las demás situaciones de carrera, pues un diseño erróneo podría hasta entrar en pérdida en su relación con el alerón trasero, restándole apoyo. También habría que pensar en que el aire es una mezcla de nitrógeno, oxígeno, gases monoatómicos, etcétera, y que por tanto, su comportamiento como mezcla homogénea no tiene por qué ser siempre el mismo.
En fin, la transformación en el interior del difusor debe de estar prevista para que la mezcla se expanda a una velocidad que mantenga las condiciones de trabajo del difusor. Y como sabemos que la presión o depresión viajan a la velocidad del sonido, si intentamos que el flujo diverja en exceso con el difusor en relación a las condiciones de entrada, tendremos muchas probabilidades de que el difusor entre en pérdida [sin capacidad para generar downforce y aumentando de paso la resistencia al avance (drag)].
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