El dominio aplastante de los R8 de Ingolstadt desde 2000, llevó al ACO (Automobile Club de L'Ouest) a intentar pararles los pies en 2005, con la aplicación en las 24 Horas de Le Mans de una serie de inusuales medidas restrictivas que no lograron su objetivo, pero, a cambio, incentivaron a Audi a acelerar el desarrollo de los R10 TDI.
El prototipo del flamante nuevo vehículo fue presentado bajo una enorme expectación a finales de ese mismo año. En apariencia guardaba un bonito aire de familia con el coche al que sustituía aunque estaba repleto de novedades, empezando por el chasis, que continuaba siendo monocasco de fibra de carbono, pero, ahora, ofrecía una menor rigidez estructural mientras aportaba una mayor resistencia global.
Aunque su mayor novedad se ocultaba bajo el cubrecapot: un flamante V12 diésel de 5.5 Litros de capacidad, que era apoyado por la tecnología TDI (Turbo Direct Injection) que daba nombre a la bestezuela.
Ya hablamos en su momento de los diésel en La Sarthe y de su primer asalto a la prueba gala en 1949 [M.A.P. Diésel]. Hubo algún intento más a lo largo de las ediciones de la carrera, pero parecía guerra perdida pues los motores eran pesados y demasiado tendentes a las averías, lo que convierte al R10 TDI en el primer diésel plenamente competitivo, tanto que arrasó igual que su antecesor desde que tocó pista en 2006 hasta su retiro en 2008 para ser sustituido por el R15 TDI, del que hablaremos dentro de unos días.
Obviamente, los competidores de la de los aros en 2006 corrían todos con propulsores alimentados por gasolina, lo que convirtió aquella cita en un auténtico test de confianza, y sí, una vez superada con éxito, el hito atrajo a Peugeot y sus 908 HDi FAP, que, junto a los Audi de aquel periodo, marcaron los duelos en las 24 Horas de los años siguientes.
En la imagen de arriba, junto a nuestro protagonista me he permitido colocar el R8 con el que iniciamos esta larga saga de visitas a mis pequeñines a escala [Un cocodrilo alemán en Adelaida]. El Audi R10 TDI también pertenece al catálogo IXO en su serie de ganadores de Le Mans.
Refleja la unidad que venció en la edición 2007 con Marco Werner, Emanuele Pirro y Frank Biela, haciendo tripulación en el interior de su habitáculo, aunque, como hemos comentado más arriba, otro R10 TDI consiguió el triunfo en 2006 y otro haría lo propio en 2008, cerrando así esta preciosa etapa del inicio del diésel competitivo en las 24 Horas de Le Mans.
Contando con 650 caballos de potencia —límite de la clase LMP1—, el R10 TDI era capaz de alcanzar fácilmente los 370 kilómetros por hora y superarlos puntualmente en la recta de Les Hunaudieres, y al ACO no le quedó otra que envainársela, pues pretendiendo acabar con el dominio de los R8 durante seis años, alimentó la creación de un pequeño monstruito que marcó su época al romper el mito de que los diésel no podían hacer gran cosa en la Resistencia.
El asunto duró de 2006 a 2011, y estuvo en manos de la alemana salvo en la prueba de 2009, que ganó Peugeot, pero de todo esto hablaremos en otras entradas.
Os leo.
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