Max habla en la pista, George habla en la pista, Checo, Charles y Carlos también, ya puestos: Fernando habla en la pista dentro de sus limitadas posibilidades, etcétera, quien ha vuelto a llamar a la armada británica es Lewis, porque anda afónico en pista, para que nos entendamos.
No voy a extenderme sobre la que están montando los british porque es una película rancia de cojones, en la que sólo intervienen los pobres de corazón, los ingenuos, los que aún sienten ganas de predicar en el desierto y aquellos que pretenden que el populacho descubra cómo caminan sobre las aguas a cualquier hora, de día o de noche, llueva o haga soleado, nieve o truene, siempre en redes sociales...
Desde la intervención de la FIA por aquello de mitigar los efectos dañinos del porpoising, la resurrección de Brackley es un hecho contrastado, así que George, que viene de hierros (sic), está sacando provecho a su W13 aunque todavía le falta ese plus que le mete Max a su auto a una vuelta. No obstante, creo que coincidiremos en que verlos luchar en clasificación por cada milímetro de asfalto azteca ha sido un verdadero lujo.
Pena, eso sí, que Russell haya vuelto a quedar por delante del más grande de todos los tiempos, porque si no hubiera sido así, a lo mejor nos habríamos ahorrado una miaja del bochorno que originan los entregaditos a la causa del heptacampeón más flojo de todos los tiempos cuando abren la boca o se ponen al teclado, que no es por nada, pero a Michael Schumacher nunca le vino la prensa italiana a arreglarle nada porque hablaba en pista y se bastaba solo para dejar las cosas claras.
Os leo.
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