Si acaso, al Oppenheimer de Nolan le habría cambiado sólo un par de cosillas, de ellas, el diálogo entre Oppi y Einstein que origina el cabreo monumental del Almirante Strauss y, obviamente, da pie a la trama.
No voy a negar que queda francamente bien la conversación final en la que Nolan, en flashback, desvela el tomate oculto durante el metraje de la cinta, aunque, en vez de una reflexión metafórica sobre los peligros de las reacciones en cadena, habría preferido algo más ligero y asequible a todos aquellos que se ahogan fuera de lo breve que abunda en las nuevas plataformas y redes sociales, of course! El alerón delantero del W15, por ejemplo...
Uno de los problemas que aqueja a nuestra chavalería, independientemente de su edad, consiste en creer que antes de ellos no existía nada, pero lo cierto es que los pasados de vueltas ya teníamos a mano abundante literatura y cine sobre el lado oscuro del haiku. Yo elegiría como mejor exponente Being There (Bienvenido, Mr. Chance; 1979). Chauncey Gardiner, el protagonista, era poeta, prosista, artista, confidente, psicólogo, asistente de inversiones, músico, filósofo y todo lo que le pusieran por delante, sin necesidad de componer hilos interminables en Twitter ni hacer directos en Twitch o TikTok. Le bastaba su pequeño mundo, eso sí, y estar rodeado de gente supuestamente adulta que se mantenía abierta a ver milagros en cualquier esquina.
El ala anterior del W15, sí, que me distraigo...
A su manera, también nos permite hacer reflexiones metafóricas al respecto de las reacciones en cadena. Cuando apareció en Sakhir, recordemos, originó auténticos ríos de tinta. Sorteaba de manera inteligente la Normativa y, con eso y el placet de la FIA, bastó para postularlo como el arma definitiva contra Adrian Newey y su RB20; pero no funciona, o, mejor dicho, no aporta al monoplaza todo lo que se le arrogaba.
Toto definía hace unos días el comportamiento del cacharro anglo-germano como un claro ahora sí, ahora no: «It's like an on and off switch» [Correlation issues, not dogmatism behind Mercedes F struggles], lo que nos pone en que no hacía falta ninguna alforja para el viaje que realizó la prensa especialista a finales de febrero [Divina juventud (Mercedes AMG)].
¿Qué habría sido de nosotros si la gesta atómica funcionara ahora sí, ahora no...? Seguramente nos habría ido mucho mejor, para qué vamos a engañarnos.
Os leo.
Encendido y apagado; el Nolan bueno es Jonathan.
ResponderEliminarJonathan se habría atrevido a que Oppenheimer, Einstein y Strauss, tuvieran un desencuentro a cuenta del alerón del W15, y lo sabes Ja,ja,ja!! ;)
ResponderEliminarJose