Al final no ha sido para tanto. La amenaza de unos entrenamientos a puerta cerrada se ha convertido en la posibilidad de poder observar por una rendija y, míranos, tan felices a domingo 27 de febrero, con un montón de migajas de pan en la mano que nos están permitiendo desarrollar mundos alrededor de cada vehículo.
Somos de fácil conformar. El otro día lo insinuaba: «casi con total probabilidad, estemos siendo usados por Liberty Media como carnaza para la macroexaltación de la Fórmula 1 en Bahrein, dentro de un par de semanas» [I Dreamed A Dream], y hoy quiero afirmar con rotundidad que la puerta cerrada no ha aportado absolutamente nada, más bien nos ha impedido sentirnos aficionados de verdad mientras la patrona de nuestro deporte va a regalar esa categoría a los emiratís que puedan pagarlo, aunque no sepan si los F1 llevan rueda de repuesto o no. ¿Una palurda falta de respeto...? Diría que sí.
Os leo.
Es que cualquier cuestión sobre F1 se puede responder así:
ResponderEliminar- ¡Geopolítica! ¡Poder y dinero! ¡La tengo más larga que la tuya!
😅😅😅😅
ResponderEliminarHola,
Hace ya años que el mundo del deporte pertenece a los señores del dinero. Allí les llevamos un Mundial de futbol para blanquear sus regímenes medievales mientras una mujer occidental es sentenciada a 7 años de cárcel y 100 latigazos por haber denunciado haber sido víctima de una violación...
La f1 se va al Golfo, Todos tranquilos, así Jaimito podrá montar su show de postureo en favor de no se qué derechos... qué podemos hacer?, una huelga de seguimiento?. Hace años que los aficionados somos lo de menos, o casi que estorbamos. Yo, por mi parte, no compro un solo producto licenciado, ni de la F1 ni de futbol. Puede que mi medida sea insignificante, pero me aporta tranquilidad de espíritu.
Salu2!