Entre ¡a qué alturas del año estamos!, lo de las cuatro unidades de potencia por temporada que ahora mismo se nota que duele, las escuderías que ya lo han dado todo y están enfocadas en 2025, los pilotos que se van y los que se quedan, la clasificación para la Sprint de Sao Paulo se puede decir que estuvo incluso pasable...
Otra cosa fue la Sprint en sí misma, que no es por nada, por momentos me recordó aquel Gran Premio de China donde Kimi esperaba a Felipe Massa para cederle la posición sin levantar polvo —estaba vigente la prohibición de órdenes de equipo—, y el paulista pudiera rascarle algunos puntejos a Hamilton en su lucha por el campeonato más triste que han visto estos ojitos verdes que tengo.
A ver, en el momento en que escribo ya os sabéis la película, así que, con vuestro permiso, voy a ir directo al grano: si para consagrar a Norris hay que pasar por la piedra a Piastri, mejor vamos diciendo aquello de ¡el último que apague la luz!
Lando no se merecía este destrozo de victoria, y Oscar menos. Que sí, que me sé de sobra cómo os engaña este sistema de bombo y pandereta cuando se escuda en lo complicado que resulta todo para justificar que el que más méritos había acumulado durante la Sprint, tuviera que ceder su puesto y su trabajo a un tipo al que le siguen faltando hervores, y no uno ni dos, sino varios.
Que sí, ya digo. Todos hemos vivido en nuestro desempeño profesional cómo se aúpa al mediocre por encima del que lo está dando todo porque primero está la empresa, pero, ¡coñe!, somos aficionados y pagamos cuota por disfrutar del mejor espectáculo sobre cuatro ruedas del mundo, la excelencia del motorsport y tal, y ayer no hubo nada de eso pues el menú se completó con unas albóndigas precocinadas y un helado de supermercado.
El australiano era el hombre del año en McLaren y no había que ser muy listo para verlo desde hace meses, pero si has preferido hacer caso a los medios británicos y potenciar a su compatriota, incluso contracorriente, sobran las palabras y mereces que se arruinen tus planes porque vas muy escasito de argumentos.
Os leo.
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