Recuerdo malevo [RBR 2022]

Después del Gran Premio de España de 2022 iba a quedar meridianamente claro que, a aquellas alturas de la película, debían estar en Babia los que ahora se tiran de los pelos con la magnitud del aburrido e insoportable dominio de Red Bull desde 2021.

La cita española se presentó como un nuevo mano a mano entre los dos litigantes a ambos títulos. El porpoising seguía haciendo de las suyas y, en un entorno de palpable equilibrio de fuerzas, Ferrari parecía sacar mejor provecho a una vuelta mientras que Red Bull permanecía dispuesto a rentabilizar cualquier error de su rival inmediato, por minúsculo que fuera. En este orden de cosas, Charles Leclerc se calzaba la pole position con Carlos Sáinz en la tercera plaza de parrilla, entre ellos Max Verstappen, con George Russell en la cuarta y en la quinta Checo Pérez a tan sólo 27 centésimas del británico.

Bueno, el domingo 22 de mayo los tifosi nos disponíamos a disfrutar de una jornada rossa, pero Binotto y su gente tenían otra idea...

A Carlos se le iba el coche en la vuelta 6 y acabó donde Brian perdió su sandalia, y de ahí a pasarlo duro en mitad del tráfico y tal sobre un monoplaza que funcionaba tachán-tachán, pero Charles lideraba con mano de hierro en el renovado Montmeló hasta que, por avatares del destino, La Scuderia decidió devolver el favor recibido en Melbourne. Max había abandonado en Albert Park, pues ¡sujétame el cubata!, Leclerc hacía lo propio en el giro 27 de la ronda española. ¡El turbo!, ¡la madre que parió al turbo...!

Milton Keynes y Maranello bailaban un tango: Florido tiempo que añoro / Por tus caminos de olvido / Viajan visiones que lloro / Sueño querido que te alejás...

Red Bull en la tabla de Constructores y Max Verstappen en la de Pilotos ya comandaban el campeonato gracias a la insulsa debacle del enemigo y a que Pérez supo auparse hasta el segundo cajón del podio en Barcelona. La ventaja no era mucha, la verdad. No, no existía un dominio claro —a ver, la austriaca había tardado seis pruebas en lograrlo y con la indiscutible ayuda de la italiana.

Os leo.