viernes, 10 de mayo de 2024

¿Halo vs. Aeroscreen?


Nos acercamos a una de las citas del año, las 500 Millas de Indianápolis, y me apetecía echar el ratito escribiendo sobre uno de los debates más tontorrones que existen: Halo vs. Aeroscreen.

Independientemente del aspecto estético, ambos sistemas de protección han demostrado cumplir de sobra con su cometido principal, lo que ha facilitado que se instale en la afición la creencia de que son dos soluciones intercambiables, y puesto que el Aeroscreen es más bonito que la jaula que adorna los monoplazas F1, no se entiende muy por qué no se adopta en nuestra disciplina si, al fin y al cabo, fue probado por Red Bull en 2016 y la austriaca colaboró con IndyCar para aplicarlo a su campeonato...

Bueno, sí, también lo probó Sebastian Vettel pero le producía sensación de mareo, y me reí de la ocurrencia porque a veces también me comporto como un perfecto gañán.

Ya en 2018, cuando la disciplina norteamericana se inclinó por el prototipo, Scott Dixon habló de una distorsión visual aceptable —el pobre Seb tenía razón, vamos— y comencé a reconsiderar que, más allá de lo evidente, a lo mejor había razones de calado que hacían inviable el Aeroscreen en Fórmula 1 y facilitaban su incorporación a los vehículos de IndyCar.


Las razones evidentes son de volumen y aerodinámicas, fundamentalmente. Los pontones de los F1 llegan prácticamente a la altura del habitáculo porque deben cobijar los aperos de las Unidades de Potencia, que no son pequeños precisamente, y para cumplir su cometido aero, precisan comenzar muy arriba para ir bajando paulatinamente hasta la zona alta del difusor, mientras abren abajo espacio para que los caudales laterales trabajen adecuadamente sobre el fondo curvado.

Como podéis apreciar en la imagen que anteceder el párrafo anterior, los IndyCar no tienen ese compromiso, de forma que sus pontones son más horizontales y arrancan debajo de la línea del habitáculo.

Está también la abertura de aireación superior, imprescindible en F1 e inexistente en IndyCar...

En líneas generales, podemos decir que los IndyCar ofrecen un espacio más generoso a la hora de optimizar la burbuja transparente que rodea el puesto de conducción, lo que incide en menos interferencias visuales y aerodinámicas.


Vayamos con la posición del piloto, un clásico en Nürbu.

La célula de seguridad FIA [Survival Cell] obliga a los conductores F1 a situar su horizonte de referencias bastante más lejos que en IndyCar, pues viajan encofrados y con un importante volumen casi a la altura de sus ojos [Pon un dummy en tu vida]. El competidor de la Serie yanqui ve más alrededor y delante porque su monoplaza tiene forma acuñada, lo que facilitó que el concepto Aeroscreen pudiera adaptarse mejor ampliando los radios de las estructuras de titanio superior e inferior, algo impensable en Fórmula 1, ya que, como hemos mencionado, no existe en un F1 espacio para ello.

Una curvatura cerrada produce distorsiones, sobre todo cuando la vista mira lejos, y una curvatura abierta resulta más aceptable cuando el campo visual es más amplio. No hay más misterio.


Puesto que el objetivo de estos chismes es proteger al piloto y, como decíamos al inicio, ambos cumplen con su cometido, lo de menos (me parece) es cuál resulta más guapo de los dos, y no, no son intercambiables porque responden a dos diseños de monoplaza totalmente distintos.

Función, forma y compromiso. Espero haberos alegrado el mediodía. 

Os leo.

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