Bueno, sí, he disfrutado de carreras al Scalextric infinitamente más emocionantes que el Gran Premio de Bahrein; y sí, también, los vendehumo han agotado todos sus recursos y este año su producto era de bajísima calidad; pero tampoco podemos echarnos las manos a la cabeza porque el vigente Campeón del Mundo y su meravigliosa creatura hayan arrasado en la primera cita del calendario.
Por increíble que parezca esta situación viene siendo la normal desde más o menos 2001, con Schumacher, con Vettel, con Hamilton, aunque por la razón que sea con Verstappen es mala [El relato (RBR 2022)], lesiva para el espectáculo, aburridísima, mortalmente previsible, etcétera, etcétera, etcétera...
Meterse en vena con gotero el criterio de la prensa anglosajona es siempre una pésima idea por mucho que permita ligar o fardar con los amigos, o fingir que entiendes algo. Y es que parecemos nuevos. En serio, ¿nadie imaginaba que esto iba a comenzar así...?
Quedan veintitrés pruebas por delante y seis Sprint, y luego 2025 enterito, que por lo que pinta será muy similar a 2024. Pero también nos quedan Gasly y Ocon, y Tsunoda, y Leclerc y Sáinz, o Pérez. Hay mucho con lo que divertirse, incluso comprobando cómo se deshace Brackley. Haceros un favor y miradlo por el lado bueno: un poco de risas enlatadas y cualquier drama se vuelve comedia, o, en el mejor de los casos, recordad que hasta hace nada, cuando el World Champion comenzaba la campaña dominando suponía la constatación de lo bueno que había sido los años anteriores.
Os leo.
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